Solo la movilización consciente y combativa puede evitar una catástrofe ambiental como es la entrega del río a Hidrochina. Foto Nelosi |
Por Nelson Lombana Silva
Tanto el patrimonio genético de la
nación como los derechos colectivos del pueblo sobre la biodiversidad y
la semilla, se encuentran en verdadero riesgo gracias a la dinámica
neoliberal del capitalismo altamente transnacionalizado. Son muy
poquitos los colombianos que sospechan al menos sobre lo que se ciñe
contra los recursos naturales y la biodiversidad de Colombia. A pasos
agigantados y sin que el pueblo se dé cuenta, todo esto pasa a manos de
multinacionales y transnacionales en la oscuridad de la noche y con la
complicidad miserable de la clase dirigente.
Los comunistas advertimos una vez
más sobre esta dramática situación que se cuece en las alturas del
poder. Con razón decía el candidato a la asamblea del Tolima por el
Partido Comunista y la Unión Patriótica, Danilo López Carrero: “¿Cuál
Patria? ¿Cuál Soberanía Nacional? Los colombianos ya no somos dueños de
Colombia”. No es una exageración. Por el contrario. Es una terrible
realidad.
En el capitalismo todo es mercancía y lo que no es
mercancía no es nada, carece de sentido. Dice Elizabeth Bravo, miembro
de la Ong de Ecuador Acción Ecológica: “El razonamiento es que sólo se
conserva lo que se valoriza”. [i] La investigadora coloca un ejemplo
patético: La polinización. Dice al respecto: “Los insectos polinizadores
son proveedores de miles de millones de dólares a la naturaleza. Para
2005, el valor total económico de la polinización de insectos se estimó
en 153 mil millones de euros. Esto representa 9.5 por ciento de la
producción agrícola mundial para la alimentación humana en 2005”.[ii]
Salvar
la biodiversidad, la naturaleza en su conjunto de las brutales
relaciones capitalistas neoliberales, se constituye en un desafío de
primer orden, por cuanto no actuar consecuentemente en la dinámica de
destruir las relaciones capitalistas, es condenar el planeta a la
esterilidad total a pasos agigantados.
En ese contexto
complejo, la doctora Martha Gil, abogada, investigadora y traductora, se
pregunta en relación con el río Yuma, que baña 128 municipios y 13
departamentos colombianos: “¿Vale la pena entregar el río madre
(Magdalena) a manos extranjeras?”.
En documentado artículo
publicado en la revista Cepa, la investigadora con la ayuda de su esposo
David Dellenback, escritor, investigador, difusor y defensor de la
arqueología del macizo colombiano, de nacionalidad norteamericana, deja
entrever la monstruosidad que se teje en las alturas del poder contra el
imponente y majestuoso río de la Magdalena.
Para tener
acceso al voluminoso proyecto escrito en inglés y que consta de 487
farragosas páginas, el comité de Defensores del Macizo colombiano se vio
en calzas prietas pues el gobierno nacional se mantenía hermético y
reacio a facilitar el acceso a éste.
Dicho documento es
suscrito entre la Corporación Hidrochina y Cormagdalena, plan que se
viene implementando desde el 2010. Es decir, cinco años después comienza
a filtrarse a la opinión pública pero de una manera muy superficial y
gaseosa, porque en realidad el grueso del pueblo colombiano está
totalmente inocente en relación con este esperpento de entregar la
soberanía del afluente a la transnacional china.
Sin
ambages, la doctora Gil señala la finalidad del leonino proyecto
llamado: “Master Plan”. Dice: “El plan manejo integral del río Magdalena
pretende explotar intensamente este invaluable recurso de vida, el más
importante de los recursos naturales de Colombia”.
Agrega:
“El río se convertirá en la principal arteria fluvial, por la cual se
desangraría a Colombia de sus recursos naturales”.[iii]
Es plan en ejecución prácticamente, pues la represa El Quimbo en el municipio de Garzón (Huila) hace parte del “Master Plan”.
La
entrega de la administración del río Yuma (voz indígena), es total,
absoluta. Según la doctora Martha Gil, cobija varios planes en uno. Por
ejemplo: Plan de navegación, plan de hidroeléctricas, plan de
irrigación, plan de protección ambiental, plan de control de erosión y
reforestación, plan de utilización y aprovechamiento de los recursos
pesqueros, plan de recreación, etc. Del río Magdalena solo quedarían los
recuerdos y las inspiraciones de los poetas y compositores. A partir de
allí, nada será de los colombianos, como diría Margaret Mitchell: “Lo
que el viento se llevó”.
