El poeta escritor, Gustavo Prada Fernández, presidente de la Corporación de Escritores del Tolima (Corpoestol), dijo que el escritor tiene el deber de escribir la realidad de lo que está sucediendo en el país. No puede colocarse de espalda a la realidad y mirar para el cielo, cuando está en el deber ético de mirar la realidad concreta que viene saliendo a flote en el marco del Gran Paro Nacional.
Con firmeza y decisión, el poeta tolimense planteó sin ambages la realidad, destacando la proeza de la juventud y condenando la sevicia como el estado reprime la protesta en Colombia. Ha participado activamente de la protesta en Ibagué y al calor de las luchas escribe poesía en la que denuncia la cruda realidad que vive el pueblo colombiano.
En medio de la gigantesca protesta de ayer, habló con la página web: www.pacocol.org:
- ¿Qué lo motiva a respaldar el Paro Nacional?
Mirando el fondo de toda esta situación, pienso que no es protesta, pareciera que la palabra no encajonara la realidad, pienso que se llama exigencias. Es el momento de exigir. Protestar es como nos quieren calificar de subversivos, de contrarios, de agitadores, de vándalos, de delincuentes.
Pero, en realidad uno mira que esos delincuentes, esos vándalos que no han cumplido, son los que utilizan esos epítetos como artimañas para desdibujar una realidad concreta que no se puede ocultar, una realidad que se les viene encima. Se les cayó la pared, hubo un terremoto. Este terremoto se ocasionó porque el pueblo pisó duro el suelo, esta tierra colombiana, a un solo golpe de sus zapatos, la juventud que no quiso aguantar más esta situación. Es una juventud que como los caballos jóvenes se desbocan por los potreros, en busca de un futuro mejor, soñar con el mañana que este gobierno les ha negado una y mil veces.
Se le están cerrando los espacios a la juventud colombiana en una forma cruel. Sí, cruel. Votamos por un gobierno dizque para que nos representara, pero nos traicionó. Mire usted el parlamento. Dicen que van a sesionar, pero en realidad, van es a roncar y a conspirar contra el pueblo. Qué infamia. No les interesa la problemática del país, solo les interesa los recursos económicos para ellos, usando lo que se conoce como la “mermelada”.
Cómo quiere el gobierno que el joven no proteste, cuando no tiene para la matrícula, ni siquiera para pagar un pasaje en bus, ni un empleo, ni libertad, ni cultura, ni medicamentos. El salario mínimo en Colombia es una miseria y son muy pocos los que tienen derecho a éste.
- Este Paro Nacional cumple un mes. Es un hecho histórico en Colombia. ¿Qué pronostica usted? ¿Qué puede pasar en Colombia?
Como dice el pueblo: Blanco es, gallina lo pone y frito se come. Ellos estaban arriba ciegos y siguen siendo ciegos. Va un mes y no miran la realidad que está viviendo el país. Tan ciegos que no se dan cuenta de las bestialidades que vienen cometiendo en los ojos de millones y millones de jóvenes colombianos. Tan ciegos que no han entendido que el pueblo se ha decidido a pelear por sus derechos. Colombia no volverá a ser la misma con este paro. El pueblo perdió el miedo, se está quitando la venda y está dispuesto a pelear. Esto se irá desarrollando con el paso del tiempo. Eso considero.
Los viejos tenemos que ser autocríticos. No fuimos capaces. La juventud asumió esta responsabilidad por su propia cuenta. Nuestro deber ahora, es acompañar a los jóvenes y que ellos tomen la responsabilidad por su propia cuenta. Esa es la verdad. La juventud está poniendo la pelea, los muertos, los heridos, los lesionados. Creo que a nosotros nos faltó interpretar nuestro momento correctamente, envejecimos apoyando los gobiernos enemigos del pueblo. En realidad, nos faltaron pantalones, cojones, sentido de pertenencia. Vivo en un barrio obrero y allí, ninguno sabe o conoce la constitución nacional. No sabe sus derechos, y si no los sabe cómo los va a reclamar. Están amaestrados para ser mendigos. Esa es la realidad, no hay otra. Pero, con todo esto, eso va cayendo y el pueblo va entendiendo la realidad oculta.
