domingo, 26 de marzo de 2023

Ambalema, Tolima, se está cayendo a pedazos


 Por Nelson Lombana Silva

El 20 de marzo de 2023, visitamos el colonial municipio de Ambalema, Tolima, a la orilla del imponente río de la Magdalena, con el fin de entrevistar al ilustre profesor Julio Enrique Flórez Ospina.


A pesar de los primeros síntomas de gripe, el interés por recoger el testimonio sobre la historia del Partido Comunista en este hermoso y caluroso territorio ubicado al nororiente del departamento, no fue impedimento para llegar hasta allí, recorrer las estrechas y coloniales calles, compartir un largo diálogo en su enorme aposento rodeado de una espesa y frondosa vegetación.

 


El jardín se convierte en un verdadero remanso de frescura que anima el diálogo, la entrevista e incluso, la discusión sobre los más variados temas, de carácter local, regional, nacional e internacional. El profesor es un docto en el conocimiento histórico y geográfico del planeta. Domina muy bien el conocimiento en estas áreas tan complejas e importantes para el entendimiento del desarrollo de la humanidad.

La entrevista se prolongó por más de tres horas, sin interrupción de ninguna naturaleza, abordándose los más diversos temas relacionados con la influencia del Partido Comunista en este caluroso territorio semi colonial que se viene cayendo paulatinamente, ante la inoperancia de la clase dirigente del municipio y del departamento. Las casas caen por pedazos como barajas. Al parecer ya el municipio no cuenta con las 1001 columnas que lo hicieron tan famoso en Colombia. Incluso, hace más siete meses está incomunicado porque un puente colapsó ante un movimiento telúrico. Los habitantes para salir de allí, tienen que dar una vuelta inmensa por los lados de Armero, la población desaparecida por la ineptitud del gobierno de Belisario Betancur, quien como buen charlatán, responsabilizó de la tragedia a la madre naturaleza, concretamente a la erupción del volcán del Ruiz.

 

La población ambalemuna, alucinada quizás por el sopor metálico del clima ardiente o la perenne promesa de los politiqueros de oficio, pareciera que no se percataran del desplome del poblado. Van de un sitio para otro, en sus motos y ciclas, comentando cosas baladíes, sueños o frustraciones, sin tomar conciencia del acabose de esa gran riqueza cultural y artística que esconde en todo sitio y lugar esta maravillosa población tolimense.

Ambalema está incrustada en la página de la historia, sobre todo en la colonia, por cuanto fue puerto fluvial importante y municipio tabacalero por excelencia. Este figuró en los diarios europeos con especial resonancia.

De eso hace referencia el profesor Julio Enrique Flórez Ospina, al decir: “En 1850, se estaba exportando tabaco ambalemuno para Bremen (Alemania) y Liverpool (Inglaterra). Un día apareció un paisa de apellido Zapata, era el duro de aquí, tuvo que ver con navegación y barcos, se movió en muchos escenarios en el país, terminando en la quiebra. Quebró el tabaco como en 1.860, quizás un poco más, en el 70, porque aparecieron varias cosas interesantes: Primero, una enfermedad que aquí no se conocía, el “amulatamiento”, era una especie de roya, que se daba en las hojas. En consecuencia, dañando la calidad de la hoja. El tabaco fue rechazado en Europa, no quisieron comprarlo porque tenía un sabor horrible y por que aquí, según algunos textos, se empezaba a hacer trampa y los tipos que producían tabaco comenzaron a meter hojas de segunda, donde debería ser de primera. La cosa no funcionó más”, señala.

Clarifica el profesor que no se exportaba tabaco, “se exportaba hoja de tabaco. La hoja se alisaba, se le quitaba las nervaduras, se ponían muy bonitas, se metían en zurrones de cuero de res. Ese era el empaque con el que se montaba la carga para llegar a Honda en Champanes y en barcos de vapor. En el salto de Honda, había que descargarlo, a lomo de mula o de hombro y llevar esos bultos hasta bien abajo del salto. Eso significaba un aumento inmenso en los costos de producción; el Carmen de Bolívar, fue desplazando a Ambalema hasta que la desapareció del mapa”, agrega.  

La vía férrea

Se comenzó a construir la vía férrea, el primer tramo Ambalema – Buenos Aires (Ibagué), se llamó Ambafer. Ya a Ambalema había llegado Doradafer, es decir, el ferrocarril de la Dorada había llegado hasta Ambalema. Inicialmente llegó hasta Beltransito y después lo prologaron hasta Ambalema.

