martes, 18 de mayo de 2021


 Por Nelson Lombana Silva

El Paro Nacional que viene adelantando el pueblo colombiano es histórico, cambiará para bien o para mal las costumbres políticas y sociales de este país carcomido por una oligarquía mafiosa, criminal, descompuesta y apátrida.



Después de este acontecimiento popular y de aguerrida resistencia, contra la criminalidad represiva del Estado, desconociendo gravemente el derecho a la protesta, el país no seguirá siendo el mismo.

Se ha venido demostrando un desarrollo importante de la conciencia social, un formidable despertar de la juventud, tan golpeada por las medidas capitalistas neoliberales. Ha alzado su voz y su rostro para exigir cambios estructurales, no limosnas y migajas que caen de vez en cuando de la mesa del rico Epulón.

El pueblo ha perdido el miedo al tenebroso terrorismo de Estado y con toda la dignidad humana está en franca lid construyendo poder popular al calor de la movilización.

De igual manera, ha venido desenmascarando la criminalidad del régimen ante la comunidad internacional, comunidad que no sale de su asombro de la forma desproporcionada y vandálica como viene enfrentando la protesta nacional que sigue firme en las calles, con un ex presidente matarife y mafioso que incita a la fuerza pública a matar pueblo y un presidente inepto e incapaz de interpretar la inconformidad del pueblo.

¿Cómo materializar esta protesta nacional? ¿Cómo concretar este histórico y heroico esfuerzo que viene haciendo el pueblo colombiano por reformas y cambios estructurales y de fondo?

El joven dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), seccional Tolima, Jonathan Barón Posada, hace un crudo y sesudo análisis del Paro Nacional en desarrollo, colocando los puntos reflexivos sobre las íes.

Es más: Con solvencia intelectual y conciencia de clase, se atreve a resolver estos interrogantes, afirmando que hay dos caminos en concreto: Uno, que el pueblo que está en la calle se organice. Es decir, asuma una organización capaz de desarrollar todos estos anhelos de justicia social, cambio y bienestar para el pueblo. Dos, que haga un Pacto Histórico para ser poder en el 2022.

Destaca el líder sindical tolimense, las Asambleas Populares, como una forma concreta de ir asumiendo la comunidad Poder Popular. Iniciativa propia. En esa dirección destaca que en el marco de la II Asamblea Popular desarrollada en Ibagué, ésta decidió bautizar la avenida 60: Santiago Murillo, en honor al joven estudiante Santiago Andrés Murillo Meneses, asesinado por la Policía Nacional, el primero de mayo. Jonathan Barón Posada, destaca esta decisión porque significa entre otras cosas, no perder la memoria y rescatar la verdadera historia de Colombia.

Estas declaraciones fueron concedidas a la página web: www.pacocol.org:

-         ¿Qué reflexión hace usted de este histórico Paro Nacional, compañero Jonathan Barón Posada?

Llevamos más de quince días de Paro, de movilización callejera, que no se ha detenido un solo día. Por el contrario. Cada día vienen sumándose nuevas expresiones de lucha y la indignación va en aumento en el pueblo tolimense e ibaguereño. La gente ha despertado completamente, a partir de todas las arbitrariedades, las amenazas, los asesinatos que viene haciendo el gobierno nacional y su fuerza pública, en una táctica de amedrantamiento.

No le ha dado resultados al gobierno nacional esta agresividad. Los jóvenes vienen expresando que son una generación que no tienen nada que perder, y son los que han estado al frente de estos ejercicios de movilización. Ahora, por qué dicen que no tienen nada qué perder: La mayoría de ellos son graduados, algunos tienen postgrados y no han podido conseguir empleo.

No tienen nada qué perder porque los que logran conseguir un empleo, éste es muy precario, con salarios de miseria, no hay trabajo digno, tampoco tienen el derecho a la sindicalización. Y, no tienen nada que perder porque las políticas gubernamentales les ha arrebatado por completo las posibilidades de tener una pensión.

-         Una de las características de este Paro Nacional es la presencia masiva de los jóvenes en las calles. Es un fenómeno novedoso. ¿Qué análisis hace usted?


