domingo, 17 de septiembre de 2017

Joven artista desaparecido y asesinado en Girardot, Cundinamarca

Por Nelson Lombana Silva

“¿Por qué teme al parecer la policía de Melgar que se sepa la verdad sobre el atroz crimen del joven rapero Brayan Steven Lozano R?”


No era hijo de la pútrida oligarquía colombiana, era hijo de pueblo, que una noche quiso divertirse en su patria chica, la “Ciudad de las Acacias”, Girardot (Cundinamarca), pero fue desaparecido al amparo de las sombras, apareciendo su cuerpo cinco días después a la orilla del río Magdalena, en Honda (Tolima), sin vida y con visibles huellas de tortura.

Esto en un país que presume tener la democracia más antigua del continente americano con gobernantes más creyentes que el Papa. Una vida en primavera que se esfumó violentamente sin la mayor trascendencia mediática por lo mismo, porque no era hijo de la rancia burguesía santafereña.

Se trata de Brayan Steven Lozano R., joven de escasos 21 años de edad, padre de un bebé de solo un añito, quien a propósito, su nacimiento fue prematuro y hoy mantiene más en el hospital que en la casa. Quizás se apresuró a salir del vientre materno a ver con sus ojitos angelicales efímeramente a su progenitor, “consciente” que su padre tendría corta vida por obra y gracia del régimen que desprecia la vida y le rinde culto a la muerte.

Su desaparición ocurrió el 23 de abril de 2017, a la madrugada, del centro de esta calurosa población, también a orillas del río Magdalena. Versiones que señalan que en el sitio hubo una gresca, la policía llegó y subió a la patrulla al joven y se lo llevó con rumbo desconocido. Cinco días después, apareció su cadáver en avanzado estado de descomposición con lesiones en distintas partes del cuerpo. “Tenía muchos hematomas, sobre todo en la nuca, mi hermano fue torturado”, afirma su hermana.

Durante los primeros dos días, la policía negó haber detenido a Brayan, cambiando después su versión por una aún más peregrina: “Sí, lo detuvimos pero se nos escapó y se ahogó en el río”. Ahí se ha sostenido, asumiendo al parecer un comportamiento hostil contra la familia y sus cercanos amigos que lo lloran y reclaman justicia para que este abominable crimen, como tantos en Colombia, no quede en la impunidad.

Su funeral fue apresurado. Sus familiares no tuvieron hígados para verlo en ese estado. Todavía no han entregado el dictamen de medicina legal. Se sabe extraoficialmente que el funcionario que practicó el levantamiento del cadáver, comentó a sus familiares más allegados que no presentaba heridas de bala, pero sí golpes en diversas partes del cuerpo, especialmente en la nuca.

El 16 de septiembre de 2017 después de las 2:00 de la tarde, se realizó una movilización en esta población intitulada “Caminando por la vida”, con el fin de recordar su memoria, destacar su aporte y exigir justicia para que este crimen no quede en la impunidad y los responsables reciban el peso de la ley, si es que hay ley a favor del pueblo en Colombia.

¿Quién era Brayan Steven Lozano R?

Era un joven soñador, artista y compositor de música Rap. Su nombre artístico era “Sombras”. Bachiller, se ganaba la vida como oficial de construcción, vivía en el barrio marginal Las Acacias. Proyectaba construir su propia vivienda; ya había levantado algunas paredes con suma dificultades económicas, pero con todos los sueños del mundo de un joven padre que quería ofrecerles un techo a su primogénito y a su compañera menor de edad.

Sus amigos lo recuerdan como una persona tímida e introvertida, respetuosa y trabajadora. No fumaba y escasamente libaba de vez en cuando. Hacía parte de un colectivo en Girardot que se llama: “Way Of Life Clan C”, que significa: “Camino de vida”. Su madre y hermana son cristianas.

No tenía antecedentes judiciales, ni fiscales, tenía una hoja de vida cristalina. Tampoco tenía enemigos en su entorno. Vestía como rapero, pues llevaba esta música en sus venas: Zapatillas, buzos grandes, pantalones bombachos y gorros planos, generalmente.

A pesar de su cruda timidez compartía con sus amigos las cosas más elementales. Sus canciones compuestas están llenas de esperanza, vida y cambio, en la dinámica de rescatar el humanismo y recuperar la capacidad de asombro para vivir dignamente todos y todas, con tolerancia y profunda democracia.

¿Quién asesinó a Brayan Steven Lozano R? ¿Por qué fue asesinado? ¿Acaso los criminales desconocen que en Colombia no existe la pena de muerte? ¿Por qué la policía dijo inicialmente que no sabía nada de Brayan Steven y después dice lo que dice? ¿Por qué la actitud hosca de la policía contra su familia y sus amigos artistas? ¿Por qué teme al parecer que se sepa la verdad del crimen?

La comunidad de esta población teme denunciar, porque siente que está presionada, mejor amenazada. El día del funeral – por ejemplo – asistió policía secreta en cantidad industrial con gesto amenazante y arrogante, en la práctica ejerciendo lo que se suele conocer como terrorismo de Estado.

En voz baja la gente señala que esta localidad, esta corroída por el narcotráfico y la eterna alianza militar – paramilitar. Dos entes que se oponen a la cultura y sobre todo a que el pueblo rompa las cadenas de la opresión y la represión que históricamente ha caracterizado el régimen antidemocrático colombiano.

Seguramente Brayan Steven era un obstáculo y ese poder infernal decidió eliminarlo. Tremendo error, porque cayó un joven en primavera, pero nacerán miles y miles dispuestos a construir una patria soberana, incluyente y humana, demasiado humana, como diría el filósofo Federico Nietzsche al calor del Rap y tantos géneros musicales más que a diario salen de las entrañas del pueblo. Dimensionemos el legado de Brayan Steven hoy y siempre sin temor, esas bestias podrán matar a muchas generaciones, pero no el sueño de libertad que encarna la juventud colombiana.

Eterna admiración al joven artista de Rap, Brayan Steven Lozano R. ¡Por nuestros muertos ni un minuto de silencio!

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