El Centro Democrático fue creado con dos objetivos fundamentales: Hacer trizas el acuerdo de paz concebido en la Habana (Cuba) y firmado en Bogotá y, salvaguardar la vida turbulenta de su jefe máximo: Álvaro Uribe Vélez.
Este partido tiene cooptado prácticamente el poder ejecutivo y el legislativo y avanza peligrosamente a copar el poder judicial. Todo con una única finalidad: Que el ex presidente no pague un minuto sus crímenes de lesa humanidad.
Sobre montañas de mentiras, injurias y calumnias, el Centro Democrático desprestigia las instituciones que no le son afines a sus intereses criminales y mezquinos del cuestionado ex presidente, ex presidente reconocido por la CIA como el narcotraficante número 82, pero también ex presidente fundador de las Convivir (Paramilitarismo) desde que era alcalde de Medellín (Antioquia) y al parecer responsable directo de más de 10.000 ejecuciones extrajudiciales (Falsos Positivos).
El poder descomunal de este ex presidente hace pensar que el estado colombiano es narcoparamilitar y viene girando alrededor de éste. En otras palabras, todo indicaría que el estado colombiano estaría en manos de este rufián y su cohorte.
El presidente Iván Duque Márquez es su agente, lo mismo que la gran mayoría de parlamentarios, algunos altos togados y al parecer un sector del generalato. Además, tiene la bendición de los Estados Unidos.
Sin embargo, la presión nacional e internacional cada vez se hace más fuerte contra el estado y este siniestro personaje. Recientemente el presidente estuvo en Inglaterra y fue recibido con agudas protestas en las que le gritaban: “¡Asesino, asesino, asesino!”
El innombrable, amigo directo de los narcotraficantes de Medellín, según distintos libros y artículos que se han publicado, siente pasos de animal grande y prepara al parecer una salida extrema y desesperada: Un Golpe de Estado. Sí un Golpe de Estado.
Todo indicaría que Uribe viene organizando sus fichas claves, todas metidas en el Centro Democrático, destacándose al parecer el presidente actual, el ex ministro Andrés Felipe Arias (Uribito), recién llegado de Estados Unidos en vuelo chárter de lujo y fuertemente custodiado por la fuerza pública y otros cuantos personajes que se arrastran sobre el piso como hienas hambrientas.
Margarita Cabello, ministra de justicia al parecer tiene una misión específica, según el semanario VOZ La verdad del pueblo[i]. Aprovechando su investidura modificar la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), o sea, inutilizarla, también suprimir las Cortes e instaurar un Tribunal exclusivo y a la medida del ex presidente colombiano. Un tribunal que profiera el fallo absolutorio y deje limpia de toda mancha al ex mandatario de origen paisa.
Naturalmente, necesita el plan Uribe un Fiscal General de la Nación de la catadura del anterior, Néstor Humberto Martínez. Para subsanar el impase el Congreso nombrará el candidato de la terna que envíe el presidente y, como dijimos anteriormente, ambos poderes están en manos del ex mandatario colombiano. O sea, es pelea de tigre con burro amarrado. Nada que hacer allí. “El poder para qué”, habría dicho el tolimense Darío Echandía.
El plan comenzaría agitando un referendo, el cual sería impulsado por el seudo periodista Herbín Hoyos, referendo encaminado a derogar de un plumazo las Cortes, la JEP, remover a los Magistrados Honestos y reemplazarlos por magistrados designados directamente por el presidente. Es decir: Fusionar los poderes ejecutivo y judicial. Así se viene agitando el “Estado de Opinión”, como figura que iría a impedir justicia en relación con el ex presidente y por el contrario, impunidad total.
Es una jugada peligrosa y desde luego, monstruosa que al parecer estaría en marcha. Mientras tanto, el presidente Iván Duque Márquez, distrae la opinión pública con el cuento de Jesús Santrich, el Paisa e Iván Márquez, que dizque se encuentran en la hermana República Bolivariana de Venezuela en hoteles cinco estrellas. Realmente son bobadas y sandeces que habla como cotorra el presidente ventrílogo.
El pueblo colombiano, que viene siendo masacrado, especialmente sus mejores líderes populares, sindicales e indígenas, debe organizarse y movilizarse antes que sea demasiado tarde. El fascismo a la colombiana se nos vino encima. Es la cruda realidad. El coletazo de los violentólogos que han vivido de esta infeliz práctica, no darán fácilmente el brazo a torcer. Eso hace previsible momentos duros para este país sudamericano.
[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo, edición número 2988 semana del 10 al 16 de julio de 2019. Página consultada 9.
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