viernes, 7 de marzo de 2014

Historia de vida: De campesino a vendedor de arepas…

Camarada Juan de Dios Rojas G. en la lucha con dignidad revolucionaria. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva

Juan de Dios Rojas González, campesino de tiempo completo y próximo a cumplir 74 años, fue desplazado violentamente  de su pequeña chacra ubicada en el municipio de Chaparral, Tolima, al parecer por las amenazas de miembros del ejército nacional al denunciarlos de un falso positivo contra su hijo quien fue herido, puesto preso, sindicado de ser miembro de la guerrilla, cuando en realidad es un joven amansador de bestias en la zona, conocido ampliamente por todos los habitantes de esta comarca.



Juanito, como le solemos decir cariñosamente, es hermano de Raúl Rojas González, gran dirigente comunista del sur del Tolima, quien toda su vida ha sufrido los rigores de  la violencia que encarna el Estado Capitalista. Es hijo de la violencia.


Siendo niño sufrió la violencia bipartidista, después del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán Ayala, cuando la oligarquía liberal – conservadora, puso al pueblo liberal pobre a matarse contra el pueblo conservador pobre, mientras ella departía plácidamente en el extranjero.  “Es una guerra que cumple más de 60 años”, dice.


Al tener que salir de su tierrita con su esposa e hijos, Juanito acudió al Partido Comunista quien de alguna manera le ha venido prestando solidaridad y orientación para enfrentar el militarismo y las falsas acusaciones contra él y contra su hijo Fredy. A pesar de todo, Juanito tiene claro quién es el enemigo de clase, por eso señala la importancia de que el pueblo se organice y reclame sus derechos.


El hijo de Tiburcio Rojas y Antonieta González, en un esfuerzo por sobrevivir aprendió a amasar el maíz y con una venta de arepas sobrevive en la ciudad musical de Colombia. Cambió el azadón, el coco, el canasto, el recatón, la pala, el costal y la máquina de despulpar café, por el molino para triturar el maíz y la batea para amasar esta masa y darle forma. Todos los días vende el producto en asocio con su esposa, una mujer luchadora y también comprometida con la lucha revolucionaria.


Juanito es un camarada alegre, servicial y humano. Comparte el deseo infinito de vivir y el servicio a  la comunidad. Comparte alegría, esperanza y optimismo. “Sigo siendo Comunista – dice – nunca lo dejaré de ser porque cómo vamos a apoyar un régimen que todos los días mata pueblo, nos ha robado y está sentado en el puesto con la ayuda aparente del pueblo que no entiende todavía nada, nada, nada”.


Las páginas web: www.pacocol.org y www.semanariovoz.com dialogaron brevemente con este hombre campesino que hace parte de los más de cinco millones de colombianos que padecen el suplicio del desplazamiento forzado. Su testimonio es el siguiente:


-         Juanito toda su vida ha sido campesina, háblenos de él, ¿Cómo es la vida en el campo?


Sí señor, le puedo decir que nosotros hemos sufrido por ser de izquierda y no pertenecer a la derecha que son los que nos han robado toda la vida el trabajo de todos los campesinos engañados con una política liberal – conservadora, que después de la muerte de Gaitán nos dejaron limpia la región de ganado, marranos, bestias y demás animales en la zona donde nosotros vivíamos. Eso no quedó nada.


La guerra nos empobreció íntegramente, lo perdimos todo. Ahora, nuevamente, me tocó salirme de la finca porque la guerrilla creció, el ejército no ha podido combatirla hasta la presente, entonces, los campesinos estamos en medio de un conflicto armado, el gobierno nos hace culpable de todo, cuando los campesinos somos los menos culpables, porque somos campesinos inocentes, somos indefensos, somos los que venimos pagando los platos rotos.


Lo único que puedo decir es que desde que no haiga una paz verdaderamente como lo está haciendo el gobierno y la guerrilla en Cuba, será la única solución para que termine la guerra, poder seguir trabajando y reclamar nuestros derechos y subsidios.


