La caravana del 33 festival de música colombiana que se realiza en Ibagué (Tolima) del 18 al 25 de marzo, arribó ayer al imponente Cañón del Combeima, exactamente al corregimiento de Villa Restrepo.
Los aires musicales propios de la región Andina irrumpieron en la extensa y pintoresca región a pesar de la fría tarde y los amagos de lluvia. Un grupo considerable de habitantes de la región y visitantes se congregó en el parque principal para escuchar con entusiasmo las notas musicales de nuestra identidad.
La programación anunciaba la presentación de tres conjuntos: Surrapas, Omacha y Maniguas Colombia. Al final se presentaron dos. Abrió la velada musical el conjunto Maniguas Colombia. Un conjunto joven que deleitó a los presentes arrancando fuertes aplausos. El director de esta agrupación: Manuel Castellanos hizo un sentido homenaje a la mujer, al entorno y a la comunidad indígena.
Instó a defender la cultura colombiana, su identidad y la cosmovisión aborigen. Al calor de la música un grupo de niños de la región recordó nuestros antepasados, los que fueron violentados por la inhumana invasión europea y actualmente por la política imperialista de Estados Unidos.
Este hermoso espectáculo fue posible gracias al interés de un grupo de patrocinadores, entre ellos, la administración municipal del médico Guillermo Alfonso Jaramillo con “todo el corazón”. La cultura humaniza y hace el prodigio de hallar sentido al entorno y, sobre todo, el reconocimiento de la verdadera historia contada por los vencidos, pues hasta ahora nos han contado e impuesto la versión histórica de los vencedores. En esa versión, los malos resultan ser los buenos y los buenos resultan ser los malos.
Los habitantes que asistieron al encuentro musical, expresaron su complacencia y el interés que se siga promocionando la música autóctona y vernácula. Algunos criticaron la política mediática de dejar rezagada a un segundo plano la música colombiana. “Necesitamos medios con sentido de pertenencia y sentido de nacionalidad”, apuntó uno de los asistentes. Al caer la noche, cayó también el bello espectáculo musical y artístico en el cañón del Combeima.
Este hermoso espectáculo fue posible gracias al interés de un grupo de patrocinadores, entre ellos, la administración municipal del médico Guillermo Alfonso Jaramillo con “todo el corazón”. La cultura humaniza y hace el prodigio de hallar sentido al entorno y, sobre todo, el reconocimiento de la verdadera historia contada por los vencidos, pues hasta ahora nos han contado e impuesto la versión histórica de los vencedores. En esa versión, los malos resultan ser los buenos y los buenos resultan ser los malos.
Los habitantes que asistieron al encuentro musical, expresaron su complacencia y el interés que se siga promocionando la música autóctona y vernácula. Algunos criticaron la política mediática de dejar rezagada a un segundo plano la música colombiana. “Necesitamos medios con sentido de pertenencia y sentido de nacionalidad”, apuntó uno de los asistentes. Al caer la noche, cayó también el bello espectáculo musical y artístico en el cañón del Combeima.
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