domingo, 2 de julio de 2017

La reforma rural integral es una conquista revolucionaria del movimiento guerrillero fariano

Por Nelson Lombana Silva

La reforma rural integral (RRI), es ante todo una conquista revolucionaria del movimiento guerrillero fariano que hay que dimensionar y hacer causa común para que su desarrollo sea una realidad.



Si bien es cierto que en primera línea de defensa deben estar  los sectores campesinos e indígenas, hay que decir claramente que el pueblo en su totalidad debe estar muy pendiente para que el gobierno no haga “conejo”, como es su costumbre, y este esfuerzo de las Farc – Ep durante 53 años, no sean traicionado y echado al cuarto de san alejo.


Para cumplir con esta labor, hay que empezar por lo elemental: Conocer la propuesta discutida y aprobada en la Habana (Cuba) y firmada en el teatro Colón de Bogotá.

El mismo movimiento guerrillero ha dicho que no es la reforma ideal, por cuanto no hay expropiación como dice mentirosamente el Centro Democrático, pero sí es una conquista para traer paz, desarrollo y bienestar a los campesinos e indígenas y al pueblo colombiano en general.

 Esta histórica propuesta tiene cuatro pilares o fundamentos esenciales que hay que socializar con dedicación y constancia en estas comunidades, haciendo caso omiso a las restricciones que solapadamente el gobierno coloca para que nadie sepa los alcances de ésta.

1.     Acceso y uso de la tierra: La idea es hacer una distribución justa de la tierra para los campesinos que no la tienen o si la tienen pero es insuficiente. Es el viejo sueño de que la tierra sea realmente para quien la trabaja y la hace producir. ¿Cómo es posible esta iniciativa? Mediante la figura de la creación de un fondo de tierras, el cual será consolidado o materializado tomando las tierras ilegalmente adquiridas, mediante la extinción de dominio y recuperación de baldíos indebidamente apropiados u ocupados. Pero la idea no es solamente darle el pedazo de tierra al campesino, la idea es brindarle las mínimas garantías para que el labriego ponga a producir ese terreno. Es decir,  riego, créditos blandos, asistencia técnica, asociatividad, comercialización, etc. En otras palabras: Acceso integral.

2.     Planes nacionales en lo rural: Esta iniciativa busca reducir progresivamente la pobreza en el campo, sobre todo atacar inicialmente la extrema pobreza, buscando con ello, reducir la brecha odiosa entre la ciudad y el campo. Así las cosas, el plan consiste en proveer bienes y servicios en infraestructura, desarrollo social y estímulos a la agricultura familiar y de asociatividad que contribuya a dinamizar la economía rural, integrar las regiones y mejorar la calidad de vida en el campo. Además, asistencia técnica, crédito, mercadeo, formalización laboral y protección social. Humanizar el campo y el campesino.

3.     Creación de programas especiales de desarrollo con enfoque territorial: Comenzar por donde se tiene que comenzar cuando la propuesta es honesta y real como la adquirida por las Farc-Ep. Esto es, reconstruir inmediata e inicialmente las zonas más afectadas con verdaderos planes de choque para facilitar la reconciliación. Primero lo primero.

4    Seguridad alimentaria y nutricional: Consiste en hacer énfasis en la mayor producción de alimentos para poder garantizar una mejor nutrición de los campesinos e indígenas, tomando como marco referencial a los más pobres, con perspectiva de género y enfoque diferencial. El éxito radicará fundamentalmente en la participación activa y consecuente de la comunidad debidamente organizada y movilizada. La idea no es esperar, asumiendo una postura asistencialista o “limosnera”. Se trata de asumir una postura propositiva, es decir, activa de las comunidades.

Sin mucha literatura, esta es la esencia de esta propuesta que comenzó a forjar el pueblo fariano en 1964 y que a través de 53 años de dura lucha, pudo finalmente el pueblo alzado en armas raparle a esta criminal y salvaje oligarquía colombiana. Así las cosas, no es una dádiva del gobierno nacional, es una conquista del pueblo representado en este movimiento guerrillero, que a propósito le ha dicho adiós a las armas y asume ahora solamente su lucha política para continuar con el proyecto estratégico. El pueblo campesino e indígena debe entender el momento histórico y asumir una postura enhiesta y transformadora, debe hacer parte de la unidad y de la lucha revolucionaria con decisión y conciencia de clase.

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