Por Nelson Lombana Silva
Ex guerrillero que depuso las armas y se
acogió al acuerdo de paz concebido en la Habana (Cuba) y firmado en
Bogotá, fue asesinado el pasado 10 de marzo en el municipio de Planadas
(Tolima). El sangriento hecho ocurrió en la vereda Esmeralda Alta, hacia
las 8:00 de la mañana cuando se desplazaba en un vehículo público en
compañía de su esposa. Dos hombres armados con fusil interceptaron el
vehículo y obligaron a Oneider González Guilombo a descender. Después de utilizar toda clase
de palabras soeces le dispararon a quemarropa produciéndole la muerte
al instante ante la mirada horrorizada de su esposa y demás personas que
viajaban con él en este vehículo.
Hay estupor y desconcierto en
la comunidad del sur del Tolima. La criminalidad se ha incrementado en
la región. Son varios los ex guerrilleros en esta sección del
departamento que han sido asesinados, lo mismo que campesinos y líderes
comunitarios. La mayoría de crímenes reposan en la impunidad.
El
ex guerrillero se había concentrado en la vereda El Oso, corregimiento
de Gaitania, municipio de Planadas (Tolima). Ante estos hechos de
violencia los desmovilizados del grupo fariano y la comunidad de
Planadas, están programando una caravana por la paz, la cual se
realizará el 15 de marzo y partirá del parque principal de Planadas y
terminará en Marquetalia cuna de la resistencia del Oso, indicó el ex
comandante Gustavo Bocanegra, más conocido como Donald.
Donald llamó a la movilización por la paz, a cerrarle el camino a los violentos. De igual manera, el llamado al gobierno para que cumpla lo pactado y el acuerdo se materialice tal como fue concebido por las partes.
El pueblo colombiano debe reaccionar. Sobre todo exigirle al débil presidente Iván Duque Márquez que se centre en resolver los problemas del país y no siga como idiota útil prestando el territorio nacional para agredir la hermana república bolivariana de Venezuela. Esa postura constituye traición a la patria. Además, una vergüenza internacional.
Hay que rodear al partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), reconocer su voluntad política para deponer las armas sin estar vencidos y abrirse generosamente a la reconciliación y a una forma distinta de lucha. Hasta el momento no ha habido una correspondencia por parte de la oligarquía colombiana. Por el contrario. Ha desatado una criminal cacería contra los ex guerrilleros, lo mismo que líderes populares, sindicales y políticos de izquierda, tan parecido al genocidio contra la Unión Patriótica.
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