domingo, 3 de abril de 2016

Lucha por la vivienda: Prioridad de los Comunistas

Por Nelson Lombana Silva

Una de las prioridades fundamentales de los Comunistas es la lucha por la vivienda digna de interés social. Durante sus 85 años de existencia ha manejado esta política con decisión, sobre todo a partir del surgimiento de la Central Nacional de Provivienda (CENAPROV).



Esta organización ha hecho historia en Colombia, por cuanto ha liderado la construcción de cientos y cientos de barrios en distintas ciudades y pueblos del país, colocando un verdadero récord no muy fácil de superar.


Hoy se encuentra en crisis. Sin embargo, los Comunistas insisten en seguir desarrollando esta actividad viviendista, ante el alto índice de necesidades de vivienda que persiste en el país carcomido por el modelo neoliberal, el cual ha disparado enormemente el costo de la vivienda. Conseguir una vivienda digna en Colombia es prácticamente un privilegio.


En Ibagué  ha construido varios barrios, empleando el método de la autoconstrucción. Resulta emocionante ver construir un barrio en estas condiciones. Las duras y las maduras de los comunistas responsables que se encuentran al frente, muchos de ellos con mucha voluntad y compromiso revolucionario, pero con muy poca formación académica y conocimiento del tema.


Asistir a las asambleas es todo un acontecimiento. Las discusiones son acaloradas, intensas y a veces anárquicas. Todos quieren hablar a la vez. Y si bien la mentalidad es trabajar por un proyecto colectivo, resulta inocultable el interés individual. Fiscalizan, preguntan y vuelven a preguntar. Algunos no piensan para hablar, hablan para pensar. Pero, en una organización comunitaria toda esto es válida y aceptada. Al  frente hay un Comunista que hace ingentes esfuerzos por entender el interés individual, sin perder el horizonte colectivo. Realmente, una experiencia de esta naturaleza se convierte en verdadera cátedra universitaria.


Ayer, estuvimos en el barrio “La Mansión” de la ciudad de Ibagué (Tolima). Allí, se levanta proyecto de esta naturaleza. Al frente hay una Comunista, una mujer menuda pero con muchas “agallas”. Comienza la reunión con una verdadera tempestad de críticas y preguntas sucesivas. “Usted nos está mamando gallo”, dice uno de los asistentes, “y tengo pruebas para demostrar lo que digo”, agrega. Patricia Sánchez Sánchez, no se descompone, conserva la calma y con voz fuerte va explicando punto por punto la preocupación del beneficiario y las demás inquietudes.


Aprovecha nuestra presencia para presentar un saludo y de paso un análisis corto sobre la situación actual. Tiene claro que la formación política es fundamental. Hablamos del proceso de paz, el tema ambiental y la consulta que varias organizaciones de izquierda lidera y el alcalde y el concejo municipal le han dado vía. También de la necesidad de la unidad y de la organización de la comunidad. Destacamos el proyecto viviendista.


La gira termina con la reunión del organismo celular de este barrio. Es una reunión breve y participativa. Los compañeros y las compañeras hacen preguntas, fijan tareas y afirman su compromiso con el Partido.


La tarde muere. Alguien cumple años en el sector. Los mariachis irrumpen de improviso con sus canciones propias del pentagrama mejicano. Otros trabajan. Allí, vive María Ovidia Castañeda, abnegada Comunista de mil batallas nacida en 1934. Ha participado en la fundación de este barrio, su casita de dos pisos fue la casa modelo, el ejemplo para generar confianza entre los asociados. No pierde su buen humor, pero sobre todo la fidelidad al Partido Comunista. “He hecho críticas al proyecto, pero siempre digo: Son errores de las personas, no del Partido”. Recorrimos su casita y saboreamos un tinto cerrero y tres deliciosas patacones. Además, aceptó la posibilidad de darnos un reportaje sobre su vida y obra como revolucionaria.


Con la promesa de la camarada María Ovidia Castañeda, la experiencia de departir con esta comunidad como del barrio “La Mansión” y la reunión celular, regresamos a casa cansados pero satisfechos. Los domingos son también para la lucha revolucionaria. No hay tiempo que perder.





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