viernes, 8 de octubre de 2021

Camarada Pedro Enrique Muñoz, ¡Comunista de verdad!

 


Por Nelson Lombana Silva

El funeral del camarada Pedro Enrique Muñoz González, se realizó ayer en la catedral de la ciudad de Ibagué (Tolima), contando con la presencia de un puñado de comunistas, amigos, simpatizantes y familiares del camarada. Fue una ceremonia sobria, pero bastante emotiva, en donde se destacó una vez más la obra revolucionaria del aguerrido comunista que tuvo el valor de pedir como su última voluntad que el catafalco portara la bandera del Partido, con el símbolo de la clase obrera: La hoz y el martillo.


“Se va victorioso. No pudo el régimen asesinarlo como fue interés. Durante la dictadura del triste célebre expresidente Julio Cesar Turbay Ayala y el asesino ministro de defensa de esa época, Luis Carlos Camacho Leiva, el camarada Pedro Enrique tuvo valor para colocar a circular públicamente Voz Proletaria en la ciudad de Ibagué. Desafió con valor los efectos devastadores del criminal estatuto de seguridad”, dijo el orador al intervenir en el atrio de la catedral, cuando el sol comenzaba a ocultarse en el ocaso.

“Estamos viviendo un momento histórico en medio de la adversidad y la putrefacción del régimen mafioso orientado por el Centro Democrático, gracias al desarrollo esperanzador del Pacto Histórico y en el caso particular del Tolima, la Gran Convergencia. Sin lugar a dudas, el camarada que hoy despedimos tuvo mucho que ver, porque estos esfuerzos de unidad que hace el pueblo colombiano, es producto de muchos intentos e iniciativas en donde los Comunistas han sido protagonistas. El camarada fue un sobreviviente del genocidio de la Unión Patriótica. Estuvo en primera línea desarrollando la solidaridad con los presos políticos, moviendo la comisión de Derechos Humanos y publicitando el semanario Voz Proletaria, actualmente, VOZ La verdad del pueblo y la literatura marxista y leninista”, agregó.

“Su obra seguirá brillando inmaculada en el Tolima. Bien puede decir con Pablo Neruda: “Confieso que he vivido”. Camarada Pedro Enrique, ¡Hasta la victoria, siempre!”

Sus despojos mortales fueron conducidos hasta el parque Los Olivos donde se llevó a cabo la fúnebre ceremonia de cremación. Se fue un grande del comunismo sin lugar a dudas, pero su obra se convierte en ejemplo para las presentes y futuras generaciones.

Un reconocimiento especial merece su compañera, Olga Montes, quien lo acompañó con abnegación y dedicación. También es un ejemplo de lealtad y compromiso que vale la pena relievar en estos momentos de confusión y dolor.

Seguramente, el mejor homenaje que se le pueda hacer a su memoria, será la de defender a capa y espada la unidad del Pacto Histórico, la Gran Convergencia y el fortalecimiento orgánico y político del Partido Comunista. ¡Paz en su última morada!

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