miércoles, 26 de junio de 2024

Miguel Antonio Caro Pineda, caballero y comunista integral

Camarada Miguel Antonio Caro Pineda. Foto: Internet


 Por Nelson Lombana Silva

El camarada Miguel Antonio Caro Pineda, ante todo fue una persona humana, culta, un caballero integral, que dedicó, prácticamente, toda su vida a la causa justa de los trabajadores colombianos. La utopía de la justicia social y el desarrollo de las categorías socialistas caracterizaron su existencia. Lo hizo con decisión y coraje, enfrentando con carácter el terrorismo de estado. Un comunista integral, marxista y leninista, siempre estuvo preocupado por enseñar más con el ejemplo que con la palabra. Sencillo y humano, mantuvo comunicación directa con la región, estuvo presente allí, escuchando la problemática con mucha atención. Se recorrió el país de extremo a extremo arriesgando su propia existencia.


En verdad, son muchas las virtudes que caracterizaron al camarada Miguel Antonio. Su trabajo político lo centró en el terreno del sindicalismo con lealtad y compromiso revolucionario. Un dirigente comunista de apertura, con hondo arraigo popular. Qué luchas libró en la CSTC, después en FECODE y en la CUT. Su obra no se puede perder en momentos en que el sindicalismo clasista se encuentra de capa caída. Por el contrario. Debe tomarse este legado para continuar la marcha y fortalecer el sindicalismo para que vuelva a ser lo que otrora fuera.

Hombres como Miguel Antonio Caro Pineda, realmente no mueren, porque su legado se constituye en una carta de navegación que se sostiene diáfana en el escenario de las presentes y futuras batallas. Se convierte en un paradigma de firmeza, seriedad y compromiso.

El sindicalismo es una forma concreta de lucha de la clase obrera, la clase trabajadora. El sindicalismo consecuente, clasista enfrenta los intereses de la burguesía, no concilia con ella, ni entrega la lucha por un nombramiento o una simple dádiva. El camarada Miguel Antonio, siempre militó en ese tipo de sindicalismo. Enfrentó el régimen con firmeza y no le hizo concesiones oportunistas y pusilánimes.

Tuve la oportunidad de compartir un escaño en el Comité Central del Partido Comunista Colombiano, en dos o tres períodos, no recuerdo bien. Allí, tuve la fortuna de relacionarme directamente con el camarada Miguel Antonio. Siempre admiré su sencillez, el respeto por la opinión ajena y el cariño por los camaradas de provincia. No era petulante, ni mezquino, argumentaba y convencía.

Sus conceptos eran bastantes acertados. En los plenos, cada vez que hablaba era escuchado atentamente, porque tenía una brillantez argumentativa y una forma clara de expresar las ideas. Se nos ha adelantado un grande del comunismo y del sindicalismo. Gracias, Camarada por su obra, su empeño, su talante y su coraje. Creo que puede decir con Pablo Neruda: “Confieso que he vivido”.

Fue un luchador incansable por la paz con justicia social. Mantuvo en alto esta bandera en horas terribles de la mal llamada “seguridad democrática” del señor Álvaro Uribe Vélez. Pero, mucho antes, durante la cruda violencia de los 50s, cuando la oligarquía criminal enfrentó al pueblo pobre conservador contra el pueblo pobre liberal. El camarada Miguel Antonio Caro Pineda no fue ajeno a este luctuoso período histórico de la república de Colombia.

Un saludo fraternal a su distinguida familia, a los militantes consecuentes del Partido Comunista Colombiano, a los sindicalistas comprometidos con su clase social. No es hora de llorar, es hora de comenzar a estudiar su abultado legado con la perspectiva de dinamizar la lucha política y la lucha sindical en Colombia. ¡Paz en su última morada!

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