1. Todo tipo de suspicacia suscita la presunta retención por las Farc – Ep del general Rubén Darío Alzate Mora y dos acompañantes más el pasado 16 de noviembre en el departamento de Chocó. ¿Quién puede creer en la versión que ha echado a rodar el ministro de la defensa Juan Carlos Pinzón? Se recuerda la cruda historieta del “collar bomba” que se constituyó en el preludio para el rompimiento unilateral del presidente Pastrana de los diálogos del Caguán con esta misma guerrilla. Montaje que después se demostró fue obra de la inteligencia militar para “justificar” el rompimiento de los diálogos. Lo del general Alzate parece más a un auto secuestro. Se debe saber la verdad y nada más que la verdad.
2. Cuando el presidente Juan Manuel Santos Calderón dio la orden de asesinar en completo estado de indefensión al comandante de las Farc – Ep, Alfonso Cano, en ningún momento el grupo insurgente rompió los diálogos que venía sucediéndose con el gobierno nacional. Por el contrario, demostró disposición para avanzar en el proceso de la solución política que tanto necesita Colombia. Tampoco ha dicho que se va a levantar de la mesa ante los constantes bombardeos de tierra arrasada a lo largo y ancho del país que ha significado la caída de combatientes y personas inocentes que nada tienen que ver con el larvado conflicto, dirigidos incluso, por militares de Estados Unidos.
3. El presidente Juan Manuel Santos Calderón no puede ceder a la presión asfixiante de los enemigos de la paz dentro y fuera del gobierno y dentro y fuera del país. Debe colocar en cintura al lenguaraz y provocador ministro de defensa, lo mismo al fascista ex presidente Uribe y toda su patota carroñera que insisten en tener a los colombianos sumergidos en la violencia. Además, debe tener firmeza y coraje para salirle al paso a provocaciones de esta naturaleza. El diálogo se debe reanudar inmediatamente y adicionalmente, pactar el cese bilateral al fuego. Santos no puede seguir en guerra y censurando hipócritamente la reacción de la contraparte.
4. Los colombianos y las colombianas no podemos cruzarnos de brazos, es urgente movilizarnos, salir a las calles a exigir que el gobierno nacional vuelva a la mesa de diálogo y no se levante de allí, junto con la guerrilla hasta que no haya un acuerdo que interprete realmente los anhelos del pueblo colombiano. Hacer mítines, concentraciones, movilizaciones, colocar banderas blancas en sitios públicos, en las casas, que le demuestren a los buitres de la guerra que la paz con justicia social es el camino. Digamos con decisión: No a la guerra, Sí a la paz con justicia social al calor de la movilización de masas.
Ibagué, noviembre 17 de 2014
Nelson Lombana Silva
Secretario General
Danilo López Carrero
Secretario de Organización
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