Hay 21. 2 millones de pobres que tienen que sobrevivir con $345 mil pesos mensuales. ¿Un hogar con hijos, puede sobrevivir con eso? Hay 7.5 millones de compatriotas en la indigencia que tienen que sobrevivir con $145 mil pesos mensuales. Antes del paro se compraba la caja de huevos a $7 mil pesos, hoy cuesta $14 mil.
- ¿Cómo puede influir el escritor, el poeta, el intelectual, en la toma de conciencia social para un cambio de fondo en Colombia?
Es el tema más importante. Recuerdo un pasaje bíblico: Dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar. ¿No será que este el momento de dar a Dios lo que es de Dios y al escritor documentarse y escribir la realidad que está aconteciendo en el país? El escritor tiene la obligación de escribir, sentir el pálpito del corazón y saber con exactitud qué está pasando y por qué.
No puede ser posible que no se escriba nada de los jóvenes desaparecidos en el marco de este paro. No puede guardar silencio el escritor ante las imágenes de horror que a diario nos están llegando. El escritor no puede ser indiferente ante esta cruda realidad. Duele ver jóvenes flotar muertos en las aguas del río Cauca. No se puede ser indiferente ante ese cinismo del ministro de defensa y la incapacidad del presidente Iván Duque. El gobierno gasta un mundo de plata hablando mentiras por televisión, mientras el pueblo se muere de hambre. El escritor tiene que decir, aunque sea: “Negro tenéis los ojos”.
- ¿Cómo salir de este laberinto? ¿Cómo hacer posible un país al alcance de todos y todas sin privilegio de ninguna naturaleza?
Hay dos cosas que en estos momentos son fundamentales: Una, los jóvenes no están enarbolando banderas partidistas, están enarbolando el tricolor nacional e incluso, están dispuestos a morir por ella. Habrá un cambio. Una nueva generación construirá un mundo posible. Eso sucederá en Colombia.
Hay una gran posibilidad de salir adelante. No me cabe la menor duda y la juventud será decisiva en la construir de esa nueva realidad. Eso lo tiene que escribir el escritor. El pulso está a la orden del día. ¿Hacia donde se inclinará? Es el gran interrogante.
Con firmeza y decisión, el poeta tolimense planteó sin ambages la realidad, destacando la proeza de la juventud y condenando la sevicia como el estado reprime la protesta en Colombia. Ha participado activamente de la protesta en Ibagué y al calor de las luchas escribe poesía en la que denuncia la cruda realidad que vive el pueblo colombiano.
En medio de la gigantesca protesta de ayer, habló con la página web: www.pacocol.org:
- ¿Qué lo motiva a respaldar el Paro Nacional?
Mirando el fondo de toda esta situación, pienso que no es protesta, pareciera que la palabra no encajonara la realidad, pienso que se llama exigencias. Es el momento de exigir. Protestar es como nos quieren calificar de subversivos, de contrarios, de agitadores, de vándalos, de delincuentes.
Pero, en realidad uno mira que esos delincuentes, esos vándalos que no han cumplido, son los que utilizan esos epítetos como artimañas para desdibujar una realidad concreta que no se puede ocultar, una realidad que se les viene encima. Se les cayó la pared, hubo un terremoto. Este terremoto se ocasionó porque el pueblo pisó duro el suelo, esta tierra colombiana, a un solo golpe de sus zapatos, la juventud que no quiso aguantar más esta situación. Es una juventud que como los caballos jóvenes se desbocan por los potreros, en busca de un futuro mejor, soñar con el mañana que este gobierno les ha negado una y mil veces.
Se le están cerrando los espacios a la juventud colombiana en una forma cruel. Sí, cruel. Votamos por un gobierno dizque para que nos representara, pero nos traicionó. Mire usted el parlamento. Dicen que van a sesionar, pero en realidad, van es a roncar y a conspirar contra el pueblo. Qué infamia. No les interesa la problemática del país, solo les interesa los recursos económicos para ellos, usando lo que se conoce como la “mermelada”.
