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Gilberto Sierra Mahecha. Foto Nelosi |
Por Nelson Lombana Silva
Por estos días el país agrario dirige la mirada hacia Chicoral (Tolima), en procura de un nuevo “chicoralazo” que permita despejar el horizonte hacia una verdadera Reforma Agraria Integral, como la ha venido soñando el heroico y laborioso campesino e indígena colombiano.
En este pequeño y ardiente caserío tolimense, el 9 de enero de 1972, liderado por el presidente godo, Misael Pastrana Borrero, se juntó con congresistas liberales y conservadores y los grandes latifundistas o terrateniente para aniquilar las esperanzas de una Reforma Agraria que le permitiera al campesino tener acceso a la tierra para hacerla producir e inundar las ciudades de alimentos frescos, bajos precios.
La Reforma Agraria promovida por Alfonso López Pumarejo, la hicieron añicos estos siniestros personajes, en un conciliábulo maquiavélico en esta taciturna población. Cercenaron toda esperanza de los campesinos y de los indígenas de tener tierra para hacerla producir, sin remordimiento modificaron la ley 135 de 1961 que promovía dicha Reforma.
De esta manera, se abandonó la política de distribución de tierra en favor del campesino y la comunidad étnica, dándole vía libre a la explotación empresarial, siendo propiedad de grandes latifundistas que nunca se atrevieron a hacerla producir, temiéndoles a las ampollas propias del campo.
La ley 160 de 1994, autoriza la creación de los Comités Municipales de Reforma Agraria, pasaron 30 años y 8 presidentes sin que esta norma se implementara en Colombia.
Tuvo que llegar el gobierno del cambio en cabeza de Gustavo Petro y Francia Márquez, para que el tema fuera retomado con enfoque progresista. Al decir del gobierno, la Reforma Agraria debe materializarse por cuanto el futuro del país está en el campo. Se necesita una Reforma justa y equitativa que promueva la agricultura productiva en armonía con el medio ambiente. “Que los campesinos tengan voz y voto en su propio desarrollo”, dijo Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras.
Los comités municipales de Reforma Agraria tienen por finalidad empoderar a las organizaciones rurales y fortalecer la organización popular campesina, permitiendo que las comunidades continúen concertando las políticas de la Reforma Agraria con el Estado. Al hablar del tema, la ministra de agricultura Martha Carvajalino, señaló: “En 1972, en Chicoral (Tolima), se firmó un pacto político para impedir que se hiciera la Reforma Agraria”.
El nuevo chicoralazo, este sí en favor del campesinado colombiano, se realizará los días 20, 21 y 22 de febrero de 2025. Se calcula que más de 200 comités debidamente organizados impulsarán el Pacto por la Tierra y la Vida en Chicoral (Tolima). Según se ha indicado durante los dos primeros días el gobierno nacional habilitará mesas de trabajo para registrar propuestas e iniciativas de los campesinos y las campesinas y en el último día gran movilización, posiblemente con la presencia del jefe de Estado.
El campesino debe movilizarse en todo el país. Adelantar eventos artísticos y culturales que pongan en evidencia la importancia del magno evento liderado por el gobierno nacional, el gobierno de todos y de todas. En el caso particular del Tolima, el sindicato de trabajadores agrícolas del Tolima (SINTRAGRITOL), viene trabajando a toda marcha, se espera una nutrida delegación con iniciativas y propuestas. Hay que derrotar con argumentos, los argumentos de la vieja oligarquía, sobre todo los terratenientes y latifundistas que seguramente asistirán a defender sus intereses de clase. Hay que publicitar el evento que seguramente será histórico.
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