martes, 18 de noviembre de 2014

La alocución presidencial de Juan Manuel Santos Calderón


 Por Nelson Lombana Silva

Tuvimos la oportunidad de escuchar anoche la alocución presidencial de Juan Manuel Santos Calderón. Qué alocución más contradictoria y mentirosa. Tiene que ser la persona exageradamente alienada o falta mínima de conocimientos para creerle una sola frase de su maquillada intervención.



Más parece una campaña gigantesca mediática contra la insurgencia y más allá contra el proceso de paz. Es como decir quiero la paz pero hago la guerra.


“La paz es un valor supremo para los colombianos y un anhelo nacional. Por ello tomé la decisión de adelantar el proceso de paz con las Farc, con firmeza y con sentido de responsabilidad, consciente de que este camino no sería fácil de recorrer”.


Se burla el presidente del clamor nacional, de la urgencia de la paz que necesita el país, especialmente el país nacional del cual hablara Gaitán. Santos no comienza los diálogos pensando en el pueblo, otra gran mentira. Piensa en las multinacionales y transnacionales, piensa en el recorte de los dineros al plan Colombia, piensa con la lógica de los Estados Unidos.


¿Firmeza? ¿Cuál firmeza, si asume postura pusilánime ante las rabietas del fascista Uribe y la lenguaraz y saboteadora postura de su “ministrico gomelo” de defensa Juan Carlos Pinzón?


Si es consciente de que no sería fácil el recorrido, ¿Por qué claudica ante la primera adversidad con qué facilidad? En sus primeras declaraciones pone en claro lo obvio: ¿Qué hacía el ministro solo, de civil, en la boca del lobo? ¿A quién le cabe en la cabeza que un general, cuya característica fundamental es la cobardía, va a desafiar al enemigo de clase solo con su fusil y dos acompañantes más? Si era tan “varón”, ¿Por qué no reaccionó llevando el rifle consigo, según versiones del caserío Las Mercedes? La sensación es que el mismo presidente sabe que ahí hay gato enmochilado y las fuerzas militares no le están diciendo la verdad. Sin embargo, es oveja con su clase y ogro con el pueblo. 


“Créanme: Conversar en medio del conflicto, es la forma más efectiva para ponerle punto final a esta absurda guerra”. Si eso es cierto y lo viene implementando contra el querer del pueblo e incluso, de la comunidad internacional pacifista, ¿Por qué se lamenta de los hechos acontecidos? Acaso, ¿Estaba convencido de la imposibilidad de reacción de la insurgencia? Es más: ¿Qué ha dicho de los bombardeos indiscriminados y desproporcionados, violatorios a todas luces del Derecho Internacional Humanitario, en los cuales han caído combatientes e incluso, población civil?


Qué contradicción más bárbara. Qué absurdo de absurdos. Hay un comandante al parecer de los elenos detenido y no se sabe su paradero. Dio la orden de asesinar en completa indefensión al comandante fariano Alfonso Cano y la insurgencia no salió a decir como plañidera que ponía fin a los acercamientos. Presidente Santos que poca palabra tiene. No es la guerrilla la obligada a reanudar los diálogos porque ella no se ha retirado de la mesa, es el gobierno nacional. ¡Qué vergüenza!


“Lo anterior no significa que no se puedan dar los primeros pasos para desescalar el conflicto, como ya lo venimos discutiendo hace algún tiempo con las Farc. Hay que ser claros: Aunque estamos negociando en medio del conflicto, las Farc tienen que entender que a la paz no se llega recrudeciendo las acciones violentas y minando la confianza”.