Cómo quiere el gobierno que el joven no proteste, cuando no tiene para la matrícula, ni siquiera para pagar un pasaje en bus, ni un empleo, ni libertad, ni cultura, ni medicamentos. El salario mínimo en Colombia es una miseria y son muy pocos los que tienen derecho a éste.
- Este Paro Nacional cumple un mes. Es un hecho histórico en Colombia. ¿Qué pronostica usted? ¿Qué puede pasar en Colombia?
Como dice el pueblo: Blanco es, gallina lo pone y frito se come. Ellos estaban arriba ciegos y siguen siendo ciegos. Va un mes y no miran la realidad que está viviendo el país. Tan ciegos que no se dan cuenta de las bestialidades que vienen cometiendo en los ojos de millones y millones de jóvenes colombianos. Tan ciegos que no han entendido que el pueblo se ha decidido a pelear por sus derechos. Colombia no volverá a ser la misma con este paro. El pueblo perdió el miedo, se está quitando la venda y está dispuesto a pelear. Esto se irá desarrollando con el paso del tiempo. Eso considero.
Los viejos tenemos que ser autocríticos. No fuimos capaces. La juventud asumió esta responsabilidad por su propia cuenta. Nuestro deber ahora, es acompañar a los jóvenes y que ellos tomen la responsabilidad por su propia cuenta. Esa es la verdad. La juventud está poniendo la pelea, los muertos, los heridos, los lesionados. Creo que a nosotros nos faltó interpretar nuestro momento correctamente, envejecimos apoyando los gobiernos enemigos del pueblo. En realidad, nos faltaron pantalones, cojones, sentido de pertenencia. Vivo en un barrio obrero y allí, ninguno sabe o conoce la constitución nacional. No sabe sus derechos, y si no los sabe cómo los va a reclamar. Están amaestrados para ser mendigos. Esa es la realidad, no hay otra. Pero, con todo esto, eso va cayendo y el pueblo va entendiendo la realidad oculta.
Hay 21. 2 millones de pobres que tienen que sobrevivir con $345 mil pesos mensuales. ¿Un hogar con hijos, puede sobrevivir con eso? Hay 7.5 millones de compatriotas en la indigencia que tienen que sobrevivir con $145 mil pesos mensuales. Antes del paro se compraba la caja de huevos a $7 mil pesos, hoy cuesta $14 mil.
- ¿Cómo puede influir el escritor, el poeta, el intelectual, en la toma de conciencia social para un cambio de fondo en Colombia?
Es el tema más importante. Recuerdo un pasaje bíblico: Dar a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar. ¿No será que este el momento de dar a Dios lo que es de Dios y al escritor documentarse y escribir la realidad que está aconteciendo en el país? El escritor tiene la obligación de escribir, sentir el pálpito del corazón y saber con exactitud qué está pasando y por qué.
No puede ser posible que no se escriba nada de los jóvenes desaparecidos en el marco de este paro. No puede guardar silencio el escritor ante las imágenes de horror que a diario nos están llegando. El escritor no puede ser indiferente ante esta cruda realidad. Duele ver jóvenes flotar muertos en las aguas del río Cauca. No se puede ser indiferente ante ese cinismo del ministro de defensa y la incapacidad del presidente Iván Duque. El gobierno gasta un mundo de plata hablando mentiras por televisión, mientras el pueblo se muere de hambre. El escritor tiene que decir, aunque sea: “Negro tenéis los ojos”.
- ¿Cómo salir de este laberinto? ¿Cómo hacer posible un país al alcance de todos y todas sin privilegio de ninguna naturaleza?
Hay dos cosas que en estos momentos son fundamentales: Una, los jóvenes no están enarbolando banderas partidistas, están enarbolando el tricolor nacional e incluso, están dispuestos a morir por ella. Habrá un cambio. Una nueva generación construirá un mundo posible. Eso sucederá en Colombia.
Hay una gran posibilidad de salir adelante. No me cabe la menor duda y la juventud será decisiva en la construir de esa nueva realidad. Eso lo tiene que escribir el escritor. El pulso está a la orden del día. ¿Hacia donde se inclinará? Es el gran interrogante.
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