domingo, 21 de julio de 2024

Camarada Jaime Cedano Roldán de nuevo entre nosotros

Camarada Jaime Cedano Roldán, de nuevo en Colombia. Foto Nelosi

 Por Nelson Lombana Silva

La familia colombiana auténticamente comunista, registra con beneplácito el retorno al país del camarada Jaime Cedano Roldán. Durante quince largos años de exilio en el viejo continente, luchando con la consigna férrea de que el verdadero Comunista es universal, el camarada Cedano Roldán está dispuesto a continuar nuevamente la lucha desde su patria Colombia.

Durante los días 19, 20 y 21, de julio, estuvo en Neiva (Huila) participando activamente en un taller de memoria, destacándose por el conocimiento que tiene del Partido, no solo en Tolima sino en todo el país, por cuanto en ejercicio de las tareas nacionales visitó los sitios más recónditos de Colombia.

Está dispuesto a retomar las tareas partidarias con bríos y conciencia social y de clase, siempre en el interior del Partido Comunista y los proyectos unitarios, el más importante, el Pacto Historia.

En un espacio breve, pudimos conversar sobre diversos temas, entre otros su experiencia en el exilio, su opinión sobre el momento que vive Colombia y la lucha férrea para continuar el proceso unitario en Colombia que ha iniciado el Pacto Histórico con la presidencia de Gustavo Petro.

La entrevista es la siguiente:

-         Estuvo asilado durante largos años en Europa. ¿Cuánto tiempo y en qué parte de este continente?

Estuve quince años en España.

-         ¿Cómo podría usted sintetizar esta experiencia por el viejo continente?

La experiencia es importante. Digamos que estar en el exterior, sea en calidad de exiliado o emigrante, lo que sea, siendo militante comunista, sencillamente uno traslada las actividades propias de la militancia, las actividades de un luchador anticapitalista y antiimperialista, las traslada a las condiciones donde vive.

En Europa teníamos unos debates interesantes con compañeros ubicados en distintos países de este continente, donde algunos trataban de ubicar la especificidad de la militancia comunista en el exterior, viéndolo como algo muy especial que requería discusiones muy especiales para trabajos muy especiales.

Quienes estábamos en España siempre planteamos que ser comunista es una cuestión universal, como lo definen los estatutos, el programa y la historia del PCC colombiano, ser comunista es luchar contra el capitalismo, luchar contra el imperialismo, luchar por la solidaridad con los pueblos, es una condición, tanto para el que vive en Bogotá, en Pasto, en París, en Miami o en Madrid, o en Sevilla. Es el mismo objetivo, las mismas razones, que cambia el escenario, no es lo mismo ser comunista en las actividades propias de un comunista en Bogotá, al vivir en el barrio Policarpa Salavarrieta o alguien que vive en el barrio Chapinero.

Las condiciones son diferentes, no se requiere un acondicionamiento especial, sino simplemente, como hemos dicho toda la vida: Aplicar la línea y el programa del Partido donde uno se encuentre.  Entonces, eso fue lo que nosotros hicimos en España, tenemos un grupo muy importante de compañeros militantes del Partido y también de la Unión Patriótica, donde la primera cosa que definimos, cada cual incluso, a su manera y después colectivamente, es que la nueva forma de ser comunista en España en este caso, era trabajar junto a la clase obrera; los revolucionarios y los comunistas españoles. Era vincularse a las luchas propias del pueblo español y vincularse a las luchas donde vivíamos, caso de Sevilla, pues vincularnos allí con el Partido Comunista de España, con la Izquierda Unida, con la gente del barrio.

Yo fui edil, allí tiene otra connotación, otra forma de ser elegido en el distrito donde vivíamos. Así, cada compañera y compañero, estaba vinculada y vinculado a movimientos sociales propios de los emigrantes, movimientos culturales, movimientos feministas. Es decir, nosotros no actuábamos como una ONG Por la paz y los Derechos Humanos en Colombia, aunque esa era nuestra principal tarea. Actuábamos como militantes, no como integrantes de una ONG.