¿Cuál es la orden que usted señor presidente le ha dado a las fuerzas militares? Arreciar los ataques. ¿Qué dijo en su reciente visita a Ibagué? Que la guerrilla podía correr la misma suerte de Alfonso Cano. ¿Eso no es un grito de guerra? ¿Eso se puede interpretar como gesto de paz? ¿Solo tiene que entender una parte y la otra qué? En resumidas cuentas, no quiere un cese bilateral al fuego, no condena las salidas en falso de la fuerza pública, se lamenta que la guerrilla se defienda y sobre todo, desea que no pase a la ofensiva, que no haga nada, se cruce de brazos y dé “papaya”, como se dice en el argot popular. ¡Vaya qué estratega! Es más: ¿Qué confianza ha dado junto a y sus militares? Ni un solo gesto de paz. En cambio, la guerrilla sí ha dado muestras de paz, las cuales son opacadas por los medios masivos de comunicación, quienes hipócritamente se auto declaran neutrales y objetivos.


“Las Farc son responsables de la integridad física y deben devolverlos de inmediato. Los colombianos exigimos su liberación. Es el momento para que demuestren su compromiso con el proceso de la Habana. Mientras esta situación no se solucione, óigase bien: mientras esta situación no se solucione, les he reiterado a los negociadores del gobierno, con los que he estado reunido todo el día de hoy, que no podrán viajar a la Habana para reanudar las conversaciones. A las Farc les exijo, y no solo yo, se lo exige la nación y toda la comunidad internacional que demuestren su voluntad de paz con acciones y no solo con palabras”.


¡Qué cínica es la oligarquía colombiana! ¡A quién engañas abuelo! ¿Qué gestos de paz ha hecho el gobierno? Guerra, impunidad, impuestos, bombardeos, falsos positivos, etc. Si tuviera autoridad para plantear gestos, otro gallo cantaría. Presidente Santos: usted dijo que había tomado la decisión de ordenar el asesinato del comandante Alfonso Cano, con el cual estaba haciendo acercamientos. ¿No cree usted que lo correcto hubiera sido ordenarles a sus militares que lo detuvieran, le prestaran los primeros auxilios y lo colocaran ante un juez de la república? ¿Acaso, la constitución nacional tiene contemplada la pena de muerte?


“Confío en que con la intervención de los países garantes, con quienes ya entramos en contacto para ofrecer nuestra colaboración, se pueda encontrar rápidamente la respuesta que el país (la oligarquía) está esperando”.


Habla de celeridad solamente porque cayó un “pez gordo” de la oligarquía. ¿Por qué no asumió con los soldados prisioneros de guerra en combate presentado recientemente en el departamento de Arauca la misma conducta de celeridad? Sencillo: El general pertenece a la oligarquía y el soldado al pueblo. Así de sencillo.


“El compromiso de las Farc está puesto a prueba. De su decisión depende seguir avanzando hacia el fin del conflicto y la reconciliación. Siempre es más fácil optar por la violencia. Es de valientes optar por la paz. Y esa paz solo se construye con gestos de paz y con sentido de responsabilidad histórica”.


El compromiso del gobierno nacional está puesto a prueba. De su decisión depende seguir avanzando. La guerrilla no se ha retirado de la mesa. Está cumpliendo lo ordenado por el presidente de dialogar en medio de conflicto. Dolorosamente hay que decirlo: ¡Quien saque la cabeza la lleva!


El gobierno tiene que amarrarse los pantalones y parar a los enemigos de la paz dentro y fuera del gobierno y dentro y fuera de Colombia. Todos ellos están perfectamente identificados. Incluyendo al señor general Rubén Darío Alzate Mora, que sospechosamente va al campo de batalla solo acompañado de dos personas y su dotación personal. Desprecia a su escolta. Todo parece indicar que el primero en saber el caso fue “casualmente” el senador Uribe Vélez. ¡Qué coincidencia!


De todas maneras, el pueblo colombiano no puede quedarse quieto, debe movilizarse para presionar al gobierno Santos para que reanude las conversaciones en la mayor brevedad posible. El pueblo debe apoderarse de la causa de la paz en todas partes. Claro, una paz con dignidad. Es decir, con justicia social. Este impase se debe resolver ya.

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