Creo que la juventud del mundo y concretamente en nuestro país, han sido protagonistas de los cambios, de los ejercicios de movilización y lucha social. En este caso, no es la excepción. Esta generación es estigmatizada por algunos como la “Generación de Cristal”, que porque supuestamente son los jóvenes que sufren de la depresión, de los suicidios. Pero, además de eso, han venido demostrando que son la generación de la resistencia y del cambio.

Al ver que no tienen empleo, ni posibilidades de estudiar, al ver que, por los efectos de la pandemia, sus padres y sus familiares se quedaron sin empleo y están sin pensión, en la casa, sin posibilidades de tener alimento y muchas más urgentes necesidades, han decidido de manera protagónica ser parte activa de las movilizaciones.

Estoy completamente seguro que si el gobierno nacional, no desarrolla una política clara para atender esta situación de crisis, para atender sus solicitudes y exigencias, ellos se van a mantener en las calles. Realmente, se han apropiado de este espacio como su lugar de resistencia, su lugar de vivencia desde el 28 de abril de 2021, seguramente cada día su presencia va a ser más masiva y contundente allí, porque el pueblo al ver que su juventud está en la calle, los diferentes sectores se irán sumando cada vez con más fuerza y contundencia.

-         De acuerdo a su experiencia y capacidad de organización: ¿Realmente la juventud tiene claro por qué está luchando, incluso, dando su propia vida? ¿Tiene clara la película? ¿Es una reacción espontánea?

Como todo ejercicio de movilización, hay expresiones de diferentes tipos. Hay expresiones organizadas, constituidas que tienen claro una dinámica política, un rumbo político. Pero también hay expresiones que participan como ejercicio de reacción ante los ataques sistemáticos de los que están en la calle. Es como yo decía ante un hecho en concreto de miseria, vulneración de la vida digna de la gente del común, en este caso los jóvenes.

Vemos que en la calle hay estos tipos de expresiones: Vemos jóvenes organizados, vemos organizaciones sindicales participando, vemos organizaciones ambientalistas, sindicales, de mujeres, indígenas, campesinos, que han permanecido desde el 28 de abril, en la movilización de forma organizada y con una opinión clara de lo que quieren de estos escenarios de movilización.

-         Podríamos decir que hay un sector que nadie los orienta, ellos mismos se orientan. ¿Qué hacer con ellos en términos de formación política, ideológica y orgánica?

Esas expresiones que vienen indignadas y que vienen participando de forma espontánea en la movilización, hay que decir que a ellos, los mueve dos cosas en concreto: La masacre, el asesinato y la matanza que viene haciendo el Estado con esa política genocida que se viene dando desde hace muchos años, pero que en estos últimos días, ha venido arreciando.

Además, de eso los mueve, el hecho de que no tengan en su casa, las garantías mínimas de sobrevivencia. Entonces, estas expresiones espontáneas, salen con estas dos consignas de manera muy concreta.

Pero, además de eso, ellos se han venido vinculando de forma más consciente a unos ejercicios de movilización y de convocatoria popular que se ha venido fortaleciendo, por ejemplo, en la ciudad de Ibagué, que son las Asambleas Populares.

Estos ejercicios de las Asambleas Populares recogen a aquellas personas que están en la calle, que no están organizadas, que no están organizadas a ningún proceso organizativo, que aún no tienen claro una opinión política, pero que tienen la intención de seguir en la calle. Estas Asambleas en la ciudad de Ibagué, ya han hecho hechos políticos muy importantes. Por ejemplo, la que se realizó el 16 de mayo, en la ciudad de Ibagué, avenida 60, que incluso, bautizó (que es un hecho político muy importante), como la avenida “Santiago Murillo”, en homenaje, en memoria y reparación como pueblo al asesinato del joven, víctima de las balas del terrorismo de Estado. Un recuerdo perenne del compañero Santiago Andrés Murillo Meneses, asesinado por la Policía Nacional.

-         Usted habla de las Asambleas Populares. Es un hecho novedoso e importante porque estos jóvenes comienzan a plantearse el tema del Poder Popular. ¿Es la respuesta concreta y correcta de esta juventud?