En ese sentido, teníamos y tenemos con los compañeros que quedan allí, un activismo muy grande, muy intenso, porque además de las tareas por la paz, la solidaridad con Colombia, los Derechos Humanos, que es la tarea principal, estuvimos y estamos vinculados a diversos procesos sociales. Eso incluso, mitiga lo que podría llamarse la nostalgia del país, porque hay ahí una ocupación permanente.

La experiencia en ese sentido es importante, porque, digamos, militar simultáneamente, porque teníamos la estructura propia del PCC colombiano, la célula, el comité de zona, pero al mismo tiempo militar en el Partido Comunista Español, nos permitía adquirir una serie de experiencias en forma directa, de participar directamente, activamente en las luchas del pueblo, de la clase obrera española y de los comunistas españoles. No como amigos, sino como lo que éramos: Parte de esas luchas con reivindicaciones propias como inmigrantes que tienen que ver con la lucha contra la precariedad del inmigrante, la restricción en que se tiene contra la población inmigrante que son muchas, contra la xenofobia, contra el racismo. Eran unas reivindicaciones propias que teníamos que luchar allí, junto a las reivindicaciones de los trabajadores de España.

Entonces, se convierte la diáspora, en el sentido más amplio, o exilio, el sentido más particular para alguna gente, se convierte en un escenario de lucha. La diáspora, no como el sitio de la nostalgia, sino la diáspora como escenario de lucha nuevo, diferente, con especificidades, pero, con las características propias de la lucha de un Comunista, encuéntrese donde se encuentre.

En ese sentido, se desarrolló en España y en Europa, en general, desarrollamos un trabajo muy intenso, muy intenso sobre el tema de Colombia, de sensibilización, de información, de hacer “lobby” (Lobby no es la palabra), de realizar un trabajo político a todos los niveles. A nivel de los grupos de solidaridad de los Partidos de Izquierda, las Organizaciones Sociales, a nivel del Parlamento Español, a nivel de los Parlamentos regionales, donde se constituyeron en comités por la defensa de los Derechos Humanos en Colombia, en España se constituyó en el congreso de Diputados una interparlamentaria sobre el tema de la paz en Colombia.

De manera que es muy grande el campo de acción en el exterior, lo sigue siendo en la campaña electoral, en las elecciones generales, en el exterior logramos conquistar o ganar la curul para el Pacto Histórico, la curul espacial, que toda la vida la había tenido la derecha, toda la vida, y esta vez se ganó para el Pacto Histórico. Hubo una votación cercana a los 30.000 votos, de los cuales, casi 25.000 votos fueron en España.

Hay una población muy grande, una movilización muy grande en España, digamos, en regiones que no había. En España siempre ha habido movilizaciones  por Colombia, en Madrid, en Barcelona, un poco en Valencia, donde se ubica, históricamente, la población exiliada; regiones como el sur de España, como Sevilla, Córdoba, Andalucía, en general, llega una población sobre todo inmigrante. Por ejemplo, durante quince años, se hicieron muchísimos actos por Colombia, siempre participábamos cinco, cuatro, cinco, seis colombianos y el resto, número importante de españoles y españolas, que siempre nos han acompañado.

Empezó una movilización importante en Sevilla, cuando la huelga de las ruanas, cuando la movilización campesina, que fue muy interesante. Creo que también allí se dio un sentimiento como el de la gente en las ciudades en Colombia: Oiga, mi papá era campesino, mi abuelo era campesino, mi familia viene del campo. Y claro, el gobierno estaba apaleando a la gente del campo en Colombia, hubo entonces una movilización inmensa, sentimos por fuera de Madrid, aumentó la movilización por esa identidad familiar, esa tradición y esa cercanía con el campo, porque todos veníamos de allí. Fue el comienzo de la movilización, el estallido social fue otra cosa.

