General Lelio Fadul Suárez Tocarruncho. (Foto:Colprensa - Vanguardia Liberal) |
Por estos días, la sala penal de la corte suprema de justicia, realiza audiencia de juzgamiento del ex director de inteligencia y contra inteligencia del ejército nacional, general Lelio Fadul Suárez Tocarruncho, a quien la fiscalía acusa de haber impartido órdenes de sus subalternos por el traslado de armas, las cuales fueron entregadas a civiles disfrazados de supuestos guerrilleros.
Fue la pantomima de la supuesta desmovilización del “Frente cacique La Gaitania” de las Farc – Ep, cuando en realidad fue un vulgar montaje para hacerle creer a la comunidad nacional e internacional de los avances “contundentes” de la seguridad democrática contra la insurgencia, bajo el terror presidencial del señor Álvaro Uribe Vélez.
Este vergonzoso episodio ocurrió en el año 2006, cuando 70 personas, entre jóvenes, niños y mujeres, al mando de Felipe Alejandro Salazar Pacheco, alias “Biófilo” decidieron supuestamente desmovilizarse y entregar los pertrechos militares en el municipio de Alvarado, Tolima.
La fiscalía general de la nación pudo establecer que por órdenes expresas del general Lelio Fadul Suárez Tocarruncho, los coroneles Jaime Joaquín Ariza y Hugo Hernán Castellanos, consiguieron el armamento en Santa Marta, Magdalena. La avioneta Aerocommander, que entregó el supuesto frente Cacique Gaitania, en realidad era una avioneta que estaba decomisada por la Dian hacía dos años.
Se pudo establecer que tal supuesto frente guerrillero solo existía en la imaginación del supuesto ex guerrillero desmovilizado Raúl Agudelo, alias “Olivo Saldaña”, quien se compenetró el delirante presidente para engañar abiertamente la comunidad nacional e internación con ese show de baja calidad. “Yo vi cuando el señor general Tocarruncho, comandante de la brigada del Tolima, le hizo entrega de esos fusiles AK 47 y lo más lógico es que eran nuevos porque estaban encaletados…se trataba de 25 fusiles”, dijo el paramilitar Libardo Duarte alias “Ban ban”, según declaraciones que registran medios de comunicación.
En esas condiciones, estaría a punto de ir a la cárcel otro general de la república. Sin embargo, el jefe de jefes, el comandante supremo, sigue incólume como si nada ocurriera. Uribe Vélez sigue pontificando sobre lo humano y lo divino, sin que nada se le sobrevenga hasta ahora. La pregunta elemental es: ¿Hasta cuándo?
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