Danilo López Carrero atento participa del encuentro. Foto Nelosi |
Por Nelson Lombana Silva
A pesar de los diversos tropiezos se realizó ayer en la ciudad de Ibagué, la asamblea departamental de paz, evento preparatorio al gran evento nacional a realizarse en Bogotá los días 19 y 20 de noviembre de 2015.
La convocatoria era abierta a todos los sectores sociales del departamento. Se reunieron 112 personas en representación de 43 organizaciones sociales, culturales, populares y políticas como el Partido Comunista y la Unión Patriótica. Brillaron por su ausencia los gremios económicos, la clase política tradicional y la clase gobernante. Pareciera que a ninguno de ellos les interesara la paz y el proceso de diálogo que se viene desarrollando en la Habana (Cuba) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (Farc – Ep) y el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.
Siendo un evento convocado por el mismo gobierno a través del ministerio de trabajo, resultaba obvio pensar que la presencia de la clase dominante sería inevitable para fijar sus puntos de vista sobre el proceso de paz. Pero no fue así. Nadie asistió a decir una sola palabra en favor de la paz, la defensa del territorio tolimense de la locomotora minero – energética que viene desplazando a los campesinos rápidamente para las transnacionales y multinacionales tomar posesión del territorio, el agua y la biodiversidad.
Es claro, la oligarquía no quiere la paz y menos si es con justicia social. No se equivoca el Partido Comunista cuando dice que solo la movilización y politización de las masas pueden evitar que la clase dominante persista en el terrorismo de Estado por más tiempo. El proceso de paz lo salva ante todo la movilización consciente del pueblo colombiano debidamente organizado y unido.
Sin embargo, el evento se hizo. Delegados de varios municipios del Tolima asistieron y expusieron sus puntos de vista con decisión y coraje, se comprometieron a asistir a Neiva para encontrarse allí con delegaciones de los departamentos de Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo. La lucha por la paz es lo más importante.
Las conclusiones fueron claras y concretas: Defensa de los diálogos de la Habana (Cuba), cese bilateral del fuego ya, rechazo a la megaminería y a las hidroeléctricas, rechazo al capitalismo y el neoliberalismo, apoyo a la soberanía nacional, la libre autodeterminación de los pueblos, justicia social. “Los recursos naturales deben estar al servicio del pueblo colombiano y no al servicio de las multinacionales”, dijo Rodrigo López Oviedo, secretario general del Partido Comunista en el Tolima.
Por su parte, el presidente regional de la Central Unitaria de Trabajadores (Cut), Pedro Antonio Barón Gutiérrez, al inaugurar el magno evento, dijo: “El pueblo colombiano no puede estar ausente de este tipo de posibilidades de la salida del conflicto social y armado, porque es el pueblo colombiano y somos los sectores populares, quienes hemos colocado la sangre, el dolor, la angustia y la desesperanza a través de los muertos, los desplazados de las víctimas en este conflicto armado colombiano”.
Se trabajó en tres comisiones y en una plenaria, en la cual se aprobó las conclusiones y una declaración política, que dice:
Asamblea Departamental por la paz desde el Tolima le apostamos a la solución política del conflicto social y armado:
Acudiendo a la convocatoria planteada por la Unión Sindical Obrera (Uso), el Ministerio del Trabajo, la Universidad Nacional y las agrupaciones sociales y populares que actúan en el Tolima, firmando esta convocatoria, líderes y activistas de diferentes sectores del departamento, nos damos cita en la ciudad musical de Colombia, Ibagué, con el fin de exponer nuestras ideas y apuestas al servicio de un anhelo común, elaborando insumos necesarios para repensar las políticas de paz después de la firma de los acuerdos entre el gobierno y las insurgencias y en acuerdo común,
Declaramos:
1. Articular nuestras voluntades y esfuerzos en función de rodear y defender las conversaciones que actualmente desarrolla el gobierno nacional y las Farc – Ep. Insistir en la declaración de una mesa de diálogo con el ELN y en especial potenciar la movilización social por la solución de las causas que originaron y sostienen el conflicto social y armado, así como con una paz que signifique justicia social y vida digna de las mayorías en el Tolima y en Colombia.