El estadillo social, fue una explosión general en Colombia y en Sevilla donde se hacían manifestaciones en solidaridad con el país. Cuando las marchas campesinas de 2018, ya movilizábamos 50, 70 colombianos. En el estallido social fueron centenares y centenares movilizándose en dirección al consulado.

Fue un trabajo muy interesante en el exterior. En el caso de Andalucía tuvimos la oportunidad de actuar, destacando que allí, hay un problema muy fuerte, que es lo del Mediterráneo, la muerte en el Mediterráneo de la gente que intenta llegar a España, atravesando zonas inhóspitas, huyendo del hambre, de la depredación ambiental, y miles han encontrado la muerte en el Mediterráneo, llegando a las playas, muertos o que son recibidos a punta de goma, como Tarajadas hace diez años que, que unos habitantes africanos que venían a nado, los recibieron con balas de goma y murieron más de catorce.

Nos vinculamos a eso. Nos vinculamos a la solidaridad con el tema de los refugiados, la solidaridad con el pueblo de Sajara es muy cercana a España por temas históricos, donde se cuenta que España le entregó ese territorio a Marruecos. Participamos de todas estas movilizaciones, participamos en las huelgas generales que convocaba la clase obrera y los sectores populares. Durante estos quince años, un par de huelgas generales participamos, participamos en la marcha por la dignidad.

Es decir, en las actividades propias del pueblo español, una actividad muy intensa, actividades de solidaridad. En el caso nuestro participábamos también cada año, en la fiesta de Avante (Portugal), con una brigada de trabajo voluntario, conformada más o menos, mitad y mitad con españoles de Andaluz y con colombianos que íbamos y montábamos un estand muy grande donde se vendía mucho, había mucha solidaridad con Colombia, mucha difusión y recursos económicos de apoyo al Partido y al semanario VOZ, era dinero que se enviaba y no era una cifra despreciable. Pero, ante todo, la actividad política.

Esta experiencia en Europa ha sido muy interesante, porque ha sido un trabajo político en diferentes escenarios, en condiciones económicas complicadas, porque la situación en España, la crisis española es muy fuerte, muy profunda. Donde nosotros estábamos viviendo, el sur del país, es un lugar muy pobre, una región desindustrializada porque la han venido convirtiendo en un llegadero de turistas. La justificación está matando estos pueblos en todos los sentidos.

Hasta allí, llegó la mano negra del DAS. Hubo señalamientos, seguimientos. Personalmente fuimos objeto de muchos señalamientos en la prensa de la derecha, caso del ABC, señalándonos como voceros de la guerrilla y terroristas que estábamos actuando en España.

Es un frente de trabajo que hay que seguir cuidando, que hay que seguir apoyando, porque el trabajo que la gente hace en el exterior, en España, Francia, Suecia, Suiza, Venezuela, Estados Unidos, Canadá.

En Canadá hay unos colectivos de trabajo colombiano muy grande, desde hace muchos años, tocando puertas. Treinta, cuarenta años, un trabajo muy fuerte, demostrándole al mundo que era lo que realmente estaba pasando en Colombia; mostrando otra cara, la verdadera de Colombia. Colombia era desconocida, se empezó a conocer cuando Cien años de soledad, la publicación de esta obra de literatura, después la llegada de los ciclistas, se empezó a hablar del país de los escarabajos. La historia estaba escondía por la violencia, la represión tan fuerte, las causas del conflicto. La diáspora y el siglo, ha permitido que el mundo conozca, se sensibilice y actúe y siga actuando en beneficio de la paz y los Derechos Humanos en Colombia.

-         Usted salió de Colombia no porque quiso, sino porque le tocó. ¿Qué significa dejar el país de la noche a la mañana?

