Agamenón
Cada comienzo de año está cargado de expectativas, sueños y proyectos. Este no es la excepción. Es más: Tiene una especial significación por cuanto comienza en serio el desarrollo del programa del Pacto Histórico y del gobierno del cambio en cabeza de Gustavo Petro y Francia Márquez.
Cada comienzo de año está cargado de expectativas, sueños y proyectos. Este no es la excepción. Es más: Tiene una especial significación por cuanto comienza en serio el desarrollo del programa del Pacto Histórico y del gobierno del cambio en cabeza de Gustavo Petro y Francia Márquez.
Una nueva realidad política, en donde el centro de todo es el pueblo, contrario a los años anteriores donde el centro era el dinero, el poder mal habido, el imperio mafioso de la rancia oligarquía colombiana.
Será un año de lucha, de dura confrontación ideológica y política. Se librarán grandes batallas no solo en el parlamento, en el gobierno, sino en las calles con la movilización popular. Ésta será definitiva para garantizar los cambios estructurales prometidos por el gobierno Petro en renglones fundamentales como la educación, la salud, el trabajo y la posibilidad de más colombianos pensionarse dignamente.
Todas estas reformas, bastantes ambiciosas, generarán escozor en la pútrida oligarquía, que solo piensa en su clase; apoyada en los medios masivos de comunicación y en las mismas hordas paramilitares, intentará que fracasen estas iniciativas y así garantizar su retorno al gobierno.
En esas condiciones, el pueblo está llamado a ser protagonista de primer orden, será definitivo en la iniciativa de radicalizar el proceso y hacer irreversible el cambio que con tanto coraje ha iniciado el Pacto Histórico.
En realidad, el tema electoral solo será un acápite de la dura batalla que habrá de librarse durante el presente año. Ésta no nos puede ni dividir, ni distraer del gran desafío que tenemos en frente: Profundizar la unidad, la movilización y la formación política de la masa, son tareas trascendentales, si queremos que este proceso democrático y con algunos visos de revolucionario, avance y se profundice hasta volverse irreversible.
Sabemos que los hechos de esta naturaleza no se dan de un solo golpe, son productos de procesos con avances y retrocesos.
En el caso del Tolima, el sonajero de candidatos está a la orden del día, de tal magnitud que hay más candidatos que votantes, señala el ex presidente regional de la Unión Patriótica, Alirio Urrego Mesa. Este departamento está dominado por la derecha y la extrema derecha, donde se destacan rezagos trasnochados del uribismo.
Es decir, el palo no está para hacer cucharas. No podemos folclóricamente imponer los apetitos personales sobre los apetitos colectivos. Resulta fundamental hacer el análisis concreto del momento concreto, para tomar decisiones concertadas y responsables que permitan derrotar esa “dictadura uribista” que todavía perdura en esta región, corazón de Colombia.
Abogamos por candidaturas unitarias, fruto del consenso y del acuerdo político, con candidatos capaces de contribuir al cambio urgente que necesita el Tolima. Este departamento se merece una segunda oportunidad, y todo dependerá de la grandeza de los cuadros políticos de los distintos partidos y movimientos que tienen asiento en esta región del bunde tolimense. Candidatos con ética, compromiso y mística de lucha.
Hay que estar atentos y dispuestos a hacer grandes esfuerzos por la unidad, para que el proceso de cambio siga su marcha. Hay que tener un proyecto claro en sintonía con el proyecto nacional, siempre utilizando el diálogo, el argumento y el interés colectivo. Si se fortalece el Pacto Histórico y más allá, se fortalece el cambio que ha comenzado con Gustavo Petro.
En ningún momento podemos bajar la guardia. El fascismo acecha. La oligarquía mafiosa no se está quieta. Esos hechos crueles presentados recientemente en los hermanos países de Perú y Brasil, nos debe llamar poderosamente la atención, nos debe hacer más responsables en nuestras opiniones y en nuestras decisiones. Eso implica pensar más con la cabeza que con el estómago.
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