Por Nelson Lombana Silva
La IV Marcha Libertaria organizada por la administración municipal del médico Guillermo Alfonso Jaramillo, conmemorativa del grito de independencia del 20 de julio de 1810 en Santa Fe de Bogotá, se realizó ayer en la capital musical de Colombia con mucho colorido y con la esperanza de reivindicar el histórico grito de emancipación del colonialismo español en el marco de la primera independencia que libraron con heroísmo los pueblos americanos.
No es la efeméride para rendirle culto al armamentismo y la violencia avasalladora de la clase dominante que aprovecha la fecha para sacar a la calle el armamentismo agresivo contra el pueblo e inservible al enemigo a vencer en el momento: Los Estados Unidos y su inhumano imperialismo. Recordamos en realidad el coraje del pueblo santafereño para sublevarse ante el poder opresor del virrey y la clase dominante. Destacar su verdadero e histórico mensaje: Sí se puede derrotar las castas oligárquicas e imperialistas, colocando un verdadero gobierno democrático del pueblo soberanamente y generando cambios estructurales y de fondo.
El alcalde eso es lo que persigue: El conocimiento de la verdadera historia como puntal fundamental para interpretar el presente con espíritu dialéctico y proyectar el futuro. Nuestro enemigo común hace 200 años era España y en el 2019, son los Estados Unidos. Si se pudo vencer ese primer enemigo el 7 de agosto de 1819 en la batalla de Boyacá, se podrá vencer el imperialismo estadounidense con el mismo método: La unidad, la organización y la movilización del pueblo. Mientras el pueblo no se decida a ser libre, las posibilidades de cambio serán exiguas y estará condenado a la miseria, a la explotación y a otros cien años de soledad, como diría nuestro Nobel Gabriel García Márquez.
Hasta el momento, esta Marcha Libertaria es única en Colombia. En las demás ciudades capitales de departamento el pueblo alienado sale a admirar el poder militarista y agresivo contra el pueblo. Muestra todo su poder prepotente de la oligarquía, lo que en realidad constituye un espectáculo grotesco, que nada tiene que ver con los acontecimientos del 20 de julio de 1810, ni siquiera con la singular batalla del Pantano de Vargas o del Puente de Boyacá.
En su corta intervención el mandatario municipal dijo claramente su verdadero sentido y expectativa en la lucha por la segunda y definitiva independencia: “El grito de independencia hace 209 años, se complementa toda una lucha que va a terminar el 7 de agosto de 1819 con la batalla de Boyacá; en este año se cumplen 200 años de la batalla de Boyacá. Esa sí fue una batalla. Se enfrentaron los ejércitos realistas (invasores) con el ejército de los criollos (patriotas), los que querían la independencia. Salen triunfantes con Simón Bolívar, Santander (Anzoátegui), nuestros máximos héroes de la patria”.
Dijo que en la lucha que hoy libran los pueblos americanos por su segunda independencia, el elemento esencial en juego es la paz. Sin paz será imposible. Una forma concreta del mandatario exhortar a defender el acuerdo de paz de la Habana y las conversaciones con ELN. “No va haber país, no va a haber democracia, no va a haber posibilidades de cambio y transformación, si no llegamos a la paz. Todos nosotros somos fervorosos creyentes en las posibilidades de la paz”.
Agregó: “Hoy estamos integrados con quienes habitaban estas tierras, nuestros indígenas, con los que salimos de esa mezcla entre el indígena y el español (los mestizos) y están quienes llegaron de África a hacer de esta Colombia más grande y más diversa: Nuestros afros colombianos”.
“Hoy estamos integrados en una inmensa diversidad, somos un pueblo inmensamente grande de casi 50 millones de habitantes, que hoy quieren la paz, que hoy quieren gobernarse así mismo, no tener más imperios, no que sea Donald Trump de los Estados Unidos el que dirija nuestros destinos. No vamos a fumigar porque queremos respetar nuestra nación, no vamos a aceptar las fumigaciones, no vamos a aceptar el glifosato, no vamos a dejar que las multinacionales destruyan nuestras cordilleras y acaben con nuestra agua, nos contaminen y nos destruyan a todos nosotros. Aquí hay un pueblo soberano, un pueblo que clama autonomía, capacidad de entendimiento, convivencia, paz y justicia social, para todos y cada uno de los colombianos”, terminó diciendo el médico burgomaestre, Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez en el marco de la IV Marcha Libertaria.
El escritor tolimense José Ramiro García, aprovechó la Marcha Libertaria para cuestionar duramente la política del régimen capitalista. A la pregunta qué significa la efeméride del 20 de julio de 1810, contestó: “Para nosotros significa la independencia…aunque hemos es cambiado de jefe, porque nos siguen maltratando, nos siguen discriminando. Pero aquí estamos presentes los indígenas dando ejemplo de paz, de cordialidad. Hoy la lucha no es solamente contra los Estados Unidos, sino contra nosotros mismos: Estamos peleando por tierra y hasta por la vida, la salud, pues nos han implantado un sistema muy difícil de manejar. Hoy siguen matando a nuestros líderes indígenas, sociales, para que nosotros no tengamos quién reclame nuestros derechos. Sigue la violencia en Colombia y cada día peor. Ahora la violencia es selectiva. Así, la tarea es luchar por la paz pues aquí cabemos todos”.
Luis Eduardo Capera, indígena: “Creo que es algo relevante en este municipio que por primera vez se le dé el verdadero sentido al grito de independencia del 20 de julio de 1810. Las comunidades indígenas aquí, presentes, consideramos el hecho trascendental porque es una invitación a que nos empoderemos del significado histórico de estas fechas, que son nuestras, de la sociedad civil. Invitamos a los ibaguereños para que se sumen y no seamos indiferentes. Las fuerzas militares se han apoderado de esta fecha, pero hoy en Ibagué, la sociedad civil estamos rescatando esta fecha. El florero de Llorente fue de civiles, ahí no estuvo las fuerzas militares. Vamos a decirles que se vayan para el 7 de agosto donde fue realmente la batalla de Boyacá. El mensaje es: Recuperar el 20 de julio de 1810 como un acto civil y no militar”, señaló el dirigente indígena durante la combativa y vistosa Marcha Libertaria, que se desarrolló de la calle 19, parque Andrés López de Galarza hasta la emblemática plaza de Bolívar, bajo un sol radiante.
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