Por: Nelson Lombana Silva
La titánica labor que se propusieron
principalmente la Unión Sindical Obrera (Uso) y la Universidad Nacional
para realizar la II Asamblea Nacional por la Paz, merece todo el
reconocimiento y admiración. No resulta fácil reunir a 1500 delegados en
el hotel Tequendama, incluyendo varias delegaciones internacionales,
para hablar de unos temas de tanta actualidad e importancia para el país
en su conjunto, como lo son la paz con justicia social, el medio
ambiente, los recursos minero – energéticos y la región.
El esfuerzo es más edificante si
tenemos en cuenta la postura del gobierno nacional a pesar de ser
supuestamente también convocante. Brilló por su ausencia y por la
incomunicación de los medios de comunicación. Ni un debate frentero por
parte del gobierno para controvertir las posturas, ni una nota
periodística en los medios de la oligarquía. Silencio sepulcral.
Todo
parece indicar que la táctica del gobierno es incomunicar al pueblo
totalmente sobre estos álgidos temas que nos afectan a todos y a todas,
para bien o para mal. Es cierto, fue el ministrico Garzón. Tímido,
avergonzado e inseguro. Habló brevemente cosas intrascendentes en la
instalación y se escapó en la primera oportunidad. Se fue sin
despedirse.
Los delegados y delegadas no se amilanaron ante
este desaire. Por el contrario. Potenciaron sus energías y su entusiasmo
para soñar con un país al alcance de todos y todas, como diría Gabriel
García Márquez. Se prodigaron a fondo arrojando una verdadera lluvia de
iniciativas que se hacen necesarios sistematizar y desarrollar.
Visibilizar
el proceso de paz que se desarrolla en la Habana entre las Farc – Ep y
el presidente Santos, ELN y Santos, defender la madre naturaleza de la
criminal política neoliberal e imperialista y defender los recursos
minero – energéticos de las avaras multinacionales y transnacionales,
son como las tareas centrales y para las cuales corresponde organizar
verdaderos contingentes de voluntarios y consecuentes para ir hasta la
región más apartada e inhóspita del país a comunicar que hay un proceso
de paz que puede colocar al país al filo de una oportunidad feliz de ser
los hijos los que entierren a sus padres y no los padres a los hijos
como viene sucediendo en esta sangrienta violencia inventada,
patrocinada y dirigida por la oligarquía colombiana con el aval directo
de los Estados Unidos.
Por supuesto que en el proceso
orgánico de la magna Asamblea, hubo de por medio un conjunto grande
organizaciones políticas, populares y sindicales. Sin el concurso de ese
conjunto, seguramente el evento no se hubiera realizado con tanto
éxito. No en vano se destacó el protagonismo del Partido Comunista en
todo este proceso que llevó nueve meses, al igual que la Marcha
Patriótica, el Polo Democrático Alternativo, el Congreso de los Pueblos,
las bases populares del Partido Liberal, etc.
El evento
colmó las expectativas. Ahora la tarea es desarrollarlo creativamente en
todos los rincones de la patria. En ese sentido, la mesa municipal de
la Unión Patriótica de Ibagué ya comenzó la tarea de socializar las
principales iniciativas.
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