sábado, 3 de junio de 2023

El mundo mágico de la tortuga (Cuento)

 


Autor: Nelson Lombana Silva

María se detuvo a observar la pequeña tortuga que permanecía inmóvil en el huerto de su abuela Nicasia. “¡Qué animal más tranquilo!”, pensó mientras se acuclillaba para verla mejor. Pensando en el reptil, al otro día, se dirigió al profesor, contando que su abuela tenía una tranquila tortuga en su huerto. El profesor al notarla inquieta e interesada sobre este animalito, se dirigió a su pupitre y pidiendo silencio a los demás niños, conversó con María. “¿Sabe usted algo sobre las tortugas, profesor?”, preguntó la niña entusiasmada. El profesor sonrió al golpearle levemente el hombro derecho a la pequeña María. “Querida María: La tortuga tiene huesos, es vertebrada, tiene esqueleto interno y pertenece al grupo de los reptiles”.



Impresionada, la niña se frotó sus manitos al preguntar: “¿Qué es un reptil?” “Es el animal que se arrastra sobre su barriga”. “¿Cómo las culebras, profe?” “Exactamente como las culebras”, respondió el docente. Contó, además, que la tortuga es herbívora y en algunos casos, omnívora, porque consume además de hierbas, caracoles y babosas”. “¡Qué asco!”, gritaron los niños en coro. El maestro sonrió.

Poniéndose en pie la niña dijo que no entendía muy bien las palabras: Herbívora y omnívora. “Herbívora – dijo el maestro – quiere decir que se alimenta de hierbas y omnívora que come de todo, o sea, hierbas y animales. Observa la tortuga de su abuela y se dará cuenta”.

La niña quería saber más de la tortuga. Le propuso al profesor que fueran a la biblioteca, sugerencia que el profe aceptó con entusiasmo. Allí, encontró un hermoso libro que hablaba de muchos animales. Buscó y buscó hasta que encontró un pequeño recuadro que hablaba de las tortugas.

Se dio cuenta que las tortugas habitan en los bosques, en los desiertos y en el mar; pueden ser pequeñas y grandes. El dato la sorprendió: Algunas tortugas han llegado a pesar hasta novecientos kilos, es decir, setenta y dos arrobas. “Este dato puede estar equivocado, profesor”, dijo María asombrada. El profesor sonrió, golpeándole el hombro nuevamente. “La vida animal es un misterio que se resuelve con la investigación como está haciendo usted, niña”. Al cerrar el libro, interrogó: “Es posible que una tortuga llegue a pesar setenta y dos arrobas?” “Es posible”, contestó el educador, agregando algo más: “Hay tortugas en todos los continentes, lejos de los polos, porque son friolentas. Son ovíparos, cavan y hacen los nidos en la tierra, su caparazón está fusionado con la columna y aunque es duro y resiste, es una parte muy sensible de la tortuga”.

La niña no salía de su asombro y mientras sus compañeritos leían cuentos, ella continuaba averiguando sobre este animal. Eran datos asombrosos. Por ejemplo, encontró que las tortugas pueden vivir hasta setenta años. Sin embargo, se halló en la isla Galápago, en el océano Pacífico, una que murió teniendo ciento setenta y cincos años de edad.

Encontró también que la tortuga habitó la tierra primero que el ser humano, fue amiga de los dinosaurios. El profesor comentó: “Como sabe usted, la tortuga fuera del agua es lenta, pero dentro, es veloz, algunas se desplazan hasta treinta y cinco kilómetros por hora (35 km/h)”, dijo el maestro. “¿Qué quiere decir eso de treinta y cinco kilómetros por hora, profesor?” “Quiere decir – dijo – que en una hora puede recorrer nadando treinta y cinco kilómetros”.

La niña cerró el texto y mirando al profesor Gumercindo, preguntó: “Un animalito tan sonso y tranquilo como la tortuga, no debe tener enemigos, ¿Verdad profesor?” El profesor volvió a reír. “Tiene sus enemigos como la serpiente, el zorro, el chacal y en el agua la Orca y el Tiburón”.

“Es más – agregó el docente – hay algo curioso en la tortuga: No tiene cuerdas vocales, pero emite sonidos, no tiene oídos, pero escucha a través de unas aletas que cubren los huesos del oído”.

Asombrada María con lo que había averiguado sobre la tortuga, gracias al conocimiento del profesor y de los libros de la biblioteca, regresó a casa comentando todos estos hallazgos con aspaviento. La abuela escuchó, pero no creyó mayor cosa. Sin embargo, desde ese día estuvo más pendiente de su tortuga y María la consintió mucho más. Incluso, la bautizó, la comenzó a llamar: “Esperanza”.


Fin

Comprensión de lectura

1.     El animal de esta historia se llama: ------------------------------ y la


     niña la bautizó con el nombre de: -------------------------------------


2.     Este animal camina en la tierra: ---------------------------- y en el mar:
        ------------------------------------------

3.     La niña de esta historia se llama: -----------------------------------

4.     La niña le contó su interés por este animalito al: ----------------------

5.     El animal que se alimenta de hierbas, se llama: ------------------------

6.     El animal que se alimenta de todo, se llama: ---------------------------

 

 “La lectura nos hace grandes, libres y humanos”: Nelosi.

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