El profesor Julio Flórez, destaca: “Desde el punto de vista histórico y a veces anecdótico es aquí estuvo trabajando en ese ferrocarril como ingeniero asistente el ingeniero Uribe quien después terminó siendo dueño de la hacienda Boluga de Venadillo (Tolima) y el ingiero asistente era Laureano Gómez, futuro presidente de la república, más conocido como “el monstruo” tanto por lo izquierda como por la historia colombiana. Hay una anécdota al respecto: El tipo llegó a Ambalema, nadie le dio alojamiento, era un pueblo estrictamente liberal en los años 50s, ahora es completamente godo, pero no saben por qué ni nada, pues se impone el clientelismo. Nadie le dio alojamiento. El tipo se quedó en una banca en el parque. Ahí, lo encontró un señor de apellido Blanco, se lo llevó para su casa y le dio alojamiento. Cuando se fue, dijo: Ambalemunos ingratos, con un tipo buena gente que es Blanco, era dueño de una tabaquera”.

No terminaron este ferrocarril, por incapacidad o falta de dinero, no se sabe, necesitándose diez años más para su realización, indica el profesor. Ya estaba funcionando el ferrocarril Girardot – Ibagué.

La hacienda Pajonales

Otro momento histórico en la vida del municipio de Ambalema lo constituye la hacienda Pajonales, indica el profesor. Allí, hubo un sindicato fuerte, en una de las asambleas sindicales, hizo presencia Luis Morantes, más conocido como el comandante Jacobo Arenas de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, ejército del pueblo (FARC – EP). Este ingenio también quebró y la organización sindical también murió.

El profesor insiste en que Ambalema no es completamente colonial. Al respecto, señala: “¿Qué es colonial? Lo que produce la colonia, llámese española, portuguesa o francesa, lo que hizo la colonia en determinado territorio. Los franceses hicieron en Senegal, los ingleses hicieron un montón de cosas en la India, crearon instituciones, crearon costumbres, metieron hábitos diferentes, arquitectura diferente, música diferente, una mezcla”.

“Aquí, en 1820, cuando fuimos independientes, ya no había colonia. ¿Cuándo se acabó la colonia? En 1810. Colonia, colonia, como institución jurídica y económica, se acabó. Después, ¿Qué quedó? Pues, el régimen republicano. Inicialmente, fue la “patria boba”, un poco de sorocos que no sabían que hacer con esta vaina: Los Anzoátegui, los Nariño, los Santander. Era muy verraco. Es que crear un país de la noche a la mañana, no es cualquier cosa, sobre todo con gente que no estaba formada para eso. Los españoles se llevaron todos sus corotos y toda la gente que sabía. Estos fueron a improvisar la cosa más tenaz del planeta”.

“Entonces, lo que se hizo en la colonia se puede llamar colonial. La Candelaria en Bogotá, lo de Tunja, Chiquinquirá, todos esos pueblos de la sabana, son pueblos coloniales. Pero, aquí no, porque es aquí la colonia, como decía, murió en 1810. En adelante, no era colonia, era postcolonial, republicano, llamémoslo para darle algún nombre elegante. Eso que se hizo después de eso ya no era colonial. Ambalema cayó ahí. Ambalema, lo dice un escritor, historia de un alma, se llama ese libro, muy interesante, se me escapa el nombre del autor, él vivió en Ambalema, fue abogado, fue un tipo de izquierda, después se volvió de derecha, “godo”, fue el marido de Soledad, una mujer muy importante que era liberal, cuando en los últimos años se volvió “godo”: José María Samper. Muy importante en la región, muy importante desde el punto de vista intelectual colombiano, hasta cuando se volvió de derecha. Fue escritor, abogado, diplomático, creo que poeta, un tipo muy importante. Él estuvo en Ambalema y decía en el libro Historia de un Alma, que, en 1825, creo fue el incendio. Esto era un poblado de casas de bahareque con techos en paja. El único edificio que había era lo que se llama: La Casa Inglesa, que es lo que llamamos históricamente, la factoría. Por eso le digo que Ambalema no es colonial, fue postcolonial. Ahora, que tiene una arquitectura que la gente llama arquitectura tipo colonial. Seguramente lo trajeron los paisas del eje cafetero cuando la colonización de occidente. Ahí estuvo el paisa Zapata, que estuvo metido con el cuento del tabaco y seguramente trajo artesanos que fueron los que seguramente hicieron el pueblo como lo conocemos más o menos actualmente”.


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