Sí. Este ejercicio de las Asambleas Populares, es un ejercicio del orden nacional, que viene siendo impulsado por el Comité Nacional de Paro, y que se vienen acogiendo, sobre todo, en el foco de la resistencia en Colombia, que es Cali. Allí, también se vienen haciendo Asambleas Populares. En el caso de Ibagué, ya llevamos dos Asambleas, que como usted lo dice, son los ejercicios concretos de una democracia real. Ahora, por qué hablamos de una democracia real. Porque es el ejercicio abierto de participación de aquellos que estamos movilizados, que estamos en la calle, pero también de la ciudadanía en general, para tomar decisiones sobre el quehacer del pueblo ibaguereño en este caso, para avanzar en las exigencias, en las solicitudes y las iniciativas que tienen como pueblo ibaguereño para organizarse y para consolidar un ejercicio de poder popular, para la consolidación de la movilización, pero también para ejercer iniciativas y apuestas políticas como ciudadanía.

-         El derecho a la movilización es constitucional. En Colombia viene siendo un delito. Prueba de ello es la forma violenta como el Estado viene reprimiéndola. La práctica salvaje demuestra que no estamos en un Estado de Derecho, sino en un estado militarista, fascistoide. ¿Qué análisis hace usted sobre el particular?

La táctica del Estado colombiano, un Estado genocida, pero que además de eso, la política uribista, es un política que recoge incluso, apreciaciones neofascistas que han denominado como la “teoría de la revolución molecular disipada”, teoría que tiene como fundamento la estigmatización y macartización de los que estamos en la movilización, por el solo hecho de hacerlo de una manera crítica. Así, a los que estamos en la calle, se ha puesto el rótulo de “vándalos”, con el objetivo de descargar toda la represión policial y estatal contra la movilización.

Con esta teoría neofascista, que viene siendo aplicada por el gobierno uribista de Duque, produciéndose un ataque sistemático a la protesta social, no solo desde el 28 de abril, sino desde el 21 de noviembre, atacando abiertamente la protesta social.

En el caso del Tolima, la comisión de Derechos Humanos, a fecha del 5 de mayo, había manifestado estos datos: 18 personas desaparecidas, 25 víctimas de violencia física por parte de la fuerza pública, 36 detenciones arbitrarias por parte de la Policía Nacional, un asesinato: Santiago Andrés Murillo Meneses, víctima de la Policía Nacional.

-         Miremos un poco ese concepto de “vándalo”. Es un concepto diríase neoliberal encaminado a darle un golpe certero al Derecho de la Rebelión. ¿Cree usted que la cosa va por ahí?

Sí. Como venía explicando: Primero hay una política genocida de la oligarquía colombiana, que comienza con una política anticomunista, que se vio reflejada en los 60s con las denominadas “repúblicas independientes”, con el único objetivo de atacarlas militarmente y reprimir así un ejercicio válido de organización campesina que se venía dando en el sur del Tolima.

Después comenzó a macartizar a todo el movimiento social, hablando de “terrorismo”, de que todos “son guerrilleros”. Por lo tanto, a partir de ese “terrorismo”, se justificaba también la brutalidad policial, la represión militar.

Ahora, que ya no existe la excusa que hay guerrilla, que hay conflicto armado, entonces inventa la figura de la “vandalización” de la protesta, con el objetivo de tener una excusa, de tener una concepción de enemigo interno, para poder ejercer la represión estatal hacia los que estamos en la movilización y la protesta.

Hay un ejercicio de infiltración de la movilización. Vemos en las redes sociales, no en los medios masivos de comunicación, cómo la policía se infiltra. Incluso, le ha tocado aceptar que usa personal de civil e incluso, civiles para que hagan el papel de “vandalización” en bancos, en el comercio, con el único objetivo de tener excusa para reprimir y señalar a los manifestantes de “vándalos” y estigmatizar la protesta nacional.

Vemos entonces que es una táctica del gobierno, de la fuerza pública, para estigmatizar la protesta y justificar la violencia sistemática que se viene dando en todo el país, y de paso, justificar el gasto militar. En el Cauca los militares están utilizando un artefacto denominado: Venum.  Dispara simultáneamente treinta artefactos de dispersión, tanto de gases, como de bombas sonoras y de humo, directamente hacia la humanidad de los que están en la protesta.

Este concepto de “vandalismo” y la estigmatización de la protesta social, se hacen con el objetivo de también justificar un rubro gigantesco de gasto público para que la Policía pueda también ejercer la violencia sobre la protesta social. Por ejemplo, el artefacto que se denomina Venum, cuesta uno solo cuesta más de 400 mil millones de pesos. Se está gastando el erario público que supuestamente estaba en crisis para reprimir al pueblo y no para solventar la problemática social y económica que tiene en grado sumo el pueblo colombiano, tolimense e ibaguereño, se viene utilizando para reprimir a la gente.