Nosotros somos cafeteros y desde 1927 le estamos apostando a la Federación. Nunca el gobierno nos ha apoyado realmente, por el contrario, nos ha venido robando nuestros derechos, como el derecho a la universidad para nuestros hijos, no tenemos derecho a la vivienda. A estas alturas yo estoy pagando arriendo en la ciudad de Ibagué. Eso no debería ser así, pero debido a los malos gobiernos estamos en esta aguda problemática: Arruinado, empobrecido, por fuera de la finca y en la guerra.


-         Juanito, ¿A los cuántos años comenzó usted a trabajar la tierra?


Yo empecé a trabajar la tierra a partir de los cinco años de edad hasta esta fecha.


-         ¿Qué le tocaba hacer?

Me tocaba coger café. Como era un trabajo tan livianito, mi papá nos llevaba a coger café de cinco años en adelante. Desde esa época estamos trabajando.


-         ¿Qué más le tocaba hacer?


Ya después me crecí, pues nos tocó desyerbar, tumbar rastrojo para sembrar café, coger café. Siempre en las guerra nos tocó dejar todo eso abandonado y marchar al Caquetá, estaba de unos diez o doce años. A esta parte ya mis papás se murieron, más arruinados, porque el gobierno nunca nos ha protegido, no ha hecho sino matarnos. Lo único que puedo decirle a usted es que de pronto nos organicemos como pueblo para de pronto poder salir adelante.


Porque atenido a un voto es mentira. He conversado con liberales y conservadores, me han invitado a votar por ellos y que ahora sí van a venir cosas buenas para los campesinos. Pero se desinflan cuando les digo: Pero, si ustedes siempre han estado en el poder, han mandado y miren como nos tienen el país de jodido. No engañen ni se autoengañen, les digo. Miren cómo los gobiernos vienen vendiendo las riquezas naturales, nosotros no tenemos derecho de protestar y si lo hacemos nos matan. Los únicos que tienen derecho son los grandes que han manejado el país, que son en realidad los más ladrones y están en el poder, porque supuestamente el pueblo los elige a punta de engaños.


-         Juanito: ¿Cómo comenzó usted a sentir los rigores de la violencia en el sur del Tolima?


Mire: Toda la vida he sufrido la violencia. Pero más con la contraguerrilla llamada móvil ocho cuando entró a la zona y mató a un presidente de junta de acción comunal de una vereda cercana al corregimiento de la Marina, Chaparral.


Ellos entraron fue matando y atemorizando a los campesinos. Me hirieron un hijo, ahí está herido, no nos han respondido nada hasta la presente, con el mismo cuento de que somos guerrilleros y que somos auxiliadores. Mentira, nosotros nunca hemos sido auxiliadores. El que está en la región se muere o se va. Esa es la situación en una guerra. Si nosotros no compartimos con algo nos tenemos que salir o nos tenemos que morir. Por no morir nos toca que compartir con el grupo que sea.


-         Juanito, siendo niño, ¿Cómo comenzó usted a sentir, a vivir la violencia?


Nosotros comenzamos a sentir la violencia a partir de la muerte de Gaitán para acá. Nos atacó la policía, que era la Chulavita en ese tiempo. He ahí cuando comenzamos a sentir las consecuencias por ser liberales. De ahí hasta la presente ha sido guerra, hasta ahora. Llevamos 60 años de guerra.


-         Juanito: ¿Usted vivió en carne propia la violencia o se la contaron cuando era joven?


La viví en carne propia. A mí me pasó y por eso detesta la guerra, la odio. Al surgir la Chulavita, surgió como respuesta las guerrillas liberales. Era una forma desesperada de los campesinos liberales defenderse porque ellos llegaban a matarnos. La gente se fue organizando y aparecieron líderes como Arboleda, Vencedor, el papá de Vencedor, Mariachi, etc. Todos ellos fueron guerrilleros liberales que se organizaron como autodefensas para defenderse de la policía Chulavita. Se vieron obligados a pelear por defender la vida.


