Cartel de la COP16 que se desarrolló en Cali, Colombia (Foto: Getty Images) / Long Visual Press |
Por Nelson Lombana Silva
Se realizó con rotundo éxito la cumbre de la COP16 en la Sultana del Valle, Cali, Colombia, del 21 de octubre al 1º de noviembre de 2024, algunas delegaciones encabezadas por el respectivo jefe de Estado, Ministros, Científicos, Biólogos, Ambientalistas y además altas personalidades de la ciencia, la política, la economía y la cultura, el pueblo, con el fin de estudiar la situación precaria del planeta y formular propuestas para contrarrestar el acabose del planeta verde y azul por excelencia: La tierra.
Más de 280 eventos culturales, artísticos y académicos acompañaron la celebración de la Cumbre sobre Biodiversidad (COP16) |
El planeta tierra agoniza por la irresponsabilidad en primera instancia del sistema capitalista, sistema depredador que lo único que persigue es la ganancia como sea para unos pocos, sacrificando el planeta habitado por siete mil millones de seres humanos, distribuidos en los cinco continentes. Es una cloaca por la contaminación de las chimeneas de las grandes empresas multinacionales y transnacionales, el armamentismo, la extracción del petróleo, el gas y el carbón. Además, por la tala continuada de los árboles en vastas regiones del país y del mundo, especialmente en la Amazonia y en la región Pacífica, la contaminación de los ríos y del mar con los más diversos desechos.
La tala ilegal de árboles es un problema grave en Colombia. Foto: Colombia verde |
Este modelo capitalista se ha ensañado contra los recursos naturales que ofrece gratuitamente la Pachamama. Al decir de entendidos en la materia, estamos a punto de llegar al no retorno. Las manifestaciones claras no se han hecho esperar. Por ejemplo, el calentamiento global, el deshielo continuado que origina grandes inundaciones, largos períodos de lluvias huracanadas y prolongadas sequías que arrasan con los cultivos de pancoger, generando grandes epidemias, miseria y hambruna entre los pueblos humildes y desamparados del mundo.
Características de la COP16
Con el lema: “Paz con la Naturaleza”, el gobierno del cambio que lideran Gustavo Petro y Francia Márquez, fue convocado este gigantesco foro ambiental en la martirizada república colombiana, gracias al espaldarazo ofrecido por Naciones Unidas y al evidente liderazgo en temas ambientales por el primer gobierno progresista que tiene Colombia en toda su historia, después de Simón Bolívar.
La cumbre persigue movilizar a la humanidad y exigirle a las multinacionales y transnacionales financiamiento, que son las que vienen haciendo el año. De igual manera, escalar acciones en favor de la naturaleza. Es más: La COP16, se convierte en la primera conferencia de biodiversidad de esta escala desde la adopción del Marco Global de Biodiversidad de Kunming, Montreal en 2022.
Este ambicioso plan trazado busca cuatro objetivos y 23 metas buscando detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030 y permitir que los seres humanos vivamos en armonía con la naturaleza para 2050.
En esas condiciones, la humanidad espera de esta cumbre, tres aspectos en concreto: Uno, Operacionar el marco de monitoreo. Incluye, los indicadores para cada una de las 23 metas que permitirán a los gobiernos informar sobre los avances; dos, movilizar recursos financieros para una implementación exitosa. La meta es movilizar 200 mil millones anuales para 2030 y tres, finalizar el mecanismo multilateral sobre acceso y distribución justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.
La principal característica de la COP16 es que se realizó de principio a fin de cara a las comunidades indígenas, campesinas, populares, afrodescendientes. Por eso, ha pasado a la historia como “la COP del pueblo”. Las anteriores COP, dijo el presidente Petro, han sido realizadas de espaldas a la humanidad, sin derecho de opinar. Los responsables directos de la crisis ambiental se han reunido simplemente a divagar y mirar cómo se justifica la depredación y cómo se responsabiliza al pobre porque simplemente corta un árbol o deja caer un papel al piso.
La verdad es cruda. De 196 países, solo 34, han presentado sus planes a 2030 para frenar la pérdida de especies. Es decir, el desprecio por la naturaleza es casi total. La sentencia proferida por el biólogo Thomas Lovejoy, en 1980, es una cruda realidad: “Cientos de miles de especies se perderán irremediablemente al desaparecer sus hábitats”, dijo. Agregó que para 2020, el 20 por ciento de las especies del planeta se extinguirían.
Así, pues, la COP16 es el escenario mundial para debatir y decidir sobre la existencia y la vida del planeta. Allí, se define la posibilidad de vivir y seguir soñando con las mariposas amarillas, los sortilegios de Melquiades o la vida anónima de Úrsula Iguarán o el coronel Aureliano Buendía en la maravillosa obra de literatura Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
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