Leonor Rodríguez Ferreira, dona importantes libros a la biblioteca Cañón del Combeima. Foto Nelosi |
Arrastrando una pesada bolsa llegó a la biblioteca Cañón del Combeima, este 6 de noviembre de 2024, la señora Leonor Rodríguez Ferreira. “Vengo – dijo – a entregar estos libros a la biblioteca”. “Estoy segura – agregó – que prestarán un mejor servicio en este lugar”.
La señora Leonor, conocida como “Leito” goza de prestigio en todo el Cañón del Combeima, especialmente en el corregimiento ocho de Villa Restrepo. Su comportamiento es admirable como su sencillez y compromiso con el progreso comunitario.
Colección de libros donados a la biblioteca Cañón del Combeima por la señora Leonor Rodríguez Ferreira. Foto Nelosi |
Los libros ejercen en mí un raro magnetismo. Tomé la bolsa y revisé rápidamente su contenido. Cinco hermosos textos bien conservados y de suma importancia. Algunas enciclopedias. “¡Qué colección tan hermosa!”, dije asombrado. Leito sonrió. “¿Le gustaron?” me preguntó. “Por supuesto”, respondí revisando uno a uno. Ellos son: Todas las Medicinas, enciclopedia del círculo de lectores; Manual curativo con frutas y plantas medicinales, verduras y bebidas que curan; Grandes civilizaciones de la historia: Antiguo Egipto de la editorial Sol90; Grandes Enigmas de la Humanidad de la editorial Océano y la Biblia familiar ilustrada, publicada por 7 Días.
Leonor Rodríguez Ferreira, nunca ha sido indiferente con la biblioteca. Por el contrario. Ha estado pendiente de las actividades que continuamente desarrolla desde su fundación, el 3 de octubre de 2012. La visita con alguna frecuencia y admira la labor que ésta desarrolla en terrenos del fomento de la lectura, el medio ambiente y la paz
Nació en el municipio de Armero (Tolima), el 5 de junio de 1953, siendo sus progenitores: Isauro Rodríguez Lozano y Efigenia Ferreira Herrera. De niña vivió en el corregimiento de Convenio, municipio de Líbano, pero la cruda violencia bipartidista, azuzada por los dos partidos tradicionales, desplazó este núcleo familiar radicándose definitivamente en Armero. Su padre perdió la vida en un absurdo accidente al ser arrollado por un carro fantasma, cuando Leito tenía siete años de edad.
Hay tres aspectos que rechaza categóricamente: La mentira, la injusticia y la humillación. Son antivalores que envilecen al ser humano, considera Leonor Rodríguez Ferreira. Por primera vez llegó a Ibagué en 1972, viviendo siete años. Trabajó en el IDEMA, donde conoció el que sería su esposo por 27 años: Héctor Josué Varela Zambrano.
Al enfermarse de fiebre su hija Andrea, su suegra recomendó que se radicara en Villa Restrepo, el clima sería benigno con la niña. “Villa Restrepo era desolado y montañoso”, recuerda con nostalgia. “Era muy diferente a la Villa Restrepo de hoy. El parque principal era un potrero, había porterías de guadua para los muchachos jugar fútbol, la carretera era destapada y las casitas de tabla”.
En este caserío nació su hijo hombre: Héctor Isaac Varela Rodríguez, el 21 de octubre de 1973. Su economía dependió de una pequeña tienda que manejó con interés y alto grado de responsabilidad durante largos años. Profundamente creyente, considera lo vital que resulta llevar a la práctica el evangelio. “Nada nos ganamos con rezar y no practicar”, señala.
Reconocida por gobernantes y líderes comunitarios de la vasta región, Leito, a pesar de los quebrantos de salud, mantiene pendiente del devenir del corregimiento, siempre con ternura y hondo espíritu de solidaridad. Un acto de nobleza es entregar a la biblioteca este ramillete de hermosos e importantes libros. Su generosidad no tiene fronteras. Ahora, la invitación es que se acerque a la biblioteca y lea estos textos, sería una forma correcta de corresponder al acto preclaro de la señora Leonor Rodríguez Ferreira, mejor dicho: Leito.
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