miércoles, 6 de octubre de 2021

En Nueva EPS: Celador, Médico, Polizonte y Barrendero


 Por Nelson Lombana Silva

La salud en Colombia sigue manga por hombro. Es cada vez más deprimente la prestación del servicio. Solicitar una cita, acudir a consulta o retirar medicamentos, es un verdadero drama, mientras las EPS cada vez se hacen más ricas y poderosas. Toda esta situación lamentable, fruto de decisiones políticas tomadas en el parlamento o en los pasillos de la Casa de Nariño, las padece el pueblo humilde y analfabeta político. Sin embargo, sigue pensando que el presidente Duque, el matarife Uribe Vélez, nada tienen que ver con esta compleja y dramática situación del pueblo colombiano.


Como para estas empresas prestadoras de salud, esto es un suculento negocio, cada día inventan cosas nuevas, para bajar costos y aumentar ganancias. Es la dinámica propia del capitalismo.

En el caso particular de la Nueva EPS (Seguramente muchas más), sin escrúpulo alguno ha convertido al pobre celador en “médico”, “polizonte” y hasta “barrendero”. Se para en la entrada y bien parece un “dictadorzuelo” con potestad absoluta de decidir quién entra y a qué hora. Por supuesto, no respeta que sea mujer o anciano, todos tienen que someterse a sus caprichos o quizás, a las órdenes de sus superiores.

Este 6 de octubre, estuvimos solicitando una autorización en la sede de la 43 con 5ª en Ibagué (Tolima) y qué espectáculo tan bochornoso el que presenciamos. Un anciano de 84 años de edad, con dolor de estómago suplicando que lo dejara pasar, que estaba muy enfermo y era mayor de edad. El abultado celador de una manera déspota le contesta que haga fila, que no tiene corona. Revisa las fórmulas médicas y determina quien pasa y quien tiene que esperar. En realidad, es un cuadro dantesco, deprimente. “No vengo de limosna”, dijo el anciano “Soy contribuyente”. Nada de estos argumentos tuvieron validez para el ocupadísimo celador, médico, polizonte o barrendero, tuvo que someterse a la extenuante fila como cualquier muchachón.

Y, para completar el drama, la joven que lo atiende, mira el cartapacio de fórmulas y con toda la naturalidad del mundo le contesta: “Ahora no se puede hacer nada, venga el otro mes”. Personalmente, iba para la autorización de un examen y muy amable la joven me dice: “Queda para el 16 de octubre y la cita para que el médico le lea el examen el 29 de noviembre”. Así se maneja la salud en Colombia, desde que el matarife narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, se empeñó en hacer realidad la ley 100 de 1993, que versa sobre la salud. Un vulgar negocio para unos pocos tal como reza los principios nefastos del sistema capitalista.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario