viernes, 12 de julio de 2019

Brochazos de mi arlequín presidente colombiano


Por Nelson Lombana Silva

Supuestamente Colombia eligió como presidente a Iván Duque Márquez, pero quien realmente viene gobernando es el narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez. Ex presidente éste que gobernó sobre montañas de crímenes horripilantes como las ejecuciones extrajudiciales (Falsos Positivos), en cifra que supera los 10.000, según los estudiosos del tema.


Implementó la denominada “seguridad democrática”, a la sombra de la cual catapultó los desafueros de los militares contra la población civil en forma exponencial. Y, como si fuera poco, fortaleció la inversión extranjera, abriendo de par en par las fronteras, eliminando casi en su totalidad impuestos a los inversionistas extranjeros y firmando los distintos tratados de libre comercio (TLCs). Auspició la instalación de nueve bases militares gringas en nuestra patria y para rematar su cinismo ganó el concurso “El mejor colombiano de toda la historia”.

Mientras Colombia bota sangre por todos sus poros, la pobreza alcanza índices dramáticos y el paramilitarismo, como política criminal de Estado, actúa en todo el país contra los líderes populares y miembros de la ex guerrilla fariana, el presidente arlequín presta el territorio para agredir los países democráticos y revolucionarios, pagando así el bien que han hecho en la construcción de la paz de este país sudamericano, como la hermana República Bolivariana de Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, etc. Como quien dice: “Así paga el diablo quien bien le sirve”. Y es tal la intromisión en los asuntos de los demás países, que la oposición en el Congreso, le ha dicho que sí es que se considera gobernando a Venezuela y no a Colombia.

Van 140 ex guerrilleros farianos asesinados en Colombia; más de 600 líderes populares, campesinos, sindicales, estudiantes, hombres y mujeres, y en vez de dar una respuesta clara y contundente sobre el particular, distrae a la opinión pública anunciando que consiguió la subsede para la final de la Copa Libertadores de Fútbol el año entrante. Logro tan “pecueco” lo presentan los medios como un acontecimiento histórico. Ni si quiera la sede completa. ¡Qué bestialidad!

Siguiendo los libretos de su jefe, hace ingentes esfuerzos por hacer fracasar el proceso de paz con la guerrilla de la entonces FARC – EP. Qué no ha hecho esta criatura para complacer al sicario ex presidente. Ahora sale a liderar dizque la pena de muerte o la cadena perpetua contra violadores de niños y niñas, cuando un atroz comportamiento humano de esta naturaleza, hay que darle tratamiento médico, siquiátrico, psicológico, el señor Uribe le ordena a Iván Duque Márquez la cadena perpetua. ¡Qué horror!

Todas estas columnas de humo, hasta mal diseñadas, se levantan para esconder los efectos devastadores y criminales del Plan Nación de Desarrollo. A la sombra de éste, cada vez el país se extranjeriza más, la destrucción de la fauna y flora se incrementa, se privatiza, lo mismo el desempleo, la inseguridad y el accionar del paramilitarismo.

El Estado colombiano es una gigantesca cloaca, en donde lleva la peor parte el pueblo humilde y desamparado. El narcotráfico ha permeado las alturas del poder hace rato, la incomunicación es cada vez más agresiva, por cuanto cada día los medios de comunicación tienen más licencia para mentir, engañar, tergiversar y estigmatizar. Las religiones mueven sumas exageradas de dinero con el peregrino cuento de la salvación en un mundo inverosímil, producto de la creación humana, la justicia se feria como cualquier producto. Se hacen montajes para condenar inocentes y absolver culpables. Es el pan nuestro de cada día.

Como si fuera poco, los propagandistas criminales del capitalismo presentan sus crueles teorías y prácticas como la última novedad, la última bebida del desierto que mata (Coca-Cola) del desierto, mientras que las teorías nuevas que proponen el Socialismo, son dizque presentadas de anacrónicas y pasadas de moda. “Hablar de Comunismo resulta cursi, lo nuevo es hablar de libre mercado (Neoliberalismo)”.

Tamaña mentira se repite mil veces, hasta imponerse como verdad absoluta. Así, termina incluso, “izquierdosos” repitiendo este discurso mentiroso y embustero, porque en realidad el discurso viejo y agotado es el relacionado con el capitalismo, mientras que el discurso nuevo y promisorio lo encarna el socialismo. El primero es pasado y el segundo presente y futuro. El capitalismo encarga el sistema de la muerte, mientras el Socialismo el sistema de la vida, la esperanza y la ciencia.

El capitalismo muere y el socialismo nace. Es una batalla filosófica y dialéctica que hay que interpretar con espíritu transformador, porque la solución no es sentarnos a ver pasar por simple inercia el cadáver del capitalismo con destino al cementerio.

En eso debe contribuir todos y todas. Sin embargo, quisiera hacer énfasis en los llamados: Intelectuales. Claro, Fidel Castro Ruz, afirmaba que todo ser humano es intelectual. Sin embargo, resulta válido decir que el intelectual tiene una visión más general y concreto de la realidad socio histórico de la humanidad en sus períodos y cambios continuos. Su responsabilidad resulta mayor.

Desde esa perspectiva, hay que decir que en Colombia hay dos tipos de intelectuales: Orgánicos e Inorgánicos. Los Orgánicos se caracterizan por decir y hacer; los Inorgánicos por simplemente pontificar sobre lo humano y lo divino. Éstos creen que están por encima del bien y del mal y se autoproclaman de alguna manera como los poseedores de la verdad absoluta. Critican la izquierda y la derecha concluyendo que cada una tiene cosas negativas y positivas. Su postura ambivalente defiende el estatus quo dominante. Sin embargo, tratan de estar bien con la derecha y con la izquierda.

Estos son los que nutren ideológicamente a personajes de pacotilla como Uribe y Duque, quienes cogen esas elucubraciones fantasmagóricas y las ponen a brillar como la última panacea con la ayuda bruta de la represión de los demás aparatos ideológicos y represivos. Basado en estos seudo conocimientos son los brochazos del arlequín presidente Iván Duque Márquez, en un país que se hunde cada día más en la pobreza, la corrupción y la violencia. La esperanza reside en los intelectuales Orgánicos, que aunque poquitos, libran grandes batallas ideológicas, culturales, ambientales, sociales y políticas en el gran proyecto de un cambio social, político, ideológico, cultural y ambiental de fondo

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