miércoles, 25 de noviembre de 2015

Ecos de la II Asamblea Nacional por la Paz



Por: Nelson Lombana Silva

La titánica labor que se propusieron principalmente la Unión Sindical Obrera (Uso) y la Universidad Nacional para realizar la II Asamblea Nacional por la Paz, merece todo el reconocimiento y admiración. No resulta fácil reunir a 1500 delegados en el hotel Tequendama, incluyendo varias delegaciones internacionales, para hablar de unos temas de tanta actualidad e importancia para el país en su conjunto, como lo son la paz con justicia social, el medio ambiente, los recursos minero – energéticos y la región.



El esfuerzo es más edificante si tenemos en cuenta la postura del gobierno nacional a pesar de ser supuestamente también convocante. Brilló por su ausencia y por la incomunicación de los medios de comunicación. Ni un debate frentero por parte del gobierno para controvertir las posturas, ni una nota periodística en los medios de la oligarquía. Silencio sepulcral.


Todo parece indicar que la táctica del gobierno es incomunicar al pueblo totalmente sobre estos álgidos temas que nos afectan a todos y a todas, para bien o para mal. Es cierto, fue el ministrico Garzón. Tímido, avergonzado e inseguro. Habló brevemente cosas intrascendentes en la instalación y se escapó en la primera oportunidad. Se fue sin despedirse.


Los delegados y delegadas no se amilanaron ante este desaire. Por el contrario. Potenciaron sus energías y su entusiasmo para soñar con un país al alcance de todos y todas, como diría Gabriel García Márquez. Se prodigaron a fondo arrojando una verdadera lluvia de iniciativas que se hacen necesarios sistematizar y desarrollar.


Visibilizar el proceso de paz que se desarrolla en la Habana entre las Farc – Ep y el presidente Santos, ELN y Santos, defender la madre naturaleza de la criminal política neoliberal e imperialista y defender los recursos minero – energéticos de las avaras multinacionales y transnacionales, son como las tareas centrales y para las cuales corresponde organizar verdaderos contingentes de voluntarios y consecuentes para ir hasta la región más apartada e inhóspita del país a comunicar que hay un proceso de paz que puede colocar al país al filo de una oportunidad feliz de ser los hijos los que entierren a sus padres y no los padres a los hijos como viene sucediendo en esta sangrienta violencia inventada, patrocinada y dirigida por la oligarquía colombiana con el aval directo de los Estados Unidos.


Por supuesto que en el proceso orgánico de la magna Asamblea, hubo de por medio un conjunto grande organizaciones políticas, populares y sindicales. Sin el concurso de ese conjunto, seguramente el evento no se hubiera realizado con tanto éxito. No en vano se destacó el protagonismo del Partido Comunista en todo este proceso que llevó nueve meses, al igual que la Marcha Patriótica, el Polo Democrático Alternativo, el Congreso de los Pueblos, las bases populares del Partido Liberal, etc.


El evento colmó las expectativas. Ahora la tarea es desarrollarlo creativamente en todos los rincones de la patria. En ese sentido, la mesa municipal de la Unión Patriótica de Ibagué ya comenzó la tarea de socializar las principales iniciativas.  

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