Cormagdalena, que está conformada
por ministros, petroleros, gobernadores y alcaldes, entrega la principal
arteria fluvial de Colombia sin sonrojarse al capital extranjero.
Se
proyecta la navegabilidad del río desde el municipio de Honda (Tolima) a
Bocas de Ceniza en los puertos de Barranquilla y Cartagena, mientras
que de este municipio a su nacimiento en el macizo colombiano la
proyección es construir 17 hidroeléctricas. La más grande quedaría
ubicada en Honda, lo cual indica que este pueblo desaparecería y sería
supuestamente reubicado. Sería canalizado por paredes de hierro y
concreto. Varios puertos serían habilitados para recoger la carga,
pasajeros y como centros de acopio. El acceso al río sería restringido o
por lo menos controlado. Los ribereños serían desplazados y todo
estaría controlado por las leyes económicas del capitalista. El pueblo
ya no podría bañarse libremente en sus mansas aguas.
Según
el proyecto se construirán entre otras las siguientes represas: Guarapo,
Oporapa, El Manso, Nariño, Bateas, Basilias, Piedras Negras, Pericongo,
Chillurco, Veraguas, Carrasposo, Lame, Ambalema, Cambao, Honda, como ya
se dijo.
Efectos ambientales
Las consecuencias
de la implementación del leonino proyecto: “Master Plan”, realmente son
incalculables en terrenos ambientales, económicos, sociales, políticos,
culturales, etc.
El científico colombiano Gustavo Ballen que
trabaja para el Smith Sonian Institute en Estados Unidos, en 2014
descubrió en su investigación realizada en la cuenca de este río, una
especie de pez gato (Farlowella Yarigui), el cual desaparecería con este
proyecto – dice la doctora Martha Gil – en su artículo.
Muchas
especies de peces naturalmente desaparecerían y las sobrevivientes
quedarían al alcance solo de la burguesía internacional.
También
la posibilidad de recorrer libremente las riberas del imponente río,
pues sería propiedad de Hidrochina. Aumentaría el calentamiento, se
secarían afluentes y los más grave, aunque todo es grave: Aumentaría la
dependencia económica de Colombia de las multinacionales y
transnacionales, especialmente de Estados Unidos. Colombia sería más
esclava del imperialismo norteamericano.
Los 1613 kilómetros
del imponente río aumentarían la riqueza de los ricos y disminuiría la
esperanza de vida del pueblo colombiano en su totalidad, especialmente
de los 128 municipios y 13 departamentos que son bañados por el
Magdalena.
El plan de irrigación contempla 39228 hectáreas
en departamentos de Tolima, Huila y Cundinamarca, principalmente. Los
cultivos serán aquellos que le represente dinero a la transnacional, es
decir, cultivos transgénicos e insumos químicos. El turismo será
controlado también por Hidrochina.
Quien lo creyera:
Mientras en países como Japón, Canadá y los mismos Estados Unidos, están
desmontando las represas por obsoletas y dañinas al medio ambiente, en
nuestra patria la vienen construyendo como la última novedad. Cierto lo
que dijo Carlos Marx: “El capitalismo vino al mundo chorreando sangre y
lodo por todos sus poros, desde los pies hasta la cabeza”. Es más: No
maneja relaciones humanas, maneja relaciones económicas.
Por
eso, los comunistas insistimos en la necesidad de unir rebeldías. Hay
que recuperar la patria, su soberanía nacional, su dignidad. Hay que
combatir esta política entreguista de la locomotora minero – energética
de Juan Manuel Santos, hay que preparar un Paro cívico contundente para
parar esta infamia, de lo contrario, estamos condenados a otros cien
años de soledad, como diría Gabriel García Márquez. Es tiempo de unidad,
tiempo de paz con justicia social, tiempo de defender la vida hasta con
la vida misma.
[i] Revista Semillas. La vida no se privatiza. Diciembre 2013. 53/54. Página consultada 3.
[ii] Ibíd. Página consultada 3.
[iii] Conceptos tomados de la revista Cepa del Polo Democrático Alternativo.
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