Por Agamenón
Con motivo de la conmemoración del día internacional de los Derechos Humanos, en la ciudad de Ibagué (Tolima), se realizó un sencillo pero emotivo acto, contando con la participación de varias organizaciones defensoras de Derechos Humanos, miembros de la comisión de la verdad y búsqueda de desaparecidos y un grupo pequeño de personas que quiso participar de la conmemoración. Se realizó en la universidad del Tolima, después de las siete de la noche, el día inmediatamente anterior.
Miembros del comité permanente por la defensa de los derechos humanos (CPDH), capítulo Tolima, el Movice, la corporación Reiniciar, la Casa Dulima, entre otros, concurrieron a la cita, expresando su preocupación en relación con el tema, por cuanto la violación de los derechos humanos en el departamento de Tolima, como en Colombia, continúa, sin que el gobierno nacional asuma una postura clara para detener todo este oleaje de violaciones, sobre todo en los sectores campesinos e indígenas.
De igual manera se indicó, que continúa de distintas formas la violación de los derechos de la mujer tolimense, lo mismo el desplazamiento, las amenazas, las extorsiones por parte del paramilitarismo y otras fuerzas armadas que se mueven libremente por el departamento, muchas de ellas, haciéndose llamar disidencias de la entonces Farc - Ep.
Expresaron los asistentes su preocupación por el terrorismo de estado, la falta de garantías para los habitantes expresarse libremente en el marco de la pluralidad y la diversidad. No hay ni libertad, ni democracia, ni garantías plenas para el tolimense vivir tranquilamente en su territorio.
Casa Dulima participó con una hermosa presentación musical en homenaje a la compañera Norma Patricia Galeano, estudiante asesinada a sangre fría por el militarismo en la universidad del Tolima. De igual manera, una obra de teatro que relata muy bien la violación de los derechos humanos de la mujer en Colombia. “Hoy se sigue violando los derechos humanos en Colombia”, dijo la presentadora Juliana Sánchez.
Fue presentado el diagnóstico sobre derechos humanos realizado por el CPDH regional Tolima, durante su fundación. Un diagnóstico que indica con crudeza que se siguen violando los derechos de los campesinos y las campesinas, los indígenas y las indígenas en esta parte de Colombia. Violaciones totalmente invisibilizadas por las autoridades y los denominados medios masivos de comunicación.
“No temer hablar de política”
De igual manera se indicó, que continúa de distintas formas la violación de los derechos de la mujer tolimense, lo mismo el desplazamiento, las amenazas, las extorsiones por parte del paramilitarismo y otras fuerzas armadas que se mueven libremente por el departamento, muchas de ellas, haciéndose llamar disidencias de la entonces Farc - Ep.
Expresaron los asistentes su preocupación por el terrorismo de estado, la falta de garantías para los habitantes expresarse libremente en el marco de la pluralidad y la diversidad. No hay ni libertad, ni democracia, ni garantías plenas para el tolimense vivir tranquilamente en su territorio.
Casa Dulima participó con una hermosa presentación musical en homenaje a la compañera Norma Patricia Galeano, estudiante asesinada a sangre fría por el militarismo en la universidad del Tolima. De igual manera, una obra de teatro que relata muy bien la violación de los derechos humanos de la mujer en Colombia. “Hoy se sigue violando los derechos humanos en Colombia”, dijo la presentadora Juliana Sánchez.
Fue presentado el diagnóstico sobre derechos humanos realizado por el CPDH regional Tolima, durante su fundación. Un diagnóstico que indica con crudeza que se siguen violando los derechos de los campesinos y las campesinas, los indígenas y las indígenas en esta parte de Colombia. Violaciones totalmente invisibilizadas por las autoridades y los denominados medios masivos de comunicación.
“No temer hablar de política”
Durante el evento, hubo espacio para el intercambio de opiniones y experiencias relacionadas con los Derechos Humanos en el Tolima. Entre las intervenciones, se destacó la realizada por la directora de Reiniciar en el Tolima, Venus Quiroga Carrillo.
La lideresa de derechos humanos, que se ha recorrido el departamento casi metro a metro, en defensa de los derechos humanos y en consecuencia enfrentando el terrorismo de estado y demás expresiones de violencia que hay en el Tolima, señaló enfáticamente que, al lado de la lucha por la defensa de los derechos humanos, también tenía que estar presente la lucha política. En es sentido, señaló: “No hay que temer hablar de política”.
Incluso, fue mucho más allá al afirmar: “El deber sagrado que tenemos de formar políticamente a nuestra juventud, porque ellos son los principales autores de la transformación que necesita Colombia y que está en marcha”.
En esa misma dirección se pronunció Diana Trujillo, de la comisión de la verdad, al decir: “No tener miedo hablar de política”.
Tiene sentido estas afirmaciones, si se tiene en cuenta que las violaciones de los derechos humanos en este país, son en su mayoría producto de decisiones políticas tomadas por la clase dirigente nacional que hace más de doscientos años nos gobierna.
Así pues, no se puede desligar la lucha por la defensa de los derechos humanos de la lucha política que se encamina a crear un estado verdaderamente democrático, participativo, con pleno respeto por los derechos humanos y la justicia social. La lucha debe ser integral.
Alguien reflexionó afirmando: “No podemos decir que defendemos los derechos humanos, el medio ambiente, pero en elecciones votamos por los mismos que, históricamente, vienen violando estos sagrados derechos. Hay que ser consecuentes”.
La reunión culminó con un agradable refrigerio y el compromiso de seguir luchando para que el acuerdo de paz con la insurgencia de las Farc se materialice en la práctica y los derechos humanos tengan realmente una segunda oportunidad, oportunidad que no tuvo la estirpe de los Buendía en Cien años de soledad.
La lideresa de derechos humanos, que se ha recorrido el departamento casi metro a metro, en defensa de los derechos humanos y en consecuencia enfrentando el terrorismo de estado y demás expresiones de violencia que hay en el Tolima, señaló enfáticamente que, al lado de la lucha por la defensa de los derechos humanos, también tenía que estar presente la lucha política. En es sentido, señaló: “No hay que temer hablar de política”.
Incluso, fue mucho más allá al afirmar: “El deber sagrado que tenemos de formar políticamente a nuestra juventud, porque ellos son los principales autores de la transformación que necesita Colombia y que está en marcha”.
En esa misma dirección se pronunció Diana Trujillo, de la comisión de la verdad, al decir: “No tener miedo hablar de política”.
Tiene sentido estas afirmaciones, si se tiene en cuenta que las violaciones de los derechos humanos en este país, son en su mayoría producto de decisiones políticas tomadas por la clase dirigente nacional que hace más de doscientos años nos gobierna.
Así pues, no se puede desligar la lucha por la defensa de los derechos humanos de la lucha política que se encamina a crear un estado verdaderamente democrático, participativo, con pleno respeto por los derechos humanos y la justicia social. La lucha debe ser integral.
Alguien reflexionó afirmando: “No podemos decir que defendemos los derechos humanos, el medio ambiente, pero en elecciones votamos por los mismos que, históricamente, vienen violando estos sagrados derechos. Hay que ser consecuentes”.
La reunión culminó con un agradable refrigerio y el compromiso de seguir luchando para que el acuerdo de paz con la insurgencia de las Farc se materialice en la práctica y los derechos humanos tengan realmente una segunda oportunidad, oportunidad que no tuvo la estirpe de los Buendía en Cien años de soledad.
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