El pundonor de la selección Colombia de Fútbol

Selección Colombia de Fútbol, obtiene una destacada presentación. Foto internet 

Por Nelson Lombana Silva

El papel deportivo desarrollado por la selección Colombia de Fútbol en la reciente copa América, efectuada “inexplicablemente” en la entraña del monstruo, merece toda la admiración y valoración. El subcampeonato de esta justa deportiva no se encuentra debajo de la cama y con frecuencia se obtiene. Llegar a la final obliga necesariamente a mostrar calidad, talento y pundonor deportivo. Todo eso lo dio nuestra amada selección Colombia.

Los que sí se rajaron de “cabo a rabo” fueron los jerarcas del fútbol, algunos aficionados, los organizadores del certamen, los medios masivos de comunicación e incluso, el trío arbitral. Dejaron vergüenza y muchas dudas sobre la profesionalidad y la transparencia. Pareciera que la mano “invisible” hubiera actuado, cosa que la hermana selección argentina no necesitaba porque quien no reconoce que la selección gaucha está llena de pergaminos y de alta capacidad competitiva.

Que los polizontes hayan tenido que capturar y echar a un alto directivo del fútbol colombiano a la cárcel, es una pena que tenemos que cargar los colombianos y las colombianas. La conducta de algunos aficionados de ambos bandos resultó desastrosa, el manoseo con el horario de inicio del partido, un manoseo sospechoso y denigrante que jamás será investigado seguramente. El árbitro dejó de pitar por los menos dos faltas que eran para penalti a favor de Colombia, teniendo toda la tecnología al alcance de la mano. Qué horror.

Y, ¿Qué decir de los medios de comunicación? Irresponsables, diría con franqueza criminales. No informaron, desinformaron; no educaron, alienaron brutalmente a la opinión pública. Tras de las dos cadenas no fueron capaces de transmitir todos los partidos, dedicaron todos los espacios a excitar la parte animal del ser humano. Fue tanta la alienación que la inmensa mayoría, tenía por hecho el triunfo de la sección Colombia. Incluso, muchos decían que, sino repetía el 5 a 0, sería una catástrofe. El mismo presidente de la república se adelantó a declarar día cívico. Nadie pensaba en el revés.

Los medios de comunicación se encargaron de hacerle creer a la opinión pública que los jugadores colombianos eran “máquinas invencibles”. Como siempre, una vez más le rindieron culto al individualismo, de tal manera, que la sección Colombia era James Rodríguez y en segundo lugar Díaz, los demás eran obreros del montón que eran nombrados cuando anotaban gol, gracias a la genialidad y pase perfecto de James Rodríguez. ¿Cuánto tendría que pagar el buen jugador colombiano a estos monopolios de la comunicación? En el capitalismo nada es gratuito.

Pues si rompemos ese engendro mediático, podemos dimensionar un grupo de compatriotas explotados que dejó hasta la última gota de sudor en la cancha, con hombría, pero también con dignidad, con vergüenza deportiva. Luchó todo el tiempo, no bajó los brazos.

Eso nos debe llenar de orgullo y de satisfacción, porque a pesar de ser este deporte de unos pocos que son los que se lucran, la actividad deportiva está en la conciencia del pueblo colombiano. ¿Cuántos murieron celebrando en esta oportunidad? Eso si no han analizado estos petardos medios masivos de comunicación. La razón es elemental: Ellos son los culpables en grado sumo. No son capaces de educar a la masa en cuanto que un partido es un encuentro deportivo, un momento para disfrutar, compartir con el “adversario” y pasarla bien y que gane el mejor. Es que ni siquiera estos malditos medios nos han enseñado a festejar un triunfo. Por eso, mezclamos la gasolina con el alcohol, peleamos y nos matamos. Gracias a estos estúpidos medios de comunicación. Pero, el actuar así no es un hecho espontáneo y fanático, es un plan preconcebido para vender desde licor, droga, camisetas, entradas carísima, dividir y competir, mejor dicho, poner en práctica la dictadura capitalista.

Así, pues, invitamos a celebrar el trofeo de subcampeón de la selección Colombia con alegría y entusiasmo, dejemos a un lado a esos criminales medios masivos de comunicación y centrémonos en los medios alternativos.  Hay que desintoxicar la conciencia para poder pensar con libertad y gritar viva nuestra selección Colombia, subcampeona copa américa versión 2024.