Fue una decisión desesperada ante las medidas tomadas por el gobierno nacional con la policía Chulavita de matar campesinos liberales. De esa lucha surgen las llamadas guerrillas liberales. Más o menos esa es la verdad, porque la idea es no contar mentiras.  Nosotros sí vimos las atrocidades que hizo esa policía, eso no fue que nos hubieran contado. Claro, resulta complicado, difícil contar todo en una entrevista, se queda mucha cosa sin contar. A esta edad a uno se le olvida mucha cosa.


-         Juanito: Siendo niños y jóvenes, ¿Cómo hacían para defenderse de esa violencia?


Pues como éramos niños mayormente siempre algo lo respetaban. Nos tocó quedarnos solo con un hermanito y la Chulavita no nos mató, pero sí mató juventud. Llegando a Chaparral mataron a un hermano de don Yesid Jiménez, tenía unos catorce años o trece años. Lo mató llegando a Chaparral, en la balastrera, en ese pedazo. Los campesinos salín huyendo de los campos y los mataban muchas veces llegando al pueblo. Por la guerra nos tocó salir de la finca dejando todo: cafetales, ganado, bestias, marranos, gallinas, comida y todo eso desapareció. Se lo robaron.


-         ¿Siendo niño vio personalmente a la Chulavita? ¿Cómo era?


La Chulavita vestía como la policía. Traían el letrero como decir hoy paramilitares, me parece. Ayer era Chulavita hoy son Paramilitares, lo que pasa es que a eso le han venido dando distintos nombres. Esa fue gente que el gobierno preparó expresamente para matar campesinos. Además, enseñó el pueblo a ser corrupto, porque antes de la guerra no se perdía una aguja, hoy se está perdiendo todo porque el pueblo aprendió y muchas veces por necesidad, aprendió a matar y aprendió a robar. Se perdió el respeto, esa educación tan bonita hacia los demás, eso se acabó. Hoy hay vicio, marihuana, droga, todo eso se usa debido a la guerra. El gobierno todo eso lo permite. Por el contrario, lo estimula, lo apoya. Nadie hoy puede reclamar. ¿Cómo puede reclamar el campesino? De un lado loco por la droga, el hambre y el licor, y por el otro el terror del mismo Estado. Así no se para nadie.


-         ¿Cómo llegó usted a familiarizarse con las ideas del Partido Comunista?


El Partido ha venido naciendo debido al mal manejo de los partidos tradicionales: El Liberal y el Conservador. Si estos Partidos hubieran cumplido lo que dice la constitución de 1991 que tenemos derecho a la casa y a vivir, pues seguramente el Partido Comunista no hubiera nacido, pero al no cumplir con todo eso, por eso nació el Partido Comunista.


La tarea del Partido Comunista es cómo nos quitamos esta guerra de encima. Por eso nació el Partido Comunista.


-         ¿Quién le informó a usted de la existencia del Partido Comunista?


De la existencia del Partido, pues mi hermano mayor y él más o menos, que es Raúl y que incluso, a nivel del departamento Raúl fue cabeza principal del Partido Comunista. Fue el que más se expuso para que lo mataran, denunciaba y defendió a mucho pueblo colombiano, a muchos tolimenses defendía con las denuncias públicamente en la plaza. Lo cogían preso, nosotros íbamos a reclamarlo y volvía a la lucha teniendo en cuenta que el Partido tiene respaldo de la constitución, es decir, es legal. Sin embargo, el gobierno nos viola nuestros derechos constantemente.


En esas condiciones, se fue formando el Partido Comunista.


-         ¿Cómo se fue desarrollando el Partido Comunista en el sur del Tolima, concretamente en el municipio de Chaparral?