2. Continuar trabajando por oponer al modelo extractivista que predomina en el departamento del Tolima, un nuevo modelo económico que proteja nuestros bienes naturales, entre estos el agua, salvaguarde la producción campesina, garantice la permanencia de los pueblos indígenas y afros existentes y ofrezca todas las condiciones materiales posibles para el goce pleno de los derechos sociales, políticos y económicos de todos quienes son víctimas y potenciales afectados por la dinámica extractivista imperante.
3. Iniciar un esfuerzo colectivo por repensar el desarrollo regional, promoviendo iniciativas conjuntas que permitan potenciar la participación de las comunidades rurales y urbanas, en el diseño de las políticas que los deben regir, así como impulsando, apoyando y rodeando, el esfuerzo que hoy realizan diferentes actores sociales por conformar zonas de reserva campesina en el departamento, zonas de reservas agro alimentarias, resguardos indígenas y otras figuras que propenden por la permanencia de las gentes en su territorio teniendo siempre presentes sus propias determinaciones.
4. Insistir de cara a un posible escenario de post acuerdo en la construcción de pedagogía para la paz que den cuenta de las razones que justificaron y alimentaron el conflicto social y armado en Colombia y respondan a la necesidad de resolver las tensiones entre actores sociales de manera dialogada y política. Así mismo le apostamos a seguir reclamando por el reconocimiento de la diversidad étnica, cultural y sexual, como garantes de un clima de paz entre todos los colombianos en el marco de un persistente esfuerzo por recuperar la memoria histórica de nuestro pueblo.
5. Unas políticas que conduzcan a la no estigmatización y criminalización en la que incurren los medios masivos de comunicación, así como los organismos del Estado dedicados a judicializar anticipadamente a quienes han tomado la decisión de protestar y luchar por un cambio en el actual orden de cosas.
6. Rechazamos la implementación del código de policía, el estatuto de seguridad ciudadana, la reforma al fuero militar, entre otras, que solo buscan centrar el miedo y romper el tejido social. Nos solidarizamos con los casos más recientes de detenciones masivas a líderes y lideresas del movimiento social y político Congreso de los Pueblos y Marcha Patriótica, señalados y sindicados de pertenecer a la insurgencia armada.
7. Exigimos garantías para la movilización y la reclamación de nuestros derechos; no se puede hablar de paz en una constante persecución, estigmatización y criminalización del movimiento social.
8. Sumado a esto, decimos que el Plan Nacional de Desarrollo planteado por el gobierno de Juan Manuel Santos, como una propuesta de paz, equidad y educación, no es más que una estrategia para continuar desarrollando la locomotora minero – energética, la de los agro negocios y la infraestructura, elementos estratégicos para nutrir los tratados de libre comercio, permitir la permanencia de las empresas multinacionales en nuestros territorios y la profundización de los conflictos sociales y económicos.
9. Por esto llamamos a las diferentes organizaciones sociales, políticas y sociales, reunidas hoy aquí a encontrarnos nuevamente en las calles con la fuerza y la unidad que nos caracteriza, proyectemos el año 2016 como un año de grandes movilizaciones para la concreción de los acuerdos incumplidos por el gobierno, la paz con justicia social y la defensa de los territorios.
10. Con el fin de llevar a cabo lo señalado anteriormente, los partícipes en la asamblea preparatoria de la II asamblea nacional por la paz, nos comprometemos a confluir y nutrir un espacio permanente de coordinación paz y la defensa del territorio, igual procurará abanderar la movilización por una paz que signifique vida digna y bienestar de las mayorías en el Tolima y en Colombia.
Ibagué (Tolima), 28 de agosto de 2015
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