La guacharaca es un instrumento musical idiófono utilizado generalmente en el vallenato, bastante bullicioso. Pero, también es un ave que se caracteriza por su canto escandaloso.
La alcaldesa bogotana, Claudia López Hernández, bien parece a este pajarraco o instrumento musical. Realmente parece una guacharaca diciendo cosas encontradas y muy afines a su parecer derechoso. A veces se disfraza de izquierdosa y dice cosas casi como una tempestad huracanada, pero actúa abiertamente con el discurso y la acción de la derecha y su modelo neoliberal.
En la ciudad de Ibagué (Tolima), por la carrera tercera, existió una loquita muy “famosa” que se conocía con el apodo de “la guacharaca”, decía un montón de cosas en ráfaga cada vez que los transeúntes la incomodaban. Ese personaje la identifico con la señora alcaldesa capitalina. En un minuto dice un cúmulo de incoherencias a favor y en contra del establecimiento, pero finalmente, hace exactamente lo que el sistema neoliberal le ordena.
Lo último que se le acaba de ocurrir a la “Guacharaca bogotana” es decir que la Colombia Humana – Unión Patriótica en cabeza del candidato presidencial, Gustavo Petro, está acolitando los supuestos vándalos. Dice lo mismo que dice la derecha y la extrema derecha. No se separa un milímetro de los libretos del Centro Democrático y del matarife y narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez.
Se trata de imponer la gran falacia de que el pueblo está luchando en las calles porque la Colombia Humana – Unión Patriótica, en alianza con el castrochavismo, Cuba, Nicaragua, Rusia, China, etc. están presionando y estimulando la protesta, en la dinámica de desestabilizar las instituciones democráticas y la imagen del presidente Duque. Que diga esa mentira el Centro Democrático y sus huestes militares-paramilitares, vaya y venga, pero que lo diga una alcaldesa que llegó a ese cargo con el cuento de que era de izquierda, si causa profunda indignación y desasosiego, sobre todo en quienes suponían ingenuamente que esta lideresa la tenía clara.
Es muy posible que la Guacharaca Claudia López Hernández, desconozca que el origen de la protesta que ya supera los dos meses, tiene que ver con la incapacidad del estado capitalista de responder a las más elementales necesidades del pueblo colombiano, tales como salud, educación, vivienda, bienestar social, empleo, vestuario, medio ambiente, etc del pueblo colombiano, especialmente la juventud y los adultos mayores.
Estos jóvenes que hoy se baten en las calles contra la criminalidad del esmad, el militarismo-paramilitarismo, las leyes arbitrarias del gobierno, la corrupción, el narcotráfico, etc, no lo hacen porque sean vándalos, lo hacen por extrema necesidad al saber que no tienen futuro en este sistema y en este país tomado por la mafia. La juventud no es vándala, vándala el gobierno y alcaldesas tan mediocres como usted.
Qué bueno que se le haya caído una vez más la máscara. El pueblo sabrá sortear este traspiés y seguir hacia adelante. El pueblo bogotano la tiene clara. Sabe perfectamente de dónde viene, qué hace y para dónde va. Su palabra mentirosa carece de valor en momentos de lucha denodada del pueblo capitalino en el marco de este histórico paro nacional. Como dice la canción popular: “Después de un desengaño, qué importa uno más”.
Su nombre María Tovar y le decían La Guacharaca,
porque era muy maliciosa, malgeniada y lengüilarga.
Así era María, María Guacharaca,
Así maliciosa y muy lengüilarga
La alcaldesa bogotana, Claudia López Hernández, bien parece a este pajarraco o instrumento musical. Realmente parece una guacharaca diciendo cosas encontradas y muy afines a su parecer derechoso. A veces se disfraza de izquierdosa y dice cosas casi como una tempestad huracanada, pero actúa abiertamente con el discurso y la acción de la derecha y su modelo neoliberal.
En la ciudad de Ibagué (Tolima), por la carrera tercera, existió una loquita muy “famosa” que se conocía con el apodo de “la guacharaca”, decía un montón de cosas en ráfaga cada vez que los transeúntes la incomodaban. Ese personaje la identifico con la señora alcaldesa capitalina. En un minuto dice un cúmulo de incoherencias a favor y en contra del establecimiento, pero finalmente, hace exactamente lo que el sistema neoliberal le ordena.
Lo último que se le acaba de ocurrir a la “Guacharaca bogotana” es decir que la Colombia Humana – Unión Patriótica en cabeza del candidato presidencial, Gustavo Petro, está acolitando los supuestos vándalos. Dice lo mismo que dice la derecha y la extrema derecha. No se separa un milímetro de los libretos del Centro Democrático y del matarife y narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez.
Se trata de imponer la gran falacia de que el pueblo está luchando en las calles porque la Colombia Humana – Unión Patriótica, en alianza con el castrochavismo, Cuba, Nicaragua, Rusia, China, etc. están presionando y estimulando la protesta, en la dinámica de desestabilizar las instituciones democráticas y la imagen del presidente Duque. Que diga esa mentira el Centro Democrático y sus huestes militares-paramilitares, vaya y venga, pero que lo diga una alcaldesa que llegó a ese cargo con el cuento de que era de izquierda, si causa profunda indignación y desasosiego, sobre todo en quienes suponían ingenuamente que esta lideresa la tenía clara.
Es muy posible que la Guacharaca Claudia López Hernández, desconozca que el origen de la protesta que ya supera los dos meses, tiene que ver con la incapacidad del estado capitalista de responder a las más elementales necesidades del pueblo colombiano, tales como salud, educación, vivienda, bienestar social, empleo, vestuario, medio ambiente, etc del pueblo colombiano, especialmente la juventud y los adultos mayores.
Estos jóvenes que hoy se baten en las calles contra la criminalidad del esmad, el militarismo-paramilitarismo, las leyes arbitrarias del gobierno, la corrupción, el narcotráfico, etc, no lo hacen porque sean vándalos, lo hacen por extrema necesidad al saber que no tienen futuro en este sistema y en este país tomado por la mafia. La juventud no es vándala, vándala el gobierno y alcaldesas tan mediocres como usted.
Qué bueno que se le haya caído una vez más la máscara. El pueblo sabrá sortear este traspiés y seguir hacia adelante. El pueblo bogotano la tiene clara. Sabe perfectamente de dónde viene, qué hace y para dónde va. Su palabra mentirosa carece de valor en momentos de lucha denodada del pueblo capitalino en el marco de este histórico paro nacional. Como dice la canción popular: “Después de un desengaño, qué importa uno más”.
Su nombre María Tovar y le decían La Guacharaca,
porque era muy maliciosa, malgeniada y lengüilarga.
Así era María, María Guacharaca,
Así maliciosa y muy lengüilarga
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