-         En este Paro Nacional ha jugado un papel importante los medios alternativos de comunicación. En tiempo real el pueblo ha podido darse cuenta de lo que realmente está sucediendo. Incluso, el mundo que hoy tiene sus ojos puestos sobre Colombia. ¿Cuál es su parecer sobre el particular?

Por fortuna, las redes sociales han permitido la comunicación alternativa y de primera mano. Es un golpe demoledor al monopolio de la comunicación masiva del Estado. Este es un ejercicio comunicacional contrahegemónico ejercida por el pueblo mismo. Él se ha tomado estas redes sociales, estos medios alternativos como herramienta para hacer ejercicio de contrapoder al periodismo comprometido con la clase dominante.

Esto ha logrado que se pueda evidenciar, lo que piensa la gente del común, lo que piensa las organizaciones sociales y populares. Pero, también han permitido poner en evidencias denuncias de graves vulneraciones de los Derechos Humanos, de graves amenazas, de asesinatos de los que han hecho uso de la movilización y la protesta social.

Solo un ejemplo: En Ibagué un grupo de policías dañó las instalaciones de “Gana Gana”, cerca de la universidad del Tolima. Cuando llegó la comisión de Derechos Humanos, este grupo dijo: Esto es lo que vienen haciendo los estudiantes, vandalizando los centros comerciales. Pero, a la par, un medio alternativo, antes de que llegara la comisión de Derechos Humanos, documentó que estas acciones las hicieron uniformados. Es que ni siquiera lo hizo la policía de civil, ni infiltrados que manda la policía a hacer esto. Lo hicieron uniformados de la fuerza pública. Vandalizaron este centro comercial. Incluso, se ve perfectamente que algunos de ellos, robaron objetos como televisores, computadores, etc. Pero, le estaban echando la culpa a los estudiantes.

Estos ejercicios alternativos de comunicación han permitido evidenciar cómo la fuerza pública no solo ataca de manera indiscriminada la protesta social, cómo asesina, sino también cómo vandalizan las protestas y movilizaciones las fuerza pública y sus infiltrados, formando así el discurso de la estigmatización de la gran protesta nacional.

-         Finalmente: Colombia después de este histórico Paro Nacional será diferente para bien o para mal. Esperamos que sea para bien. El pueblo ha comenzado a plantearse en serio el Poder. ¿Cómo materializar todo este heroico esfuerzo del pueblo colombiano, especialmente la juventud y la mujer?

Definitivamente, Colombia ha cambiado después de este ejercicio de movilización. Ha logrado despertar una conciencia social, política, crítica, ante lo que ha venido pasando en las calles, ante la vulneración infame de los derechos humanos y ante la opinión que han tenido diferentes dirigentes políticos y sociales.
 
¿Cómo poder recoger esto? De dos formas muy concretas: Que aquellas personas que están en la calle, comiencen a organizarse en los diferentes escenarios y procesos sociales y populares que existen en Colombia, en la región y en el municipio. Pero también que comiencen a vincularse a los escenarios de encuentro de articulación, como las asambleas populares.

Estos espacios, por ejemplo, están ofreciendo escenarios organizativos que permiten fortalecer el ejercicio de la movilización y que permiten también fortalecer la incidencia política que pueden hacer estas personas que están en la calle.

Pero, también puede haber un cambio decidiéndose definitivamente a realizar un Pacto Histórico por Colombia, por definir un cambio real, ante la política de derecha, fascista que viene dirigiendo a Colombia y que, a futuro, en el 2022, decidamos apoyar el cambio en este país. No solo a la presidencia de la república, sino que también logremos tener mayoría en el parlamento, eligiendo a personas que han estado en la calle, que han estado movilizándose, que han venido denunciando todas estas arbitrariedades que se vienen presentando en el país y que también traen propuestas serias para cambiar el estado de cosas que se vienen presentando en nuestra patria Colombia y que estoy seguro que el pueblo las va a identificar como apuestas en concreto de cambio y transformación, en un sello histórico de esperanza para nuestro país.

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