martes, 26 de octubre de 2021

La realidad del Tolima al desnudo

 


Por Nelson Lombana Silva

La Asamblea constitutiva del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CPDH), seccional Tolima, permitió conocer la realidad concreta actual de los campesinos e indígenas del territorio tolimense. Una realidad dolorosa y dramática contada por los mismos habitantes y que los medios masivos de comunicación ignoran, minimizan y subvaloran.


Es una realidad dolorosa que coloca en evidencia la criminalidad del sistema capitalista que regenta indecorosamente, el presidente títere, Iván Duque Márquez. La cartografía desarrollada durante el evento así lo certifica.

Para su estudio más eficiente, se conformaron grupos de líderes y lideresas por región, permitiendo a cada uno de ellos hablar con autoridad y conocimiento de causa.

En la parte norte, según los participantes, hay una permanente y descarada vulneración de los Derechos Humanos de las comunidades, pero muy especialmente de los líderes y lideresas defensoras del medio ambiente.

La información señala que en el vasto territorio perdura los más diversos actores armados como son las denominadas AUC, grupos residuales de las Farc-Ep, insurgentes pertenecientes al ELN y desde luego, la bota militar-policial. La relación íntima entre la fuerza pública y el paramilitarismo es evidente, según señalaron.

La arremetida de las multinacionales y transnacionales contra la biodiversidad resulta monstruosa, a través del extractivismo, contaminando las corrientes hídricas y arrasando la espesa vegetación.

Es frecuente el abuso sexual en jóvenes, hombres y mujeres, hechos que en su inmensa mayoría quedan en la más rampante impunidad porque las víctimas temen denunciar ante las posibles retaliaciones.  

El homicidio se ha disparado en grado sumo en municipios como Fresno, Murillo, Palocabildo, Villahermosa y muchos otros municipios de esta parte del Tolima.

De igual manera, se incrementa cada día más, la violencia contra la comunidad LGTBI. La intolerancia y la estigmatización, lo mismo que la exclusión y la falta de proyectos educativos y formativos que estimulen la tolerancia y la aceptación en la diversidad.

Los organismos encargados de proteger los Derechos Humanos brillan por su ineptitud. Al decir de algunos de los asistentes al foro, estos organismos se inclinan a favor del gobierno y en contra del campesino, de la víctima.

Uno aspecto supremamente grave denunciado es que dichos actores armados, incluyendo el militarismo, vendrían utilizando las escuelas como trincheras, colocando en grave riesgo a los niños y a la población civil. Al decir, el narcotráfico hace rato se tomó con fuerza el norte del Tolima. Se mueve como pez en el agua y las autoridades se hacen los de vista gorda.

La comunidad campesina se encuentra inmovilizada por el miedo, lo que hace que no participe activamente. El terrorismo de estado tiene tomado a los pueblos, veredas y caminos de esta región.

Hay violenta disputa por el territorio para la distribución de microtráfico del alcaloide, en todos los municipios del Tolima, al parecer con completo conocimiento de las autoridades.

Las multinacionales vienen desplazando a los labriegos y cada vez amenazando más y más el gigantesco parque nacional natural que cuenta con varios nevados. Se empecina en fortalecer el monocultivo del aguacate Has en este sector del departamento.  

La realidad en el centro, sur, oriente y occidente del departamento quizás es la misma. Allí, se “acepta” la cruda realidad. “Aceptamos vivir en la anormalidad, no hay espacios para construir familias en paz”, señaló uno de los asistentes.

“En realidad – agregó otro líder presente – el Estado es la causa de la problemática socioeconómica que vive la región”.

El desempleo alcanza índices preocupantes, tanto en la ciudad como en el campo tolimense. “El Estado prefiere colocar armas al alcance de la mano que libros y cultura”, opinó el asistente.

Dijeron los participantes que el soldado ve al campesino como su enemigo y, a su vez, el campesino lo considera así. La barbarie hace carrera. En zona militarizada, desaparece la tranquilidad, se incrementa el robo y casi siempre la violencia aumenta contra el agricultor.  El binomio militar-paramilitar tiene por finalidad garantizarle seguridad a las multinacionales y terror a los campesinos para que no protesten. El Estado usa el miedo y la estigmatización en vastas zonas del Tolima.

Campesinos tienen conocimiento de zonas de polígono donde participan niños, al parecer con la anuencia de los militares y los paramilitares.

Solo un ejemplo: Al parecer en los últimos tres meses se han presentado treinta homicidios en el corregimiento de Bilbao, municipio de Planadas, crímenes que quedan en la impunidad y sin ninguna trascendencia en los medios masivos de comunicación.

Continúa el desplazamiento en amplias zonas del Tolima, sin que las autoridades se den por enterado. Continúa la extorsión y la amenaza en este departamento.

Esta es la cruda realidad que salió a flote en este foro.

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