sábado, 24 de agosto de 2024

Camarada Heriberto Arias Castaño: “No hay que aflojar”

 

Camarada Heriberto Arias Castaño, veterano comunista nacido el 7 de diciembre de 1939 en Playarrica, Tolima. Foto Nelosi.

Por Nelson Lombana Silva

Con paso lento, pero afirme y como de costumbre, ayer arribó en horas de la tarde a la sede del Partido Comunista en Ibagué (Tolima), el camarada Heriberto Arias Castaño con el fin de participar de la jornada “sábados con Paco”.



Con su humor especial saludó a los presentes y acomodándose pesadamente en la silla, aprovechó para hacer historia, recordando su lucha bajo las banderas del Partido Comunista en este departamento. Fue la época de la cruda violencia que estimuló los gobiernos de la oligarquía liberal-conservadora con qué sevicia. Al evocar la juventud, no duda en llamarla a persistir en la lucha revolucionaria que implica apoyar las reformas del gobierno del cambio. “Crear conciencia de clase, organización y movilización, son las tareas que nos corresponde a todos, muy especialmente a la juventud comunista”, señala.

Pronto va a cumplir los 85 años de edad el camarada Arias Castaño, es un referente de firmeza, lealtad y compromiso con el Partido Comunista y con el proceso revolucionario. Nació el 7 de diciembre de 1939, en el corregimiento de Playarrica municipio de San Antonio, Tolima.

Defensor de derechos humanos, de los presos políticos y difusor del periódico comunista “Voz de la Democracia”, Arias Castaño, se conserva fuerte y vigoroso con una memoria asombrosa.

Durante el conversatorio el camarada relató algunas experiencias adquiridas en la lucha de masas. Recuerda que visitaba los presos políticos con el camarada Pío Aponte. Les llevaba el periódico, la orientación política. “En una oportunidad – relata – tuvimos la misión de entrar tres millones de pesos con Pío Aponte, él la mitad y yo la mitad. Nos dimos las mañas y cumplimos la tarea”.   

Dice que, durante la cruda violencia de 1948, el jefe de los pájaros en San Antonio era el cura de apellido Sánchez y en Rovira el cura Mejía. No solo mantenían armados, sino que bendecían las armas de los pájaros asesinos y afirmaban que matar collarejos no era pecado.  “No es un delito matar collarejos”, decían.

“Estando en Santa Helena de Chilí, nos enteramos de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, en 1948. Fue horrible la situación en esta región. Recuerdo la criminalidad de una mujer llamada Ignacia de Patiño. Los liberales salían con sus animalitos y ella se apoderaba de ellos con la complicidad de la policía, muchos eran asesinados y muchos desplazados sin nada. Ella tuvo un final triste. La nieta y la abuela, que también era asesina, perecieron incineradas en su propio rancho por una simple chispa de fuego”.  

Durante las dictaduras de Laureano Gómez, Mariano Ospina Pérez y Gustavo Rojas Pinilla, entre otros, se cometieron muchos crímenes en el Tolima y desde luego, en la ciudad de Ibagué. Resulta imposible cuantificar, porque muchos quedaron en los campos abandonados a merced de los animales carroñeros”.  

“Conocí toda la región de Santa Helena de Chilí, municipio de Roncesvalles, Riomanso. Durante la dictadura de Laureano Gómez, “el monstruo”, fuimos desplazados para la región de la Miranda, donde perdimos los cultivos, toda la inversión, porque nos tocó nuevamente salir desplazados con destino a Playarrica y de allí, a Ibagué. Era ya el gobierno del dictador Gustavo Rojas Pinilla. En Ibagué bloqueados completamente, para buscar trabajo en el campo tocaba conseguir recomendación del finquero, de lo contrario, era imposible conseguir trabajo como jornalero”.

El camarada nos mira. Después de una corta risita, dice: “Uno tiene un historial muy largo para contar de todas las tragedias que ha tenido que vivir. Sin embargo, les digo: No hay que aflojar””.

Se ubicó en la región de Cocora. Allí, recibió las primeras lecciones acerca del Partido en 1958. Rápidamente acogió el pensamiento comunista y con un grupo de amigos, creo un organismo celular. Difundía 35 periódicos semanalmente y mantenía al tanto de las tareas y orientaciones del Partido.

Más tarde, se hizo cuadro desarrollando una meritoria labor. La policía lo tuvo en la mira para asesinarlo en varias oportunidades.

Una anécdota que relata con precisión la tuvo con un teniente acantonado en esta región de Cocora. Cierto día se reunió éste con un hermano del camarada Arias Castaño, comentándole que él tenía conocimiento que su hermano hacía parte de una célula comunista, que él estaba de acuerdo con la lucha, que cada ocho día adquiría el periódico comunista y lo leía con mucha atención. Que mientras él estuviera en la región como comandante no había problemas, pero que la célula tenía un informante y cada que se reunían el informante le comunicaba todo lo acordado en la reunión.

Después de escuchar el relato del camarada Heriberto Arias Castaño, los asistentes coincidieron en la necesidad de reconstruir la memoria del Partido en el Tolima de cara a los Cien años. Todo porque para proyectar el futuro y vivir el presente hay que conocer el pasado. Pasado – presente – futuro es una unidad dialéctica, no se puede separar un período del otro, dialécticamente están concatenados.

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