José Miguel Espejo, líder comunitario tolimense. Foto Nelosi |
Las amenazas y los hostigamientos contra líderes comunitarios continúan en el departamento del Tolima. A parte de la racha de muertes que se vienen sucediendo en distintos municipios de este departamento. La semana pasada – por ejemplo – hubo tres asesinatos en el municipio de Ortega, pero también en otros municipios como Natagaima, Guamo, Mariquita e Ibagué. Muchos prestamistas han sido asesinados en los últimos meses en esta región corazón de Colombia. Precisamente en uno de los departamentos más militarizados y lleno de estaciones de policía y demás organismos de seguridad.
Las distintas denuncias sobre la disputa por territorios en la distribución de alucinógenos y la consolidación de bandas, se concatenan a la corrupción y el paramilitarismo como lo vienen denunciando ampliamente candidatos de la izquierda en este departamento. “La mafia tiene tomada a la ciudad de Ibagué”, viene denunciando el candidato a esta alcaldía en cabeza del doctor Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez. De igual manera, Héctor Orlando Zambrano, candidato al concejo municipal de esta ciudad por el Polo Democrático Alternativo, dijo que el candidato a la gobernación del Tolima, Oscar Barreto Quiroga, viene siendo respaldo por el paramilitarismo, a través de “Opción Ciudadana”.
En esas condiciones, el líder comunitario y veedor ciudadano, José Miguel Espejo, viene siendo amenazado con insistencia en la ciudad de Ibagué.
Este líder comunitario oriundo del municipio de Cajamarca fue desplazado de allí, por oponerse a la explotación de la mina de oro de la Colosa a cargo de la transnacional Anglo Gold Ashanti, defender el medio ambiente, el agua y el río Bermellón.
Un puesto de rebusque ubicado en el centro de la ciudad de Ibagué prácticamente lo tiene abandonado porque hasta allí al parecer han llegado individuos a amenazarlo y decirle que se debe ir de la ciudad en el menor tiempo posible.
A José Miguel Espejo, lo encontramos haciendo gestiones ante la Unidad Nacional de Protección (Unp), con el fin de solicitar protección. A pesar de la tramitología agobiante el líder comunitario no se da por vencido.
La página web: www.pacocol.org habló brevemente con él y esto dijo:
- ¿Sigue siendo amenazado y hostigado en la ciudad de Ibagué (Tolima)?
Sí, claro. Últimamente he tenido nuevamente hostigamientos, amenazas, por las cuales me encuentro gestionando protección, para de esta manera seguir trabajando por las comunidades ayudándoles a reclamar sus derechos que el Estado generalmente les niega.
En el sector saludo me ha tocado que voltear mucho, porque me ha tocado denunciar las EPS, que yo las llamo: “Mercaderes del dolor”, son entidades que han acabado con hospitales y clínicas porque no cancelan oportunamente sus deudas. Así le tocó al Federico Lleras Acosta cerrarle las puertas a Caprecom y otras EPS que tienen deudas enormes pendientes con este hospital.
Hay cinco o seis hospitales que van rumbo a la liquidación total en el Tolima por culpa de las EPS, gracias a la política gubernamental que lo permite en el marco del modelo neoliberal.
- También ha sido un defensor del medio ambiente, del territorio cajamarcuno y del agua. ¿Qué problemas le ha generado esta posición?
He estado muy pendiente en la denuncia ante la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, otros entes, defendiendo la reserva forestal, el ecosistema y por supuesto, el agua, porque la parte hídrica es fundamental en la región.
He venido denunciando la inminente muerte del río Bermellón, prácticamente se viene dando, por la acción de la transnacional Anglo Gold Ashanti que va de tras de la mina La Colosa, lo mismo que el túnel de la línea, pues dejaron la caída hacia el departamento de Quindío, generando en esta región terrible sequía en la Cima, en el alto de la línea, perdiéndose la flora, la fauna y demás. El cambio climático es evidente en la zona.
La doble calzada también es un problema grave para la comunidad, especialmente para la población de Cajamarca, porque el trazo divide al pueblo en dos partes, causando enorme daño sobre todo en el comercio. Cajamarca dejará de ser despensa agrícola, será “desierto agrícola”.
- ¿Cree usted que por estas denuncias lo están amenazando?
Tengo, prácticamente, duda de que no cabe duda de que las amenazas vienen por ahí, por estos sectores que yo he venido denunciando tanto de una manera como de otra. En Ibagué también tengo unas denuncias por actos de corrupción y hechos oscuros, porque soy veedor comunitario en el Tolima.
- ¿Qué tipo de amenazas ha recibido?
Las amenazas han sido prácticamente en horas nocturnas, llegan a mi negocio y personalmente me amenazan, dicen que debo abandonar el trabajo y la ciudad si quiero defender mi vida.
Esta presión me ha generado muchos problemas sobre todo de carácter psicológico, tanto a la familia como a mí. Económicamente me afecta porque he dejado de trabajar, temiendo a las amenazas.
- ¿Le han llegado panfletos?
No. Tampoco llamadas. Directamente personas desconocidas han llegado a mi negocio en horas de la noche. Ya es la tercera vez. Me dijeron que era la última advertencia.
- ¿Quién lo está amenazando?
Hasta el momento las personas que me ha amenazado no se han identificado a qué organización pertenecen.
- ¿Qué está haciendo para tratar de minimizar el riesgo?
Estoy haciendo una documentación dirigida a la Defensoría del Pueblo, los Derechos Humanos, Contraloría, Procuraduría, Fiscalía. En todas estas entidades he tocado sus puertas y estoy armando un documento para la Corte Penal Internacional, denunciando que en Colombia no hay garantías de seguridad para los líderes comunitarios.
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