Uno sale por alguna situación le dicen que es mejor estar afuera. Al principio se siente uno exiliado hablando en términos generales, no personal: El exiliado siente un golpe muy duro. Pero, está la solidaridad. El exiliado político, por lo general, no llega solo. La historia de España que empezó fuertemente en los años 80s, el exilio de la gente de la UP (Unión Patriótica), también es una historia de muchas solidaridades. A Madrid llegaron los primeros núcleos en los años 80s, de compañeros y compañeros de la Unión Patriótica y del Partido Comunista. Allí, alguien que llegaba lo hacía en la casa del que ya había llegado. La casa de los refugiados se convertía en acogidas de refugiados. Y ese que llegó y fue acogido, después acogía a otros. Era una cadena permanente de acogía solidaria. Hace unos veinte años, en un pueblo, a los alrededores de Madrid, en Alcalá de Henares, se hizo un proyecto y se alquilaba un piso, un apartamento, donde se acogía a los exiliados que llegaban a España de Partido, referenciados llegaban a ese apartamento y se estaban allí, mientras se lograba ubicar, conseguir trabajo, poder alquilar ya un apartamento propio.

Luego, surgen otras expresiones como el plan de acogía que hay en Asturias, en el país vasco, algo en Barcelona. El militante político que llega al exterior, llega a buscar los movimientos sociales. El golpe es los primeros días, después se vincula a las actividades, a la solidaridad, a los actos públicos. Así no tiene tiempo a la nostalgia, tiene tiempo y le hace falta, para actuar y hacer cosas.

-         ¿Mucho desplazado colombiano durante los quince años que usted estuvo en Europa?

Sí. Mucha gente, aunque generalmente son rechazados. Pero el grueso de gente con problemas en Colombia se desplaza internamente. Hay un éxodo muy grande hacia el Ecuador, Venezuela, sobre todo por la cercanía.

No es que sea en Europa muy grande la llegada, ni en Estados Unidos, se da más en el propio país y se da hacia los países más cercanos por la facilidad, por los costos.

-         Ha dicho usted una definición muy hermosa de Comunista, cuando dijo que es una persona, un dirigente universal. ¿Todos los comunistas desplazados tenían esa misma versión o había discrepancias?

Es normal, así como hay diferencias en el país, pues también en el exterior, la diferencia existirá en la concepción del trabajo. Siempre habrá diferencias. Hay gente que se concentra solamente en trabajar solamente el tema de Colombia, que es muy valioso, muy necesario, muy importante.

Otros que además del intenso trabajo con Colombia, también se realiza una actividad de solidaridad con los revolucionarios del país y vinculados a las luchas del pueblo donde vive y en solidaridad con otros pueblos, solidaridad permanente.

La mejor forma de tener solidaridad con un pueblo, caso de Colombia, desde el exterior, la mejor forma de fortalecer la solidaridad con Colombia es participando de la solidaridad con tu pueblo, con Palestina, Sajara, Cuba, con todos los pueblos y con la misma clase obrera y la gente que sufre en España o en otros países, especialmente en el sur de Europa, donde hay condiciones de vida muy duras y cada día son más duras.

-         ¿Cómo se ve a Colombia desde España?

En estos momentos, por ejemplo: Una gran ilusión. El Pacto Histórico y sus resultados y la elección del presidente Gustavo Petro, han generado una expectativa muy grande y una ilusión muy grande. A veces, pienso yo, que más grande de lo que realmente es. Ellos dimensionan cosas que quizás aquí no hacemos, la dimensión histórica de estos cambios. Claro, la distancia no les permite ver las contradicciones internas que hay en el gobierno, en los partidos, etc, etc,

Pero, hay una izquierda europea que de alguna manera se autodefine, se autocalifica y se reconoce como derrotada cultural, política e ideológicamente, una izquierda que no tiene avances, pues busca referentes, y América Latina siempre ha sido un referente para la izquierda europea. Todos estos procesos de la primera ola de los cambios progresistas en América Latina. Las nuevas situaciones son un referente, son un estímulo, como lo que está sucediendo ahora en Francia, aunque no sabemos qué tanto se va a sostener en el tiempo, una unidad bastante compleja.

