domingo, 17 de marzo de 2024

Que la salud en Colombia no siga siendo un negocio

 


Por Agamenón

La burguesía no tiene escrúpulos, ni un solo rastro de humanismo. No maneja relaciones humanas, maneja relaciones económicas. En su afán alocado por cerrarle el paso a las reformas urgentes propuestas por el gobierno del cambio, cierra lo ojos para oponerse sin un solo argumento válido y razonable.

Sus peleles parlamentarios, actúan como verdaderos robots manejados a control remoto. No piensan por sí mismos, actúan en cuerpo ajeno, cumpliendo ciegamente con sus patrocinadores. El senador Alirio Barrera del centro democrático, ¿Se opone a la reforma de la salud por convicción? Por supuesto que no. Actúa así, simplemente porque recibió de la Eps Capresoca, cerca de 100 millones de pesos para su campaña.

La postura de los senadores de archivar la iniciativa que busca que la salud sea un derecho y no un negocio, obedece a la dinámica descompuesta de la pútrida oligarquía liderada por lo más descompuesto aglutinado en el partido de la muerte: El centro democrático.

Muchos de ellos, seguramente, son propietarios de este demencial negocio de las EPS o reciben jugosas canonjías. Ellos no utilizan este deplorable sistema de salud, pues tienen sus médicos privados, entonces qué les importa que el pueblo siga muriendo en las puertas de los hospitales y clínicas.  

La postura de los restantes resulta deplorable. Hay que rechazarlos sobre todo en las urnas. Ellos son: Norma Hurtado Sánchez, Partido de la U; Miguel Ángel Pinto, partido liberal; Berenice Bedoya, ASI, qué vergüenza; Lorena Ríos, dizque Colombia Justa Libres; Nadia Blel y José Alfredo Marín, partido conservador; Alirio Barrera y Honorio Henríquez, partido centro democrático.

El pueblo no puede cruzarse de brazos. Debe salir a la calle a denunciar con vehemencia a estos vándalos de cuello blanco, fijar sus nombres en sitios públicos y hablar con los que cometieron el error de votar por ellos, no se pueden volver a equivocar. La salud tiene que volver a ser un Derecho, no un negocio al alcance de la descompuesta y narcotizada oligarquía colombiana.

Hay que rodear la postura clara del Pacto Histórico, fortalecer la unidad y avanzar en esta dura batalla ideológica y política que libra el gobierno del cambio en cabeza de Gustavo Petro y Francia Márquez. No podemos dejarlos solos, hay que hacer causa común dejando a un lado los medios corporativos y abrazando los medios alternativos como la página web: pacocol.org y el semanario VOZ La verdad del pueblo.  Ni un paso atrás, decía Galán y Gaitán sostenía: “El pánico se lo dejamos a los cobardes, que no sienten como nosotros”, para rematar: “¡A la carga!”

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