El plan de agresión militar contra la hermana República Bolivariana de Venezuela continúa, con la activa participación del gobierno colombiano de Iván Duque Márquez.
Por estos días, la guardia nacional cívica – militar de esta República Bolivariana, le propinó un duro golpe al paramilitarismo colombiano ubicado en la frontera colombo – venezolana, matarifes del pueblo que al parecer se mueven libremente por la región cometiendo toda clase de fechorías contra los campesinos y campesinas, en la dinámica de alentar golpes violentos contra el pueblo venezolano y la revolución bolivariana siglo XXI.
Un verdadero arsenal bélico le decomisó, dicha guardia nacional cívico – militar, al grupo paramilitar “Los Rastrojos”, grupo paramilitar en el cual se apoyó el gobierno colombiano para facilitar el paso del payaso Juan Guaidó en días pasados.
Según el boletín difundido en las redes sociales, el decomiso ocurrió en el estado de Táchira (Venezuela). “Hemos dado unos golpes contundentes a las estructuras criminales de la frontera, en solo un mes de la operación “Escudo Bolivariano 2020”, señala el alto militar que da el parte.
La nave cuenta con 38 tambores para transporte de combustibles que ocupaban el 80 por ciento de su espacio total. Foto: @jaarreaza |
Entre los elementos incautados se cuentan: La captura de 37 paramilitares colombianos de la banda “Los Rastrojos”, la neutralización de doce criminales al enfrentarse a la fuerza armada, el más duro golpe en materia de explosivos: 650 kilos de explosivos, entre pólvora y explosivos de la industria militar colombiana, desmantelamiento de un laboratorio para el procesamiento de cocaína con más de 11.000 litros de acetona, la llamada cocina y los hornos para elaborar pasta de cocaína, más de 400.000 litros de gasolina, distribuidos en tanques clandestinos y en embarcaciones, más de 50 vehículos, entre ellos, camiones, camionetas, motos y hasta ambulancias. En solo un mes, ha incautado más de media tonelada de cocaína, entre marihuana y cocaína e incluso, heroína. Adicionalmente, uniformes militares colombianos, chalecos colombianos, morrales colombianos, indumentaria colombiana, lo que resulta evidente la directa participación en la logística de este grupo criminal por parte del ejército de Colombia.
Más claro no canta un gallo, dice el adagio popular. Una vez más se coloca en evidencia la unidad militar-paramilitar para violentar el suelo sagrado de la República Bolivariana de Venezuela, en cumplimiento de las órdenes impartidas por los gorilas de Estados Unidos. En esas condiciones, el pueblo venezolano exige a las autoridades militares, policiales o Iván Duque Márquez, que les digan al mundo la verdad, toda vez que cada golpe que da la seguridad venezolana, se encuentra que dicha agresión involucra a los militares y paramilitares colombianos.
Eso indica que el plan militar para invadir a este país hermano avanza, no se ha detenido. La comunidad nacional e internacional, deben pronunciarse y de una manera contundente en la mayor brevedad posible, antes que sea demasiado tarde. Hay que parar la invasión militar a la hermana República Bolivariana de Venezuela.
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