Todo fue un proceso. Le puedo decir que Manuel Marulanda Vélez fue un gran dirigente Comunista, durante todas las etapas de la larga violencia que no termina. Manuel Marulanda Vélez fue Comunista de verdad.


Poco a poco hemos ido comprendiendo la necesidad de apoyar la lucha del Partido Comunista. Creo que es la única solución, la única esperanza para el pueblo colombiano, el pueblo campesino. El pueblo debe entender la problemática, su papel para poder hacer el cambio que se requiere. De otra forma no hay solución. Por eso, hubo enfrentamiento entra comunistas y liberales y conservadores, se mataron muchos dirigentes comunistas, pero el programa de los comunistas sigue latente y ahí tenemos que estar todos y todas.


-         Tengo entendido que usted tiene una pequeña finca en Chaparral. ¿Cuánto tiempo duró viviendo allí?


Nosotros permanecimos en esta vereda desde muy jovencitos; hemos hecho unas saliditas pero muy pocas y hemos vuelto a la vereda otra vez, que son las veredas de San Pablo y La Sonrisa porque nuestra finca cafetera queda en límite de estas dos veredas. Estamos en el lindero.


-         ¿Por qué salió de su tierrita desplazado?


Porque nos hirieron a un hijo, nos tocó denunciar a los responsables y a mí me tocó decirle a un general del ejército que mi hijo había sido víctima de un falso positivo. Ese general trajo a mi hijo y lo presentó como comandante de la guerrilla, cuando es una gran mentira, un montaje como lo saben hacer a la gente humilde e inocente, porque Fredy simplemente ha sido un montador de caballos.


Incluso, lo tuvieron detenido casi un año preso y herido, por denunciar al coronel que vino a Ibagué a entregarlo como un segundo mando del 21. Por eso me tocó salirme de la finca.


Porque como yo los denuncié, me dieron solo tres días para que abandonara la finca y si no me mataban. De ahí en adelante no he podido volver a la finca.


-         ¿Quién lo amenazó?


Me amenazó el ejército nacional. Ellos al parecer planearon mi matada y solo me dieron de chance tres días para que saliera de la región. Eso es lo que tengo que contarle y es la pura verdad. Mi único delito fue denunciarlos. A ellos no les gusta que el campesino los denuncie.


-         Se vino para la ciudad a aventurar. Colocó una venta de arepas. ¿Cómo hizo para aprender a hacer arepas?


Como uno es honesto, no le gusta robar, poco a poco fuimos aprendiendo y vimos que de pronto la ventica de arepas podía solucionarnos una parte del problema. No todo porque siempre tengo hijas que me colaboran con algo. Incluso, para la enfermedad, me mandé a operar de corazón abierto; eso fue duro y la lucha ha sido grande por sobrevivir en un mundo tan distinto al mundo campesino.


Después de la declaración que dimos en Chaparral en una reunión de Derechos Humanos que estuvo el defensor del pueblo de Ibagué, estuvo el gobernador, un general, cuatro coroneles: Uno de la policía y tres del ejército. De esa reunión fue salí vetado porque no podía volver a la finca. Ellos lo único que planearon fue mandarme a matar porque los había denunciado. A ellos no les gustó nadita esa denuncia.


-         Juanito: ¿Muy difícil aprender a hacer arepas?


Pues no tan difícil porque nosotros siempre la hacíamos en el campo para los trabajadores y para nosotros; como teníamos crida de marranos, pues logramos que mi esposa aprendiera a hacer las rellenas y las hacemos bien buenas, entonces son vendibles. Bueno, siempre hemos bregado, pero hemos vivido y es ya una victoria.


-         ¿Sigue siendo Comunista?


Sigo siendo Comunista. Nunca lo dejaré de ser porque cómo vamos a apoyar un régimen que todos los días mata pueblo, nos ha robado y está sentado en el puesto con la ayuda aparente del pueblo que no entiende todavía nada, nada, nada. 


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