A ser autocríticos pide Secretario General del PCC

 Por Nelson Lombana Silva

Durante la instalación de la conferencia nacional de programa y estatutos del Partido Comunista Colombiano, el secretario general, Jaime Caicedo Turriago, instó a ser autocrítico en aras de fortalecer la organización política y de paso su accionar en defensa de los intereses del pueblo colombiano.

Después de hacer una amplia exposición de la realidad concreta que vive la sociedad colombiana en el sistema capitalista, sistema caracterizado por la corrupción, el narcotráfico, la explotación del pueblo y el crudo terrorismo de estado y de los avances significativos del pueblo colombiano, el veterano dirigente político instó a comenzar un debate interno en esa dirección.

“Apuntalados y apoyados con nuestro programa, con nuestra visión de un Partido mucho más sólido, mucho más consolidado y con mayor capacidad de responder a las necesidades de la lucha del pueblo, de los procesos de unidad y de convergencia, es sin duda la necesidad de mirar hacia adentro”, señaló.

Agregó: “Llamo la atención sobre esto y lo planteo como un elemento de autocrítica, que nosotros tenemos que empezar a manejar. Si está creciendo la lucha popular de una manera impresionante, si está creciendo la inconformidad, si la juventud se está aproximando a la lucha popular, revolucionaria y electoral. ¿Por qué razón no crecemos? ¿Dónde está nuestro defecto fundamental? Creo que es un tema (No para esta conferencia), pero es un tema que sale de aquí, porque salimos con los estatutos, salimos con el programa, salimos con toda la línea política que traemos y que llevaremos para fortalecer el 23 congreso. Pero, la pregunta es una pregunta pertinente, es una pregunta que nos interroga en profundidad, en relación con muchas de nuestras formas de actuar y, sobre todo, nuestra actitud que yo llamaría: Una tendencia nuestra de verlos contemplativamente en un escenario como víctimas”, puntualizó.

La preocupación planteada por el camarada Caicedo Turriago, tiene lógica y pertinencia, que se debería asumir con humildad y profundidad, guiados por el marxismo y leninismo clásico, dejando a un lado esas interpretaciones ambiguas que hacen tanto daño. La mejor manera de asumir el reto es apropiándonos dialécticamente de los principios leninistas de organización. No es suficiente con recitarlos de memoria. Hay que interpretarlos como una fortaleza que une, fortalece y humaniza la lucha revolucionaria. Hay que desempolvar las categorías marxistas, volver a estudiar filosofía y ciencia. Decir y hacer. Ir a la base, expresar una moral revolucionaria a toda prueba y entender que un cargo de responsabilidad política es para ser más sencillo con la base y más irreverente con el enemigo de clase. Hoy contamos – por ejemplo – con excelentes tratados sobre la solidaridad, pero con una práctica muy raquítica. Eso nos debe preocupar y a eso nos llama el camarada Jaime Caicedo Turriago. Basta ya de pretender justificar lo injustificable.