jueves, 13 de febrero de 2025

¿Volverá a circular VOZ La verdad del pueblo en Ibagué?

Camarada Alfredo Cárdenas Silva, es un veterano comunista. Foto: Archivo

Por Nelson Lombana Silva

El gran interrogante que se vienen haciendo los gentiles y permanentes lectores del semanario VOZ La verdad del pueblo, es el mismo: “¿Volverá a circular el periódico en la ciudad de Ibagué?” Hemos tramitado el interrogante donde hay que hacerlo, sin una respuesta sería y concreta. Versiones circulan a granel, pero ninguna concreta y definitiva. La más generalizada: Que el distribuidor perdió la cédula de ciudadanía. De ser cierto es imposible que a estas alturas no se haya resuelto el impase. Durante el 2025 no ha circulado el semanario en Ibagué (Tolima) ¿No volverá a circular?, se preguntan distribuidores y lectores casi al unísono.

Para algunos, esto no es trascendental e importante, porque existe la creencia que la prensa en físico hace rato fue superada por la prensa virtual. Según este criterio hay que acoger la modernidad y ajustarse a los cambios “revolucionarios” en el tema mediático. De acuerdo. No hay discusión. Sin embargo, nos preguntamos: ¿Los 600 mil ibaguereños tienen computadores o celulares inteligentes para leer el semanario?

El camarada Alfredo Cárdenas Silva, es un veterano comunista nacido en el municipio de Venadillo (Tolima), lector permanente de este semanario desde 1959. Durante su militancia activa desarrolló numerosas brigadas, ve con preocupación la no circulación de Voz.

Luis Eduardo Rodríguez, ex alcalde de un municipio del norte del Tolima, es un gran dirigente de izquierda, lector permanente del semanario, de la revista Taller y de cuanto documento publica el Partido, se declara sorprendido por la no circulación en el presente año. Pedro Bolaños, veterano comunista, ve con preocupación la no circulación, camarada que cada ocho día distribuye (vende) diez ejemplares. El médico Cortés, pregunta por qué dejó de circular “La verdad del pueblo”.

En pequeños círculos se comenta: Se mantuvo el periódico en períodos de dura represión como el estatuto de seguridad de Turbay Ayala y el chafarote, Luis Carlos Camacho Leiva, durante la dictadura del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez con su mal llamada: “Seguridad Democrática”, ¿Por qué ahora que por fin somos gobierno por lo menos, el semanario no circula? Es más: Si no aprovechamos la coyuntura para que la circulación se masifique en todo el país, incluyendo a Ibagué, entonces, ¿Cuándo?

Los camaradas Raúl Rojas González y María Oliva Campo Torres, hablaban de las brigadas que adelantaban en el sur del Tolima, especialmente en Chaparral, Ataco, Rioblanco y Planadas, se llegaban a vender hasta 500 y 600 ejemplares semanalmente, en medio de la más dura represión y con amenazas permanentes y atentados como el que le costó la pérdida de un ojo y la fractura de una de sus extremidades inferiores a manos del batallón del ejército con sede en Chaparral.  

¿Retrocedió ante este cruel atentado? Ni para tomar impulso. Hasta su muerte distribuyó, publicitó y leyó el semanario como herramienta ideológica y política para enfrentar a la oligarquía y la dictadura mediática. En sus últimos días de existencia, prácticamente ciego, lo encontré varias veces sentado bajo el mango en el parque Manuel Murillo Toro de la ciudad musical de Colombia, escuchando la lectura que un amigo gentil le hacía de los artículos del semanario VOZ La verdad del pueblo. Solía decir: “Léame el editorial porque ahí está el mensaje táctico de la semana, mejor dicho, la orientación política”. La crítica le llovía hasta de los mismos escoltas, porque se iba para el municipio de Cajamarca a llevar un número del semanario. “Camarada: Eso no tiene sentido ir a llevar un solo ejemplar”, le decían. Él contestaba sin perder el buen humor: “Compita, si fuera a llevar a secas el periódico hasta tendría razón, pero resulta, que eso es una disculpa para visitar a los camaradas, llevar la orientación o discutir con personas sobre diversos temas”.

Es decir, el camarada tenía una visión oceánica sobre la importancia del periódico. Se afirma sin ambages que de cada artículo se puede organizar perfectamente una charla, una conferencia bien argumentada. No importa que algunos nos tilden de románticos, anacrónicos, dinosaurios, antidialécticos, porque seguimos pensando que el periódico en físico debe seguir circulando. Estamos perdiendo el momento de coyuntura, ojalá no tengamos que lamentarnos más adelante. En alguna oportunidad tuve una discusión con un considerado cuadro dirigente y me decía con petulancia: “No compro ese pasquín porque ya sé todo lo que dice”. Mi respuesta fue corta: “Es que el periódico no es para los “genios” que pululan por ahí, el semanario es para el pueblo en general. Nuestra tarea es acercarlo a esa masa que vive de espaldas a la realidad. Además, no hay error más grande que decir, me la sé todas. Tremenda mentira, porque todo está cambiando permanentemente y eso es lo que registra el periódico cada ocho días”. Que la juventud entienda a los catanos la preocupación que le asiste. Amén.

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