jueves, 4 de julio de 2024

¿Cuál aporte benéfico de la religión?

 


Por Nelson Lombana Silva

Interesante el taller: “Política pública de libertad de culto religioso” dictado ayer en el Panóptico de la ciudad de Ibagué (Tolima), por iniciativa de la alcaldía municipal, por cuanto permite conocer la legislación que hay sobre el particular y la necesidad de ser tolerante acerca de las diversas creencias que hay, incluyendo, el ateísmo, naturalmente.

La norma existe. Sin embargo, su aplicación es débil, por cuanto en pleno siglo XXI, en nombre de estas creencias, religiones y sectas, se sigue explotando y dividiendo a la humanidad. Se estigmatiza el ateísmo, por ejemplo, en forma directa e indirecta, a veces continua y en otras oportunidades solapadamente.

El tema religioso resulta bastante complejo, básicamente por la tradición y el analfabetismo. La religiosidad, hay que saber, se impuso a la fuerza bruta, violenta con el propósito de crear en la comunidad la sumisión ante los gobernantes. Las grandes religiones, históricamente, siempre han estado al lado de la clase dominante.

El término religión desde la perspectiva etimológica proviene del latín Relegere, que significa recoger o agrupar; también algunos estudiosos del tema señalan que proviene del término Religio, que traduce escrúpulo o de Religare, que significa reunir.

Así, pues, podría definirse la religión como el conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimiento de veneración y temor hacia esa divinidad, de normas morales para la conducto individual y social de prácticas rituales.

Creencias falaces

El único ser sobre la tierra con capacidad de crear dioses es el hombre. Por eso, su creación es a semejanza de él. Si cualquier otro animal, distinto al hombre, tuviera esa capacidad, su dios sería semejante a él. Claro lo dijo Platón y después Vargas Vila: “Dios no me ha creado, yo lo he creado a imagen y semejanza mía”.

Sin embargo, en este siglo, la idea no es discutir si usted cree o no cree, es una decisión que se debe respetar ayudando a fortalecer la tolerancia y la diversidad de criterios. Carlos Marx, dio luces sobre el particular al afirmar que no se trata únicamente de interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo. Hay la necesidad de unirnos creyentes y no creyentes para cambiar el reino de injusticia que existe en el sistema capitalista. Creo que en esa dinámica resulta interesante estudiar un poco más la teología de la liberación o iglesia de la liberación. Frei Betto, uno de los curas de esta propuesta religiosa latinoamericana, sostiene que la idea no es dividir a la humanidad entre creyentes y no creyentes, hay que dividirlos entre partidarios de la vida y partidarios de la muerte. Quien lucha por los pobres, por la justicia social, por derrotar el analfabetismo, son partidarios de la vida. En cambio, los que utilizan el concepto metafísico de la religión para enriquecerse, explotar el trabajo asalariado, la sumisión y la injusticia social, bien pueden calificarse de partidarios de la muerte.

¿Cuál aporte de la religión?

El planteamiento del pastor Felipe Vanegas de que las religiones han sido beneficiosas y han aportado al desarrollo de la humanidad, se respeta, pero no se comparte. Por el contrario. La religión ha sido enemiga del progreso y desarrollo de los pueblos, ha fomentado la violencia y como se dijo atrás, siempre ha estado respaldando a la clase dominante. Durante la esclavitud, estuvo a favor del esclavista; durante el feudalismo al servicio del feudal, del terrateniente; en el sistema capitalista siempre ha estado la alta clerecía al servicio del capitalista, de la burguesía.

Históricamente, resulta válido traer un par de ejemplos reales y concretos a colación: Las cruzadas y el Santo Oficio. Las cruzadas fueron una serie de campañas militares organizadas por los Papas y las Potencias Cristianas Occidentales para retomar a Jerusalén y la denominada “Tierra Santa” del control musulmán y después defender esas conquistas. Hubo ocho grandes cruzadas oficiales entre 1.095 – 1.270 y muchas más no oficiales.

Por su parte, el denominado “Santo Oficio”, también denominada “Santa Inquisición”, fue un criminal Tribunal creado por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, dedicado a la persecución sistemática y al castigo de los llamados herejes y disidentes religiosos. A partir de 1.542, a expensas del Papa Paulo III, comenzó y existió por casi trescientos años. Galileo Galilei, eminente científico que demostró que la tierra no era el centro del universo, fue víctima de este infame Tribunal, lo mismo Giordano Bruno, que fue víctima del fuego ordenado por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana.

¿Cómo se puede decir que la religión ha servido? Quizás ha servido para formar grandes fortunas de las cuales se benefician unos pocos. La religiosidad se fundamente en la fe y la fe es la negación a todo razonamiento científico, dice Rius, destacado escritor mejicano. El dogma, es como una creencia en algo que no puedo demostrar racionalmente. La religiosidad es simplemente teoría, mientras la ciencia se fundamenta en la teoría y la práctica. ¡Qué diferencia!

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