Por Nelson Lombana Silva
En una verdadera finalísima de la copa mundo de fútbol, versión 2022, la selección de Argentina se coronó campeona, el día inmediatamente anterior en Catar, al derrotar a la sección francesa en la definición de los tiros penaltis.
Fue un partido dramático, lleno de emociones, donde argentinos y franceses se comieron las uñas, durante el desarrollo del sensacional partido. Los protagonistas lo dejaron todo en la cancha. Ambos fueron amplios merecedores del primer lugar, sin lugar a dudas.
Lo grotesco corrió por cuenta de algunos narradores y comentaristas deportivos, que se empecinaron en minimizar el esfuerzo colectivo y sobredimensionar la individualidad de la selección gaucha. Para esos mediocres periodistas, no ganó Argentina, ganó Messi.
Quien ha dicho que el fútbol es un juego de individuos aislados. La belleza de este deporte está en ser un juego de conjunto, un juego colectivo. Y, eso fue lo que se impuso ayer en ese hermoso estadio: El juego colectivo, la garra colectiva, la entereza colectiva, fue la que se impuso y salió gananciosa.
Estuve pendiente del partido de principio a fin y siempre vi 22 jugadores en la cancha en una sana y ardorosa disputa del balón. No vi solo a Leonel Messi, siempre lo vi al lado de diez compañeros más, disputando el encuentro con tenacidad, bajo la tutela permanente del cuerpo técnico.
Decir que Argentina es campeona mundial de fútbol por Messi, es una truculenta mentira; Argentina es campeona por el grupo que supo interpretar los libretos del técnico. Messi, fue factor importante, pero no el único como estos mediocres periodistas y comentaristas quieren dar a entender, en su afán de embrutecer y alienar al oyente o televidente. Es decir, no es un triunfo individual, es un triunfo colectivo. ¡Felicitaciones!
Lo grotesco corrió por cuenta de algunos narradores y comentaristas deportivos, que se empecinaron en minimizar el esfuerzo colectivo y sobredimensionar la individualidad de la selección gaucha. Para esos mediocres periodistas, no ganó Argentina, ganó Messi.
Quien ha dicho que el fútbol es un juego de individuos aislados. La belleza de este deporte está en ser un juego de conjunto, un juego colectivo. Y, eso fue lo que se impuso ayer en ese hermoso estadio: El juego colectivo, la garra colectiva, la entereza colectiva, fue la que se impuso y salió gananciosa.
Estuve pendiente del partido de principio a fin y siempre vi 22 jugadores en la cancha en una sana y ardorosa disputa del balón. No vi solo a Leonel Messi, siempre lo vi al lado de diez compañeros más, disputando el encuentro con tenacidad, bajo la tutela permanente del cuerpo técnico.
Decir que Argentina es campeona mundial de fútbol por Messi, es una truculenta mentira; Argentina es campeona por el grupo que supo interpretar los libretos del técnico. Messi, fue factor importante, pero no el único como estos mediocres periodistas y comentaristas quieren dar a entender, en su afán de embrutecer y alienar al oyente o televidente. Es decir, no es un triunfo individual, es un triunfo colectivo. ¡Felicitaciones!
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