miércoles, 2 de marzo de 2016

Los crímenes contra la Up no serían crímenes de lesa humanidad: ¡Qué horror!

Crímenes contra miles de miembros de la Unión Patriótica y el Partido Comunista
Por Nelson Lombana Silva

La dirección nacional de la Unión Patriótica denuncia que mediante ponencia del magistrado Fernando Castro Caballero, de la Corte Suprema de Justicia, los horrendos crímenes contra miles de miembros de la Unión Patriótica y el Partido Comunista, no serían considerados crímenes de lesa humanidad.



Ante semejante esperpento jurídico de cruda impunidad, destaca la dirección nacional que el citado magistrado estuvo muy cerca del temible paramilitar, Víctor Carranza, quien al parecer ordenó numerosos asesinatos contra la Up el Partido Comunista, especialmente en el departamento de Meta.


¿Qué dirán de semejante ponencia las numerosas víctimas de este genocidio que ensombreció a Colombia y avergonzó a la humanidad?


Son numerosos los testimonios desgarradores que se conocen en distintos departamentos de Colombia sobre los crímenes horripilantes cometidos por el binomio militar – paramilitar contra la Up y el Partido Comunista, son crímenes que parecen ciencia ficción o terribles pesadillas, pero, que dolorosamente son hechos reales de carne y hueso.


Un compañero simpatizante de la izquierda en el municipio de Ortega (Tolima), lo sacaron de su cama en ropa interior y en presencia de su familia (mujer e hijos), lo amarraron al botalón y poco a poco le abrieron su vientre, le sacaron sus intestinos hasta morir el infeliz labriego totalmente desangrado.


Un hecho tan dantesco para el “magistrado” Fernando Castro Caballero, no se tipifica crimen de lesa humanidad. A una familia del municipio de Dolores (Tolima), mientras animadamente miraba por televisión un partido de fútbol, fue asesinada miserablemente a sangre fría, al parecer por militares del “flamante” ejército nacional. 


¿Qué decir de los hechos macabros en otras regiones del país, donde los criminales jugaban “futbol” con las cabezas de las víctimas? Es más: ¿Cogían a las mujeres embarazadas y le abrían el estómago en presencia de sus demás hijos e incluso, de su propio esposo?


¿Eso no le dice nada al supuesto magistrado Fernando Castro Caballero? Posiblemente no. El compromiso con el crimen y la impunidad son más fuertes. ¡Qué horror!


La justicia en Colombia es un perro que solo muerte a los de ruana, decía Jorge Eliécer Gaitán Ayala. Eso explica por qué el terremoto que ha suscitado la detención del señor Santiago Uribe Vélez, hermano del innombrable ex presidente de la martirizada Colombia.


La oligarquía llora, lloran los medios masivos de comunicación, llora el Centro Democrático, llora el presidente Santos, quien se adelanta a colocar en duda la idoneidad de los jueces colombianos y pide clamorosamente veeduría internacional. ¿Estos personajes pidieron veeduría internacional cuando estos crímenes de lesa humanidad que hoy traemos a colación a manera de ejemplo?


Conclusión: La justicia colombiana está cruzada por la lucha de clases. Así las cosas, los códigos en nuestro país están para defender los intereses de la clase dominante y para vulnerar los intereses de la clase dominada. Toda ley en Colombia es pensada a favor de los ricos y en contra de los pobres. Es la cruda realidad.


El mafioso Santiago Uribe no fue remitido inmediatamente a los calabozos o a la cárcel La Picota, fue remitida a base militar, seguramente a casa fiscal, con televisión, internet, agua caliente, asesores, asesoras, etc. ¡Qué contrastes!


Mientras exista esta clase dominante gobernando a Colombia con sus 47 millones de habitantes, hechos como los que venimos narrando se seguirán presentando, la única salida es la propuesta de un cambio de sistema, de modelo, pero para que se dé, el pueblo tiene que educarse políticamente, organizarse y movilizarse. No hay otro camino. Por eso, el 17 de marzo: Todos y todas a la calle, a expresar nuestra indignación y a construir la unidad popular. 




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