lunes, 13 de marzo de 2023

El neoliberalismo agoniza, pero no ha muerto…


 Por Nelson Lombana Silva

El triunfo del Pacto Histórico y el ascenso a la presidencia del compañero Gustavo Petro y a la vicepresidencia la compañera Francia Márquez, ha significado una guerra total al criminal modelo neoliberal avalado por la gran oligarquía colombiana.

Este movimiento político, con toda su diversidad y pluralidad, libra una batalla asimétrica de singular valor histórico, político, ideológico y cultural. Quizás, agoniza, pero no está muerto. Su poder oscuro y leonino, sostenido en la corrupción, el narcotráfico y la deshumanización continua prácticamente intacto.

Lo que ha hecho el presidente Petro es destapar “ollas podridas” en el alto gobierno de la derecha y la extrema derecha. Causa escozor. Asco. Sinceramente produce náuseas. Lo más ruin y miserable nos estaba gobernando durante casi 200 años, entrando en estado de descomposición total con los gobiernos de Uribe, Santos y Duque. Y, desde luego, Cesar Gaviria Trujillo, quien le dio entrada al neoliberalismo y Virgilio Barco Vargas que dio vía legal al exterminio del Partido Comunista y la Unión Patriótica. Es todo un mundo criminal y cizañero con la complicidad mediática y el alto clero, con muy pocas excepciones. El país nacional, a pesar de la cruda incomunicación, se encuentra anonadado ante tanta podredumbre en el establo de las vacas sagradas, como diría el famoso escritor costumbrista, Álvaro Salom Becerra.

Lo que viene descubriendo el director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), Augusto Rodríguez, es realmente espeluznante. ¿Cómo puede haber tanta corrupción junta en un ente de esta naturaleza, sin que los gobiernos de la derecha se hayan percatado?

¿Colocar este aparataje al servicio del tráfico de droga, armas y transportar seres humanos para ser asesinados? ¡Qué horror! Vender esquemas, falsos blindajes, etc, etc. ¿Crear supuestos sindicatos para dirigir desde allí al parecer todas estas actividades criminales y mafiosas, desvirtuando de cabo a rabo la función del sindicalismo?

El régimen capitalista mafioso, lanza cortinas de humo para intentar distraer al pueblo colombiano, con el caso del hijo y del hermano del presidente. Sobre el caso es aleccionador la decisión del mandatario al pedirle a la fiscalía que investigue y tome las decisiones que haya que tomar. No hizo lo que hizo Martha Lucía, la vicepresidenta uribista, que puso todo su poder para proteger a su hermano mafioso. ¡Qué diferencia!

No perder el horizonte

En esas condiciones concretas que tiene que ver con la lucha de clases, no hay que perder el horizonte, ni permitir el avasallamiento mediático, no podemos desconcentrarnos del proyecto estratégico. Hay que respaldar con decisión las reformas que el Pacto Histórico está proponiendo. Hay que salir masivamente – por ejemplo – este 16 de marzo a decir desde la calle que estamos con la reforma a la salud. Si el sindicalismo burgués no convoca por cobardía o cualquier otra cosa, debe tomar la iniciativa la ciudadanía y los sindicatos de clase, lo mismo los partidos auténticamente revolucionarios.

Hay que pulverizar la matriz mediática. Tener capacidad de análisis propio y salir con decisión a defender el gobierno del cambio. Este proceso hay que hacerlo irreversible. Y se hace irreversible si el pueblo sale a la calle, se organiza y reclama sus derechos. Por eso, hay que leer con detenimiento las distintas reformas, interpretarlas y difundirlas. No hay que dejar esta tarea en manos de los medios de comunicación de la gran oligarquía. “Mamola”, diría el mártir del 9 de abril, Jorge Eliécer Gaitán.

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