viernes, 9 de junio de 2023

Operación Esperanza dio sus frutos, gracias Presidente Petro


Por Nelson Lombana Silva

Júbilo nacional por el rescate de los cuatro niños sanos y salvos, extraviados en los llanos del Yari, después del siniestro accidente, en el que perdieron la vida varias personas adultas. Como un verdadero “milagro” de la madre naturaleza, los pequeños soportaron cuarenta días en la inmensidad de esta selva.

Hay que agradecer al presidente de la república, Gustavo Petro Urrego, quien, en su condición de comandante supremo de las fuerzas militares, sostuvo el operativo contra viento y marea con la gran esperanza de hallar con vida a estas criaturitas inocentes, indígenas y humildes. Solo un presidente humano como Gustavo Petro, podía sostener una verdadera operación imposible hasta su feliz final.

Esto es bueno destacarlo e incluso, compararlo con la actitud del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, cuando el ejército asesinó a un niño de ocho meses en el municipio de Cajamarca (Tolima) y este presidente, en vez de rechazar el abominable crimen y exigir a sus fuerzas subalternas atención a la población civil, viajó hasta allí, a decirles que siguieran adelante con los operativos militares de tierra arrasada

 


 Pero, también trae a mi memoria en estos momentos de inmensa emoción, la lucha heroica que libró el comandante Fidel Castro Ruz, por liberar al niño Elián González de las garras de Estados Unidos que lo tuvo varios meses secuestrado. Movilizó todo el país. No descansó hasta que el niño no regresó sano y salvo a la isla de la libertad, Cuba. Fue una batalla singular, muy humana, totalmente tergiversada e ignorada por los medios masivos de comunicación en Colombia.

Este maravilloso desenlace define claramente el talante de un gobernante comprometido con su pueblo, un gobernante que no duda en colocar en primer plano la vida. Álvaro Uribe Vélez, no hubiera movido un dedo, por una razón elemental: Los niños eran indiecitos, pobres y haraposos, pueblo y de otro lado, sus fuerzas militares las tenía ocupadas en hacer falsos positivos, no en rescatar niños pobres.

Hay que destacar la nueva concepción militar que trata de imprimirle el presidente del cambio, Gustavo Petro. Una concepción fundamentada en el respeto a los derechos humanos, a la vida y a la esperanza. Unas fuerzas militares inspiradas en el pensamiento del libertador Simón Bolívar. Unas fuerzas militares inspiradas en la vida, en la soberanía nacional, en la paz con justicia social y en la fraternidad con el pueblo, del cual hace parte.

Son muchas las personas y entidades que merecen su reconocimiento por esta proeza; cada militar que se jugó la vida en la escabrosa y húmeda selva, los indígenas, la fortaleza de sus familiares y relacionados de los niños, los mismos caninos, la fuerza de voluntad para no desfallecer, de tantas personas, muchas de ellas, que seguramente, quedarán en el anonimato, pero con la conciencia diáfana de haber cumplido con su deber.

Durar cuarenta días cuatro niños en la selva espesa, después de un accidente aéreo, es algo que sale de la realidad e incluso, de la misma imaginación. Este debe ser un motivo más, para abrazarnos alrededor de la vida, la paz total y el cambio que viene liderando con fortaleza el presidente del cambio, cuyo respaldo total lo ratificó el pueblo el pasado 7 de junio cuando se movilizó masivamente en todo el país.

Niños y niñas rescatados y rescatadas: ¡Bienvenidos a la vida y a la esperanza!

 

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