martes, 14 de agosto de 2018

Los volcanes son fenómenos naturales catastróficos

Por Nelson Lombana Silva

Cuántos siglos tuvo que pasar para la humanidad comprender científicamente que los volcanes eran fenómenos naturales. Cuántas luchas tuvo que librar la ciencia ante las teorías avasallantes teológicas que pretendieron eternizarse usando métodos sanguinolentos como la denominada: “Santa inquisición”.


Los romanos consideraban que el dios Vulcano había instalado su chimenea en el norte de Sicilia bajo un cráter activo, el cual fue llamado Vulcano (De ahí el nombre de Volcán).

En la edad media se pensaba que el volcán Hekla, ubicado en Islandia, era una entrada al infierno. Todavía hay pueblos que rinden culto a los volcanes y les hacen ofrendas, caso de los hawaianos.

No es raro escuchar decir que el temblor o los volcanes son designios, ya no de los dioses, sino de Dios. Nos parece absurdo el pensamiento de los antepasados, pero seguimos pensando así con renovados términos o palabras.

El origen

¿Cuál es el origen de los volcanes? ¿Por qué se generan? ¿Cómo se desarrollan?, han sido interrogantes que hombres de ciencia se han planteado y han dedicado largo tiempo a su estudio y análisis, pudiendo develar el misterio que tuvo en ascuas a numerosas generaciones. La ciencia pudo hacer el milagro.

Hoy sabemos – por ejemplo – que al interior de la tierra hay temperaturas que superan los 5000 grados centígrados, haciendo que las rocas se fundan en algunas partes formando especies de bolsas llamadas: “Reservas de magma”.

Magma que a veces sale por las fisuras, subiendo por las chimeneas, debido a la presión incandescente de gases, generando la erupción, la cual puede tener instantes, semanas o incluso, años. 

Al salir de la entraña de la tierra el magma cambia de nombre. Ahora se llama: Lava. Si es muy pastosa forma bovedillas. Si no es así, sale disparada en grandes bloques (bombas volcánicas) y en polvo (cenizas volcánicas), que normalmente alcanzan kilómetros de altura.

Si la lava es bastante fluida y caliente desciende en forma de río por la ladera de la montaña, formando lagos de lava en el fondo de los cráteres. Puede alcanzar una velocidad de desplazamiento hasta de 60 kilómetros por hora.

La corteza terrestre está dividida en placas que se mueven. El magma se origina en lugares donde estas placas limitan o colindan entre sí. Se calcula que en la tierra, parte continental, hay más de 10.000 volcanes de reciente formación.

El volcán nace, vive y muere. Increíble, ¿Verdad? Sin embargo, es muy difícil poder presenciar el nacimiento de un volcán. Pocas veces ocurre.

Maurice Krafft, señala que “en l963 el volcán Surtsey surgió del mar al sur de Islandia como si fuera una gran ballena creó una nueva isla. Durante cuatro años este volcán ofreció el magnífico espectáculo del combate entre el agua y el fuego”.

Agrega: “Nadie sabe dónde nacerá el próximo volcán. Lo más probable es que sea en el fondo del mar, pues ahí se origina el mayor número de volcanes”.[i]

¿Qué hacer ante un volcán?

Si el volcán tiende a ponerse peligroso, hay que evacuar rápidamente su área de acción. Tener un plan de contingencia. Un río de lava se puede desviar. Hay barreras artificiales que mitigan en un momento dado el desplazamiento de la lava. El reto consiste en petrificar la lava, disminuyendo su temperatura.

“Para desviar un río de lava que se dirigía hacia el puerto, utilizaron grandes mangueras de riego: El agua enfrió y endureció el borde de la corriente de la lava, formando una barrera que detuvo el resto”, comenta Maurice Krafft, vulcanólogo.[ii]

La naturaleza reacciona ante el comportamiento del ser humano. El capitalismo es un sistema depredador por excelencia, ante lo cual la naturaleza reacciona, generalmente, violentamente. El socialismo busca reconciliarse con el medio ambiente, con la naturaleza. Ojalá, no sea demasiado tarde.

[i] KRAFFT, Maurice. Los volcanes: Montañas vivientes. Prisa ediciones. COO98026.

[ii] Ibíd.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario