viernes, 1 de octubre de 2021

Destruido monumento de Quintín Lame en Ibagué


 Por Nelson Lombana Silva

Estupor e indignación en el pueblo ibaguereño generó la destrucción del monumento en honor del aborigen Quintín Lame, levantado en el viaducto de la calle 42 de esta ciudad por parte de un grupo de artistas jóvenes, al parecer por personas estimuladas por el actual secretario municipal de gobierno, Óscar Alexander Berbeo Suárez.



La decisión del funcionario ha sido calificada de una afrenta a la historia y al propósito de reivindicar la comunidad aborigen, brutalmente sometida por el invasor español, en el que se cuenta Andrés López de Galarza. Según historiadores, durante el violento paso de éste, por el valle de las lanzas y que dio como resultado la fundación de Ibagué, dejó como saldo trágico el magnicidio de por lo menos 40 mil aborígenes mal llamados indios, entre ellos, la lideresa, médica y defensora del entorno, la cacique Dulima, quien fue acusada de bruja y quemada viva, con el único propósito de generar miedo y escarmiento entre los nativos.


 
 Ese monumento fue retirado de allí por decisión popular e indígena, durante el reciente Paro Nacional y colocado en su puesto el monumento de Quintín Lame, un gladiador aborigen que luchó por preservar su entorno, sus costumbres y sus rasgos culturales.

Durante la jornada nacional de protesta del pasado 28 de septiembre, un grupo de artistas levantó el monumento embelleciendo el entorno, dándole vida a la historia y recuperando la identidad. Al parecer la decisión personal del citado funcionario público, fue suficiente para que la obra fuera destruida violentamente en horas nocturnas.

Martín Sandoval Rozo, ex diputado y dirigente de Derechos Humanos, criticó duramente esta postura y demandó un pronunciamiento claro de la Procuraduría General de la Nación sobre la postura del funcionario.

Señaló: “Es indignante y repudiable lo que realizó la noche y madrugada anterior el secretario de gobierno municipal Óscar Berbeo, al incitar a destruir el monumento que con esfuerzo y sacrificio habían realizado los jóvenes en días anteriores al restaurarlo con una imagen indígena que recuerda las luchas ancestrales de nuestros hermanos mayores”.

Agregó: “Solicitamos de la Procuraduría, la Fiscalía y demás entes a iniciar el proceso disciplinario y judicial contra este funcionario, cuya una de sus funciones es brindar garantías para la libre expresión”.

Subrayó el dirigente regional: “Se dice que combaten el vandalismo, pero lo que hicieron funcionarios públicos fue físico y puro vandalismo institucional y si se quiere xenofobia y clasismo descarado. Ojalá en este caso se actúe y se sancione esta extrema arbitrariedad institucional”.

La gravedad del hecho

La destrucción del monumento del aborigen Quintín Lame, es un hecho supremamente grave que refleja el total desconocimiento de la verdadera historia de nuestra patria. La historia oficial de Colombia está contada al revés, ya lo dijo Gabriel García Márquez cuando expresó que está hecha más para esconder que para clarificar.

Está patas arriba. Eso explica por qué adulamos a los verdugos, en este caso, los invasores españoles como Andrés López de Galarza y rechazamos a los mártires, en este caso los aborígenes Pijaos.

La juventud está empeñada en rescatar la verdadera historia. Por eso, en un acto audaz y casi temerario, decidió bajar el monumento del invasor y plantar allí, el monumento del indígena Quintín Lame, verdadero protagonista de la resistencia indígena y popular en Colombia.

Alguien dijo con fina ironía: “Yo jamás levantaría monumento alguno al sicario de mis hermanos; lo levantaría en honor de mis hermanos sacrificados para que sus memorias perduren en el tiempo y en el espacio”.

Al parecer en Colombia ocurre al revés: Veneramos a los invasores y condenamos a las víctimas. Como dijo algún senador: “Esto tiene que cambiar”. 

Fotos Internet

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