Las mentiras del burócrata Leonidas López

Álvaro Uribe Vélez y Leonidas López  Foto: Alerta Tolima

Por Nelson Lombana Silva

Leonidas López Herrán es un burócrata que pretende llegar a la alcaldía de Ibagué, por el Partido de la Muerte: El Centro Democrático. Siempre se ha movido en las alturas del poder y su posición económica le ha permitido estudiar en las universidades de la gran oligarquía colombiana. Por ejemplo, es egresado de la Javeriana donde obtuvo el título de Ingeniero electrónico. Maestría en ciencia, tecnología de la producción y administración en universidad inglesa, Diplomado en desarrollo industrial regional en universidad holandesa, etc.

Su actividad profesional la ha desarrollado básicamente en el sector privado. Poco y nada ha tenido contacto con el sector público. Su pensamiento es de extrema derecha. Por eso el narcotraficante número 82, según la CIA, Álvaro Uribe Vélez lo impuso como candidato a la alcaldía de Ibagué. Cómo será su pensamiento de reaccionario que ha sido condecorado por la policía nacional y el ejército nacional.

¿Qué sabrá el ingeniero López Herrán de la problemática socio económica de los barrios subnormales de la ciudad musical de Colombia? Con toda seguridad desconoce esta cruda realidad en estos sectores populares. Nunca se ha relacionado con esta realidad, porque siempre se ha movido por la zona céntrica y sobre todo, por las alturas del poder burocrático.

Así que las propuestas que sus asesores han elaborado para engañar incautos y uribestias, carecen de contenido y sobre todo de efectividad. ¿Generar empleo y trabajo digno? Resulta un chiste de baja calidad. ¿Luchar contra la corrupción y el microtráfico? Qué mentira, si el Centro Democrático es el líder de la corrupción en Colombia con su principal capo a la cabeza: Álvaro Uribe Vélez. ¿Educación? Vaya qué promesa. Si su jefe ha hecho hasta lo imposible por privatizar las pocas universidades públicas que hay en Colombia. Estas se debaten en la miseria gracias a las medidas tomadas por la clase gobernante oligarca, círculo del cual  hace parte el ingeniero electrónico Leonidas López Herrán. Luego, su promesa no deja de ser un sofisma de distracción.

“Integración del sector público con el privado”. Es tanto como  pretender mezclar el agua con el aceite o sentar en la misma mesa el rico Epulón con el mendigo Lázaro. ¿Será posible?  Otro sofisma de distracción. Algún ex gobernador dijo que este personaje odia la política.

También habla de “la humanización del servicio de salud”. ¿Cómo puede ser tan cínico hablar de la salud, cuando su jefe lideró la ley 100 de 1993, que llevó a la privatización de la salud en Colombia? Privatización que ha matado más colombianos y colombianas que el mismo conflicto social y armado que vive Colombia.

Toda promesa que haga el Centro Democrático carece de humanismo. Entre otras cosas, porque su esencia es la violencia. He ahí, por qué el partido de la muerte. Recordemos que Uribe refundó el paramilitarismo en Colombia con el nombre de las Convivir. Cuando era director de la aeronáutica civil construyó cualquier cantidad de pistas para que Pablo Escobar y demás narcotraficantes sacaran la cocaína del país. Recibió en la propia presidencia a narcotraficantes y paramilitares. Sus amigos más cercanos durante su gobierno, unos se encuentran presos, otros huyendo y otros eludiendo la justicia. No hay duda, Álvaro Uribe Vélez encarna la mafia.

En esas condiciones, resulta ilógico pensar que Leonidas López Herrán, haría una administración municipal decente. Su administración estaría encaminada a posicionar su clase oligarca, mucha de ella, descompuesta. El ibaguereño de a pie se quedará una vez más con un pasmo de nariz, viendo pasar el dinero entre las manos corruptas de la burguesía.

En esas condiciones, resulta válida la preocupación del candidato de la Colombia Humana – Unión Patriótica, Hugo Ernesto Zárrate, al demandar de los electores prudencia y sensatez al momento de votar. El pueblo no puede seguirse clavando el cuchillo al elegir a sus gobernantes como ha sucedido hasta ahora. Se debe dar una oportunidad votando más con la razón que con la emoción. Así que ni un voto por el Partido de la Muerte: El Centro Democrático.