miércoles, 29 de agosto de 2018

Unidad, organización y lucha: Fundamento revolucionario

Por Nelson Lombana Silva

La experiencia histórica demuestra que los procesos revolucionarios se cristalizan fundamentalmente si se aplica creativa, consciente y dialécticamente la tríada: Unidad, Organización y Lucha.

Por eso, el deber de todo revolucionario es propugnar por la cristalización, sobre todo en la práctica, de estas tres categorías marxistas – leninistas.

Quien no entienda y acepte estas tres categorías básicas, no es revolucionario en el buen sentido de la palabra, simplemente es un charlatán, un anarquista o un oportunista, que camina porque ve a los demás caminar.

Esto parece demasiado elemental, sobre todo en aquellos que se consideran poseedores de la verdad absoluta, con qué facilidad repiten conceptos, pero no son capaces de llevarlos a la praxis. Sabemos – por ejemplo – que el marxismo – leninismo es ante todo teoría y práctica. Desligar un factor del otro resulta catastrófico.

No discuto en cuanto a la dificultad que hay entre la teoría y la práctica. Eso tampoco es automático y axiomático. Es complejo. Pero cuando se tiene ética revolucionaria, moral revolucionaria, no hay obstáculos que lo impidan. En ese campo hay que hacer bastante énfasis.

Sabemos también que unidad y unanimismo, son conceptos totalmente diferentes. En el primer aspecto, se admite como fortalece la diversidad; en el segundo, se impone el personalismo, el individualismo. Como quien dice: Bienvenida “unidad”, mientras que todos piensen como pienso yo. 

Admiro a los comunistas porque tienen una dinámica unitaria, han sabido manejar la complejidad con increíble cientificidad. Lo que sucede es que no todo el que diga comunista lo es, pues tiene en su mente y en sus acciones rezagos del capitalismo: Egoísmo, personalismo y anarquismo. La razón es elemental: No se hace comunista de la noche a la mañana, ni tampoco por haber leído simplemente  algunos textos marxistas – leninistas.

Desde esa perspectiva, resulta fundamental el aporte al proceso revolucionario hecho por V. I. Lenin: “Los Principios leninistas de organización”. Lo preocupante es que algunos lo recetan a la perfección, pero a la hora de la práctica (praxis) quedan o quedamos colgados de la brocha, hacemos cosas totalmente diferentes.

Otro aspecto fundamental es la organización. También resulta fácil de decir, pero difícil de llevar a la práctica. El enemigo de clase que estamos enfrentando no es un tigre de papel como decía Mao al referirse al imperialismo norteamericano. Es una clase social altamente desarrollada, tramposa, mentirosa, violenta y astuta, que se derrotará fácilmente. Solo con una organización férrea, se puede enfrentar con éxito. Una organización exigente. Milimétrica. Una organización donde prime lo colectivo sobre lo individual. Es decir, no es como yo pienso, sino como piensa el colectivo. Lo contrario, sería el anarquismo y la dictadura del más fuerte.

La lucha: La burguesía no entregará nada por las buenas. Todo será fruto del esfuerzo, de la lucha. Así que los que piensan que la revolución se hará desde un mullido y aireado escritorio están muy equivocados. El quit está en la movilización de las masas, en la lucha consciente y consecuente desde el amanecer hasta el anochecer. Ojo con esos “revolucionarios” de cuello blanco.

Así que leer desde la práctica los principios leninistas de organización artículo 6º de los estatutos del Partido Comunista Colombiano resulta fundamental y, si ya los sabe, pues ponerlos en práctica, porque el que no practica es como el ara y ara, pero nunca siembra, dice Platón.  



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