domingo, 25 de junio de 2023

El miserable papel mediático en Colombia

 

Foto: A Luz Publica

Por Nelson Lombana Silva

El deplorable papel de los grandes medios de comunicación en Colombia, van en contravía de los intereses del pueblo colombiano. Sus intereses son de clase, obedecen al gran capital. Sin embargo, hacen creer que son objetivos e imparciales, que reflejan los intereses del pueblo humilde y desamparado que pulula por barrios y veredas. Lo grave es que todavía un gran sector de pueblo cree en la supuesta veracidad mediática y se pega de allí como fuente de información para repetir maquinal y subliminalmente la ideología de la clase dominante.


Como rebaño que va al matadero, se vio un sector de la pequeña burguesía marchando por estos días, rechazando la propuesta del gobierno del cambio de la reforma laboral que buscaba la recuperación de las horas extras, los dominicales, las horas nocturnas y otros derechos abolidos por la temeraria ley 100 impuesta por la gran oligarquía mafiosa y mañosa. Con razón dijo Gabriel García Márquez que el último sitio que acudirá el Papa a esconderse será Colombia. Con eso lo dijo todo.

 Es tal el poder alienante de estos medios de comunicación que tienen convencidos a muchos sobrevivientes de las terribles y criminales EPS, que son el mejor modelo de salud en el mundo, que, si éstas colapsan, colapsa la salud en Colombia. A partir de estas estupideces, la oligarquía trata de suavizar la cobarde actitud de sus prosélitos congresistas, que con miles de marrullerías impiden que la salud vuelva a ser un derecho y no un brutal negocio que les deja a estos desalmados comerciantes de la muerte, ganancias por más de 80 billones de pesos, anualmente.  

Consideraciones infantiles

El analfabeta y atemorizado pueblo considera ingenuamente que los medios son libres y dicen la verdad. La inmensa mayoría desconoce que este es un negocio de una camarilla que representa como es obvio, sus intereses de clase. Allí, no existe ni la objetividad, ni la neutralidad, ni el espíritu crítico y autocrítico que debería tener todo órgano informativo serio y respetuoso de la diversidad ideológica y política.

La noticia, enseña la academia, se presenta sin adjetivos u opiniones del periodista, porque esta tarea corresponde al radioescucha, al televidente o al lector. Además, se dice que toda noticia tiene dos caras y el deber del periodista es presentarlas ambas. El rumor o chisme no es noticia. La mal llamada revista Semana, con Vicky Dávila, que tiene al parecer nexos con narcotraficantes, se ha empecinado en llenar este pasquín a punta de chismes y rumores. La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), dependiendo del régimen capitalista articula para defender esa postura miserable de estos medios y para criticar las posturas del gobierno que trata de sacudirse de este vendaval infame de mentiras y calumnias. Es toda una macabra estrategia mediática para fortalecer el golpe de estado blando que está en marcha.

Los aciertos del gobierno del cambio son ignorados o presentados al revés, entre líneas o totalmente desfigurados por estos medios masivos de comunicación. La matricula gratuita para ingresar a la universidad, es presentada por el pasquín Portafolio como un error, un desacierto imposible de favorecer al pueblo común y corriente, por ejemplo. Los llamados que hace el presidente al pueblo para estar movilizado y participando del gobierno activamente, son calificados de “altamente peligrosos para la democracia”. Como quien dice el pueblo no debe participar, debe mantenerse como momia, dejando que las familias oligárquicas determinen el destino de la patria. Como quien dice: “Al pueblo nunca le toca”, bien decía Álvaro Salom Becerra.

Los medios, ¿Propiedad de quién?

Todavía hay mucho pueblo que sigue pensando que los medios masivos de comunicación no son propiedad de nadie y que están para informar y decir la verdad. Han creado una matriz asfixiante que señala que lo que no registre estos medios no existe. Y el lector esclavo siente la necesidad de dejarse manipular por éstos.

 

No es gratuito que en la casa más humilde exista un televisor, un radio o las grandes rotativas. Alguien decía con desparpajo: “Yo leo El Tiempo por dos razones: Porque siento necesidad y porque me da estatus”. A un profesor le vendía cada ocho días el semanario VOZ La verdad del pueblo, una vez su esposa que también es docente, me dijo: “Por favor, no vuelva a ofrecer ese periódico a mi esposo, la casa se llenó y ya no hay por donde caminar”, pero sí notaba que todos los días le llegaba el diario regional y los domingos El Tiempo y El Espectador. “Profesora – le dije – ¿Esos periódicos si no le ocupan espacio?”

Esa docente, totalmente alienada, necesita la ideología dominante y desprecia la verdad del pueblo que aparece en este periódico de izquierda. Niega su clase social creyendo que hace parte de los oligarcas y se comporta así. Además, cree ciegamente que la verdad revelada está en estos pasquines de la gran oligarquía.

Y, siendo toda una profesora, profesión que tanto admiro, no sabe que la revista Semana y El País son propiedad del consorcio Gilinski, que El Tiempo y todos sus demás medios son de Luis Carlos Sarmiento Angulo y el grupo Carlos Ardila Lulle es dueño de RCN.

Ancizar Narváez, investigador en medios de comunicación y doctor en educación, señala escuetamente: “El problema está en que ese mismo bloque de poder, que tiene los capitales dominantes es el mismo que tiene los medios de comunicación, entonces, la libertad de prensa depende de cuánto dinero tiene usted para comprar medios de comunicación”.[i]

La realidad es clara: Estos medios masivos de comunicación carecen de ética, objetividad e imparcialidad, están completamente parcializados a la clase dominante. Son medios de comunicación de bolsillo de la gran oligarquía. Mientras sean propiedad de ésta, siempre estará a su servicio. Por eso, el 20 de julio hay que marchar en todo el país, solicitando la democratización de estos medios masivos de comunicación y apoyando decididamente los Medios Alternativos de Comunicación.

[i] Semanario VOZ La verdad del pueblo. Edición Número 3178, semana del 21 al 27 de junio de 2023. Páginas consultadas 10 y 11.

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