Al parecer no fueron siete sino más de 18 los niños asesinados por el ejército nacional en el departamento de Caquetá; cayeron cobardemente asesinados por el Estado, bajo una monstruosa lluvia de bombas. Además, tres niños heridos que intentaban huir fueron rematados por los uniformados sin piedad alguna como si constitucionalmente en Colombia existiera la pena de muerte.
La denuncia la hace Noticias Uno, cuyos periodistas fueron hasta el sitio de los acontecimientos a escuchar la comunidad y recoger testimonios dramáticos y dolorosos que el ministro de defensa, Guillermo Botero, intentó tapar como tantos, con el cuento que había sido una operación militar “perfecta”.
No contenta la burguesía con semejante crimen, el presidente de la república, Iván Duque Márquez, haciendo alarde de importarle un comino la vida de los niños sacrificados y sus familiares, con siniestra burla enfrenta a la prensa dando a entender que esos crímenes de lesa humanidad no tienen importancia. "¿De qué me hablas, viejo?”, contesta despectivamente a la prensa.
Y para rematar su indolencia, el presidente monta toda una francachela para agasajar al ex ministro de defensa, dándole toda clase de adjetivos inmerecidos desde luego al magnate empresario. Es una afrenta a los padres de todos esos niños y al pueblo colombiano en general. ¿Agasajar un criminal? ¡Qué horror!
Este mismo presidente tiene el descaro de decir que los leoninos proyectos de reformas, laboral y pensional, que ya fueron radicados en la secretaria del Congreso, desde el primero de octubre por el innombrable senador Álvaro Uribe Vélez, es mentira del sindicalismo colombiano. La nariz de bruja de la vicepresidenta se hace cruces preguntándose de dónde el sindicalismo sacó semejantes mentiras.
Doloroso también que los medios masivos de comunicación no digan la verdad y se confabulen con esta descompuesta y mitómana clase dirigente. Las grandes rotativas hacen coro con el establecimiento para mentirle al país nacional de una manera burda y descarada.
Indignante que estos medios abran sus espacios al narcotraficante número 82, según estudio de la CIA, para que monte cortinas de humo y de infamia contra el pueblo colombiano. Primero la responsable de todas las desgracias de este país era la guerrilla de las Farc – Ep, después el denominado “castrochavismo” y ahora es el Foro de Sao Pablo. Mentira tras mentira que estos medios estimulan en defensa de los intereses de clase de la gran oligarquía colombiana y el imperialismo norteamericano.
En verdad la neutralidad no existe en estos medios de comunicación, se encuentran totalmente alineados con el capitalismo y el imperialismo, violentando la verdad y el derecho de los pueblos a tener una información veraz, ágil y oportuna.
Causa estupor el cinismo como Duque y su patota tratan de tapar la verdad dramática que vive Colombia con tantas e infames mentiras. El país nacional viene siendo masacrado, la crisis socio económica alcanza niveles impresionantes, el desempleo y los índices de corrupción están por las nubes, sin embargo, Duque y Uribe dicen con qué desparpajo que no hay justificación para el Paro Nacional del 21 de noviembre. Es decir, supuestamente todo camina sobre ruedas en este país sudamericano.
Como quien dice: El trabajo por horas y semanas, el salario para los jóvenes de tan solo el 75 por ciento del salario mínimo con el único propósito que las multinacionales y transnacionales ganen más, no es para despertar, sino para admitir sin la menor resistencia. Salario diferencial por regiones, eliminación del salario mínimo, eliminación del derecho a la pensión digna, privatizar Colpensiones para hacerle el negociado al grupo Sarmiento Angulo, eliminar el control directo del Estado, profundizar la masacre laboral, la pérdida anual de 50 billones de pesos, por concepto de la corrupción, etc.
Por la memoria de esos 18 y más niños asesinados por el Estado militarista, por los 120 mil niños que mueren anualmente de física inanición (Hambre), por los miles de pacientes que mueren en manos de las empresas prestadoras de salud (EPS), por los miles de ancianos, por los miles y miles de jóvenes desempleados, sin la posibilidad de estudiar, vamos a paralizar el país el 21 de noviembre en el Gran Paro Nacional. Todos y todas a la calle, basta ya de indiferencia y sumisión…
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