Pero, en el caso de América Latina es un referente y un estimulante para la lucha en Europa. Y en el último tiempo, en el caso de Colombia también, especialmente. Gustavo Petro se ha convertido en un referente muy importante por su posicionamiento en política global, el tema del medio ambiente, el tema de la solidaridad con Palestina, la unidad de América Latina. Digamos, por la profundidad de sus intervenciones en los organismos internacionales. Realmente, es un estimulante. Siente uno que ciertos sectores de izquierda en Europa, en España, asume un discurso muy asistencialista, sin una carga profunda, política e ideológica de transformación radical de la sociedad, sino son programas importantes, pero también que caen un poco en el asistencialismo sobre algunas cosas sin tener un discurso profundo de cambios radicales de la sociedad sin ser extremistas, sino de ser, efectivamente, futuristas y realistas. Tener un norte de transformación de la sociedad. Se cae mucho en el asistencialismo.

Entonces, cuando surgen procesos como el de Colombia, cuando surgen líderes políticos e ideológicos como Gustavo Petro, pues causan una gran admiración y una gran solidaridad.

- Al regresar a Colombia, ¿Qué encuentra, como ve la dinámica del Partido?

Un panorama importante, positivo, con problemas que existen. Pero, uno se maravilla de encontrarse con una renovación muy importante en el caso del Partido, una renovación muy importante. Muchos jóvenes, muchas muchachos y muchachos nuevos y nuevas, tanto en el Partido, en la Juventud Comunista, con una gran capacidad.

La característica de Colombia es de una producción de dirigencia política nueva muy refrescante y muy fuerte. Eso estimula y maravilla a la gente de ver cómo se ha venido renovando las direcciones políticas, como hay experiencias, con los problemas que existan, pero cómo hay experiencia muy interesante de una resistencia permanente y prologada, que logró convertirse en alternativa con discurso transformador radical y constante. Uno se maravilla de ver esto en Colombia. Claro, al llegar se encuentra con problemas propios como la inseguridad, la pobreza tan grande que existe en el país.

Pero, la expresión de las organizaciones sociales, la lucha, la resistencia, se siente con mucha fuerza y pues, muy importante venir a aprender nuevamente, reaprender tantas cosas y de alguna manera también compartir las experiencias que se han tenido en otros escenarios.

-         Finalmente, Este proceso que ha comenzado con el Pacto Histórico y la presidencia de Gustavo Petro, ¿Cómo se haría irreversible?  

Irreversible no hay nada en la vida. Nosotros lo aprendimos con los hechos. Decíamos que la sociedad tenía un desarrollo en espiral. La caída de lo que llamábamos socialismo, nos enseñó que en la vida se avanza y se retrocede. Ahora nos acordamos de la obra de Lenin de dos pasos adelante y uno atrás. Entendimos que nada es irreversible.

Lo que no es irreversible es la lucha, la resistencia, el deseo de transformar. Si queremos que se mantenga, que se prolongue en el tiempo, pues es la unidad la garantía. La unidad por encima de todo, interpretar los sentimientos de la gente; no olvidar nunca de donde surgen estos cambios, porque muchas veces se olvidan, a veces existe lo que tiene la izquierda, todo el mundo, el nadaísmo de pensar que las cosas empezaron ayer, del poder que enceguece, el poder que obnubila, el poder que alimenta los egos.

La lucha por la unidad es una lucha por el programa, por mantener el programa, es la lucha por no perder la vinculación con la gente, con la gente más incluida, es la lucha permanente contra el su liderazgo. Diversas experiencias en el mundo de la izquierda se acaban, se rompen, por los ultra liderazgos, los súper egos que rompen lo colectivo. Mantener la unidad, mantener el espíritu colectivo y de la transformación permanente. Lo que tiene que ser irreversible es la transformación, de que nada está concluido, de que siempre hay que buscar muchas cosas.

Todas estas experiencias que hace el gobierno de Gustavo Petro, en el sentido de ir a la Colombia marginada, a los barrios, a las ciudades, al encontrarse con el país y escucharlo, eso es lo importante que puede permitir alimentar el proceso como estamos viendo y a eso, tenemos que contribuir cada uno del sitio donde nos encontremos.

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