domingo, 20 de septiembre de 2015

Senador Santos: “¡Asesinos y matones los paramilitares!”

Senador Guillermo Antonio Santos Marín, mientras intervenía anoche en Ibagué. Foto Nelosi
Por Nelson Lombana Silva


 En el homenaje a los Jaramillo organizado por la colonia libanense en la ciudad de Ibagué (Tolima), anoche, el fogoso senador liberal, Guillermo Antonio Santos Marín, habló del proceso de paz que se desarrolla en la Habana y de la necesidad de apoyarlo para que salga avante y el país pueda entrar a un post conflicto (post acuerdo).



Sin embargo, parte de una tesis mentirosa y apocalíptica que poco o nada tiene que ver con la realidad histórica que dio origen al conflicto. Es más: Poco o nada tiene que ver con el momento histórico que vive Colombia. Refiriéndose al movimiento insurgente que hoy lucha por la paz en la Habana, señaló textualmente: “Hoy no son más que unos matones, unos asesinos”.


Seguramente, el senador Santos esperaba atronadores aplausos, pero no fue así. Al contrario, al terminar la reunión un grupo del cual hacíamos parte le increpamos: “La guerrilla no son asesinos, ni matones, asesinos y matones los paramilitares que su clase social creó en Colombia y que el parlamento en su inmensa mayoría protege y defiende. Esa postura no ayuda a la paz y sobre todo a la reconciliación”. 


Ante este incidente el senador Guillermo Antonio Santos Marín tuvo que reconocer su error y pedir perdón. “Excúsame, excúsame, excúsame – dijo – me equivoqué, me equivoqué, yo me muevo por todo el departamento y nunca la guerrilla me ha molestado o amenazado o nada por el estilo. Me equivoqué, discúlpame, discúlpame. Queremos la paz y luchamos por la paz”.


Por lo menos reconoció que su tesis era errónea y falaz. Por su parte, la sustentación a nuestro modo de ver fue correcta. La izquierda reconoce en el senador liberal un demócrata convencido de la paz. Quizás, o lo traicionó el subconsciente, o desconoce la historia o ignora que el pueblo está harto de mentiras, harto de terrorismo de Estado y quiere la paz con justicia social. El senador debe comprender que estamos en el siglo XXI, que el pueblo está despertando y está conociendo poco a poco la verdad que ha permanecido tan oculta durante tantas y tantas décadas.


Una gran verdad, por ejemplo: En el Tolima nació la guerrilla, pero como respuesta al terrorismo de Estado. Recuérdese el plan norteamericano: “Plan Latin América Security Operation” (Plan Laso), desarrollado brutalmente en 1964 durante el lúgubre y criminal gobierno de Guillermo León Valencia.


Es decir, correctamente hay que decir que en Tolima, concretamente en el sur, comenzó en ese año la resistencia armada de humildes campesinos, liderados por Manuel Marulanda Vélez, entre otros, que solo querían tener tierra para ararla y hacerla producir pero que el régimen en vez de garantizar salud, educación, caminos, carreteras, puestos de salud, escuelas, créditos blandos, dejó descargar todo su poder militarista con este plan siniestro y los demás con el único propósito de ahogar la resistencia del pueblo que no tuvo otra alternativa que armarse para salvar sus vidas y exigir reformas.


Es posible que el senador Guillermo Antonio Santos Marín desconozca la génisis del conflicto armado en Colombia, como también es posible que conociéndola no tenga inconveniente en plagarse a la clase social que representa en el Parlamento y como loro repita maquinalmente la fraseología de la clase dominante. Quizás es la posibilidad más factible, pero de todas maneras dejamos el beneficio de la duda.


“Aquí nació la guerrilla hace cerca de 51 años con unos principios que se llamaban las fuerzas revolucionarias de Colombia, de las cuales no queda sino el cuento, la historia”, dice para luego irse lanza en ristre con los peores epítetos, de los cuales ya hemos hecho mención.



Agregó algo cierto: “Hoy se está adelantando en el vecino país de Cuba, es un proceso de negociación que estamos muy próximos a verlo convertido en una realidad, firmar unos documentos y llevarlos a una refrendación, no solamente al congreso de la república, sino ante el pueblo colombiano”.



Dijo otra gran verdad: “Necesitamos que se direccionen los recursos necesarios para poder manejar el post conflicto, que nos permita definitivamente echar las bases para consolidar la verdadera paz en Colombia”. Esta afirmación la entendemos como un jalón de orejas al presidente Santos, que mientras habla de paz en la Habana en Colombia profundiza la guerra y malgasta los dineros colocando ciertamente en entredicho la financiación del post conflicto.


Agregó otra gran verdad: “Esa es la tarea por la cual nos confundimos con la izquierda democrática (No conocemos la izquierda antidemocrática) de este país, todos los de la izquierda estuvieron levantando la bandera, no porque fueran santistas, no porque compartieran el gobierno de Juan Manuel Santos, sino porque tenían el compromiso de la consolidación de la paz”.


Insistió: “Aquí, nació la guerrilla, aquí lo que aspiramos de la mano del doctor Mauricio Jaramillo es convertir al Tolima en territorio de paz, así como el doctor Guillermo Alfonso Jaramillo en su gobierno de gobernador convirtió al Tolima en un laboratorio de paz. Queremos nosotros tener al Tolima como un territorio de paz y Guillermo Alfonso y Mauricio Jaramillo perfectamente lo pueden lograr”.


Esta afirmación es cierta por cuanto el contrincante más fuerte de Mauricio, es Oscar Barreto Quiroga, quien al parecer tiene muchos nexos con la mafia, el paramilitarismo y es un declarado enemigo del proceso de paz que se desarrolla en la Habana (Cuba), así últimamente venga haciendo el esfuerzo de “maquillar” sus discursos, sobre todo cuando recorre los municipios del sur del Tolima.


Así quisimos presentar los aciertos y desaciertos de la intervención anoche en Ibagué del senador liberal, Guillermo Antonio Santos Marín. La noticia tiene dos caras y el deber del periodista es presentarlas para que el lector en este caso se haga su propia opinión. Lástima que esto no acontece en los medios masivos propiedad la oligarquía y el imperialismo norteamericano, pues por allí fluye solo una versión, la versión de la clase dominante.



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